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Jugó bien el Pacto Histórico al incluir en su consulta las listas cerradas a Congreso, lo que puso a la maquinaria clientelista a funcionar, incluidos los dueños regionales de la contratación y de otros intereses menos santos.
La victoria de Cepeda fue clara, aunque el CNE no ha dicho la última palabra sobre la personería del Pacto Histórico ni sobre su posibilidad de medirse con el Frente Amplio en la consulta de marzo de 2026, de la que saldría fortalecido, o si debe pasar al tarjetón de primera vuelta como candidato del Polo, su actual condición, dividiendo votos con el ganador del Frente Amplio.
Así Petro amenace con tutelas y demandas si el CNE no confirma la personería, y Cepeda considere indignante que el Pacto no la tenga “después de semejante votación”, como si los votos subsanaran las falencias frente a las normas electorales, sobra decir que no hay “golpe blando”, como repite el presidente, sino desorden y confusión en el Pacto, evidentes en los días previos a la consulta.
Cualquiera que sea el desenlace, la oposición, la centroderecha y los llamados outsiders de derecha, deben pensar en “la unión de las uniones”, no solo para enfrentar el poder de la maquinaria gubernamental y del presupuesto en favor de la izquierda, sino porque esa izquierda llega unida o, si es el caso, dividida en dos a primera vuelta, mientras de este lado persiste la segmentación en diferentes alianzas.
En un mapa electoral, La Silla Vacía identificó un “Centro” con Fajardo y Claudia , y cinco grupos de “este lado”: “Fuerza por las regiones “, con cuatro exgobernadores; “Centro Tecnócrata” (Peñalosa, Cárdenas, Luna y Oviedo); “Alianza partidos” (Vargas, Efraín Cepeda, Barbosa, Lizarralde, Córdoba, Gómez y Galán) “Centro Democrático” (Cabal, Paloma, Paola, Guerra y Uribe); “Derecha firmas” (Vicky, De la Espriella, Pinzón, Palacios y Botero), aunque Abelardo ya tiene aval de Salvación Nacional y Pinzón el de “Oxígeno” de Ingrid… y el respaldo de José Obdulio, como bien le señala Abelardo en reciente carta abierta.
El Centro Democrático continuó su labor juiciosa de reflexión programática sobre los grandes retos del país, con la recuperación de la seguridad y el orden en primer lugar, tras lo cual elegirá candidato único el 28 de noviembre.
¿Y los demás? En este momento de la campaña y del país, aún persiste la dispersión. Por ello, la centroderecha debe aglutinarse con patriotismo. Las elecciones legislativas y las consultas interpartidistas de marzo marcarán el camino, y no tengo duda de que el Centro Democrático, bajo el liderazgo de Álvaro Uribe, será el partido más votado y eje de la gran coalición que llegará unida a primera vuelta.
Esa es la ruta para reparar lo perdido en el desgobierno Petro y para algo más importante: Para cerrarle el paso, de una vez por todas, al socialismo progresista que amenaza a nuestra democracia y el porvenir de los colombianos.














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