“Francia Márquez tiene la capacidad y la experiencia suficiente para ser presidenta de este país. Elegir a Francia Márquez como presidenta de Colombia, sería realmente algo revolucionario”
En estos tiempos en que las elecciones del próximo año se vuelven el tema de conversación y discusión más cotidiano y más constante en las redes sociales, en los círculos pequeños y medianos de la sociedad y la cotidianidad, se empieza a hablar de personas, de candidatos, de opciones posibles sobre quién ocupará el solio de Bolívar el siguiente año.
El nefasto e inepto gobierno de Iván Duque, deja en claro una vez más, que Colombia no puede seguir a la deriva, bajo el mando y la dirección de títeres, incapaces de tomar posiciones diferentes a quienes dirigen las élites económicas del país. La falta de experiencia administrativa de Iván Duque, pero sobre todo su arrogancia para no escuchar a nadie, su nepotismo, su mermelada, su burocracia, su falta de carácter e independencia, lo han llevado a ganarse el vergonzoso lugar del peor presidente en la historia de este país, lleno de malos presidentes. Su desfavorabilidad hoy llega al 75% en la población, un hecho histórico que ni siquiera lo supera Andrés Pastrana, Ernesto Samper, Juan Manuel Santos o el presidente que nadie conoce, o nadie recuerda. Lo mismo pasará con Iván Duque, hay dos opciones: en unos años será recordado por ser el presidente más impopular a pesar de haberse gastado $3.350 millones de pesos en plena crisis sanitaria para mejorar su imagen, o simplemente no será recordado, y pasará a la historia como uno más, un presidente impopular más.
Pero este gobierno, nos sirve para replantear nuestra forma de escoger presidentes, o por lo menos eso espero yo. Algo es seguro, y es que Colombia no resiste otro mal gobierno, otro inexperto guiado y manipulado por banqueros y politiqueros corruptos. Colombia no resiste más saqueo, más robo de recursos públicos, más vandalismo por parte de quienes detentan el poder. Se necesita una persona, que sea persona realmente, que sea humana, que sea capaz de superar el egoísmo tan perpetrado en el ser humano. Se necesita una persona que conozca realmente las necesidades de la población colombiana, que esté empapada de la situación real del país, que sepa lo que se siente ser pobre y tener que vivir o sobrevivir con un salario mínimo o menos que eso durante un mes, que sepa lo que se siente ser perseguido y amenazado por grupos altamente armados por defender derechos humanos y ambientales, que no haya estado toda su vida encerrada en la burbuja cómoda de la burocracia y la burguesía hereditaria. Alguien que no haya nacido mamando de la teta pública de la burocracia.
Así como se opina constantemente quien debe reemplazar a Iván Duque el siguiente año, también se opina quién no lo debe reemplazar. Alguna vez, hace poco tiempo, escribí en mi cuenta de Twitter, que me sentía muy atraído por la candidatura presidencial de Francia Márquez, más sin embargo no estaba del todo convencido; no precisé en aquel momento que estuviera decidido a votar por ella, solo aclaré que me llamaba demasiado la atención su candidatura. Enseguida mi trino se llenó de comentarios y respuestas de usuarios, algunos seguidores míos, y otros no, donde daban opiniones que en ningún momento pedí, más sin embargo me di a la tarea de leerlas. En alguno de esos comentarios leí que no debía votar por Francia Márquez porque perdería mi voto, me pregunté si en una democracia es posible perder un voto, como si no lo contaran por el hecho de no pertenecer al candidato más votado. Ese me pareció el comentario menos estúpido, leí otros que me llenaron aún más de curiosidad; decían que Francia Márquez no tenía la experiencia necesaria siquiera para ejercer su derecho ciudadano a lanzarse a un puesto de elección popular. Esa curiosidad mía por comprobar todo, me hizo buscar y leer sobre Francia Márquez, su vida y su recorrido, su obra, su trabajo y sus esfuerzos. Me encontré con cosas que ni siquiera me imaginaba.
Francia Elena Márquez Mina nació en 1982 en la vereda de Yolombó, perteneciente al municipio de Suárez, al norte del departamento del Cauca, ubicado en territorio ancestral de una comunidad afrodescendiente. Desde 1994 hasta 1997 participó en el proceso de evaluación de los impactos que generaría a su comunidad y al territorio el megaproyecto de desviación del Río Ovejas a la represa Salvajina, en particular los impactos que este proyecto traería a la vida de todos los miembros de su comunidad, incluyendo el impacto negativo a su territorio ancestral, y por ende sobre su identidad étnica y cultural. En el 2005, participó en el proceso de exigibilidad a la CVC y a EPSA para la reparación de los impactos creados por el megaproyecto Salvajina, proceso que se ha valido de la violación del derecho fundamental a la consulta previa con vía a reparar los impactos reparados en los 35 años de vida de la represa Salvajina.
En el 2009, inició un proceso de lucha y resistencia a fin de evitar que las comunidades afro descendientes del consejo comunitario de La Toma en el municipio de Suárez fueran desalojados forzosamente del territorio ancestral, por cuanto el gobierno había entregado al señor Héctor Sarria, a empresas multinacionales y a otras personas foráneas títulos de explotación minera, violando el debido proceso a la implementación del derecho fundamental a la consulta previa, libre e informada. Este mismo año, el Consejo Comunitario de la Toma y varios de sus líderes y lideresas fueron declarados objetivo militar por parte de los grupos paramilitares Águilas Negras, los Rastrojos y Bloque Capital, pues según estos actores armados, la comunidad se estaba oponiendo al desarrollo e impidiendo la entrada de empresas multinacionales. Márquez instauró una acción de tutela exaltando la violación de sus derechos fundamentales a la vida digna, a la permanencia en el territorio, al debido proceso y a la consulta previa, libre e informada, los cuales fueron tutelados mediante la tutela T-1045A del 14 de diciembre de 2010.
En el 2013, fue nombrada como representante legal del Consejo Comunitario de comunidades afro descendientes del corregimiento La Toma, cargo que ejerció hasta el 12 de diciembre de 2016. También participó en la Asamblea Permanente declarada por las comunidades afrodescendientes del Cauca, en la cual se le exigió al INCODER (hoy Agencia Nacional de Tierras) proteger los territorios ancestrales de comunidades negras y avanzar en la titulación Colectiva, así como garantizar el acceso a la tierra por medio de compras realizadas por dicha entidad.
En el 2014, participó en la mesa interétnica e intercultural del Norte del Cauca desde la cual se le exigió al Gobierno Nacional detener la minería ilegal y el otorgamiento de títulos mineros sin consulta previa en territorios étnicos. Así mismo se le pidió realizar acciones que permitieran identificar posibles actos de corrupción institucional frente a la minería ilegal que estaba contaminando el territorio, además de las personas que quedaban tapadas bajo alud de tierra. En octubre del 2014, fue desplazada forzosamente del territorio ancestral de La Toma. Francia Márquez fue declarada, junto con sus hijos, objetivo militar por parte de actores armados en razón a sus denuncias con autoridades competentes sobre actividades de minería ilegal que se estaban realizando en el Consejo Comunitario La Toma.
Participó en la llamada «Marcha de los Turbantes» en 2014 para exigir el fin de la minería ilegal y la ocupación de tierras.
Participó en la Movilización de «Mujeres Negras por el Cuidado de la Vida y los Territorios Ancestrales», la cual se realizó desde el Norte del Cauca hasta la ciudad de Bogotá del 17 de noviembre hasta el 11 de diciembre de 2014. Dicha movilización consistió en visibilizar los impactos que está generando la minería ilegal e inconstitucional en el departamento del Cauca, y exigir al gobierno realizar las acciones necesarias para proteger el territorio y sus habitantes, las amenazas y el desplazamiento forzado que líderes y lideresas estaban siendo sometidos por denunciar dicha actividad.
En diciembre del 2014, fue a La Habana como víctima en la quinta delegación. En este proceso participó ante la mesa de los diálogos de Paz con su relato sobre la forma en la que el conflicto armado político y económico ha afectado históricamente de manera desproporcionada a las comunidades afrocolombianas, y de manera específica a las mujeres negras. Asimismo, habló sobre la necesidad de garantizar la participación efectiva de los pueblos étnicos en el proceso para lograr la paz estable y duradera.
A finales de 2014, fue desplazada de su pueblo de origen debido a amenazas que recibió tras liderar iniciativas de lucha en contra de la minería ilegal en su territorio. En su condición de desplazada por la violencia armada, fue invitada a viajar a Cuba a desarrollar actividades con las delegaciones del gobierno y las FARC en el marco del proceso de paz colombiano.
En julio del 2015, participó en una asamblea permanente organizada por la asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, la cual se llevó a cabo sobre la vía Panamericana, con el objetivo de exigirle al Gobierno Nacional garantías de protección a los líderes y lideresas del norte del Cauca debido a que permanentemente reciben amenazas de muerte. También pidió el cumplimento de los acuerdos anteriormente pactados entre el Gobierno Nacional y las comunidades negras de esta región. En septiembre del 2015, la organización Sueca Diakonia le otorgó el Premio Nacional como Defensora de Derechos Humanos.
En el 2016, participó en el paro realizado por la Cumbre agraria Étnica y Popular. Estuvo en la mesa política y enfocando su trabajo al tema de víctimas. En abril de este mismo año, Francia Márquez viajó a Suiza para dialogar sobre los retos y desafíos del proceso de Paz, y los derechos de los pueblos étnicos Afrocolombianos e indígenas. Posteriormente, en el mes de mayo, viajó a París al Foro sobre Minería y buenas prácticas, organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Durante los últimos 6 años ha viajado a Estados Unidos, Ecuador, Panamá, México, Cuba, Suiza y Francia para visibilizar con la comunidad internacional las violaciones sistemáticas a los derechos humanos a las que como pueblo afrocolombiano permanentemente han sido sometidos, y para resaltar la resistencia y la lucha por permanecer en los territorios ancestrales. Francia Márquez ha realizado diferentes foros y conferencias en varias universidades, y ha participado en reuniones con parlamentarios de Congreso de los Estados Unidos, en instituciones gubernamentales y no gubernamentales, y eventos académicos sobre cómo funciona el racismo estructural en Colombia, y cómo las mujeres negras son fuertemente violentadas y sus cuerpos usados como un «instrumento de guerra».
Actualmente es miembro del Consejo Nacional de Paz y Convivencia, instancia creada a través del decreto 885 de mayo de 2017, como instancia para el seguimiento al cumplimiento de los acuerdos de paz. También adelanta sus estudios en Derecho en la Universidad Santiago de Cali y es madre cabeza de familia.
En 2018, fue candidata al Congreso de Colombia por el Consejo Comunitario del río Yurumanguí (CCY) en alianza con el candidato presidencial Gustavo Petro.
El 4 de mayo de 2019 fue víctima junto a otros activistas de un atentado perpetrado con armas de fuego y granadas en el Cauca que dejó dos heridos.
En agosto de 2020 Francia Márquez anunció que se lanzaría a las elecciones presidenciales de 2022. En abril de 2021 en el marco de la Convención Nacional Feminista oficializó su candidatura, el Movimiento Estamos Listas ofreció su apoyo a ella y a la también precandidata, Ángela María Robledo.
Leer todo esto me hizo convencer por completo que Francia Márquez tiene la capacidad y la experiencia suficiente para ser presidenta de este país. Elegir a Francia Márquez como presidenta de Colombia, sería realmente algo revolucionario. Una mujer negra, joven, madre cabeza de familia, víctima de la violencia, el desplazamiento y el conflicto armado. Conoce el territorio nacional, sabe e identifica las necesidades de los pueblos y las comunidades históricamente masacrados y excluidos de la sociedad colombiana. Tiene claro cuál es el camino para sacar a Colombia de la hecatombe que han generado dos siglos de malos gobiernos.
Eligiendo a Francia Márquez presidenta, estaríamos cortando de tajo dos siglos de machismo y patriarcado autoritario y violador, de racismos generadores de exterminios y masacres de pueblos marginados, de esclavitud; dos siglos de exclusiones que han causado la mayoría de las guerras de esta república ya hastiada de tanta violencia y guerra. Quienes dicen y afirman que Francia Márquez no tiene experiencia para gobernar este país, es porque no han leído y no se han informado siquiera de la más mínima parte de su historia, de su recorrido, de sus luchas y esfuerzos por su territorio y la paz de Colombia. Con Francia Márquez estaríamos realmente cambiando la historia de Colombia, por eso, y por su lucha, hoy digo ¡Francia presidenta!.
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