El Festival del Libro y la Cultura de Itagüí, que hemos decidido llamarlo Festilibro, tiene un propósito de ciudad, región y país.
¿Por qué de ciudad? Porque el tejido cultural de Itagüí necesita un estatus ideal: recorrer, hacer memoria y construir ciudadanía, alejado de odios, rencores, rencillas y entender que las oportunidades del futuro están en la innovación, en la adaptación al cambio y en la búsqueda de optimizar procesos.
En esta plataforma cultural, estamos convencidos de que juntos generaremos un crecimiento económico de las organizaciones y artistas siempre y cuando se adapten al cambio y le abran la puerta a la innovación. Además, buscamos que quienes integramos el ecosistema cultural, sean articuladores de un componente social, ambiental y de formación para las futuras generaciones de gestores, actores, actrices, cirqueros, clowns, escritores, poetas y todos aquellos que buscan, en las expresiones culturales y artísticas, una forma de ser, subsistir, encontrarse consigo mismo y de construir espacios donde todos estamos
¿Por qué de región? Este es un evento que no solo está proyectado para que sea hecho por artistas, gestores y todo el ecosistema cultural que nos rodea en la urbe. Es un evento que le abre las puertas aquellos que también comparten nuestros pensamientos e ideas.
Festilibro busca ser esa ventana que abraza a todos aquellos que ven en la cultura la oportunidad de posicionar pensamientos, corrientes, nuevas propuestas de cambio y un sin número de oportunidades para abrirnos al mundo.
No solo basta con lo que construimos por dentro sino cómo lo contamos afuera y desde Itagüí; queremos abrir una nueva ventana de una narrativa de ciudad que se piensa así misma, que se cuestiona, que se abre al mundo y que abraza las oportunidades que pueden venir de aquellos vecinos que han estado por años.
¿Por qué de país? En momentos de polarización política, de la toma hostil de las ideas por intentar perpetrarlas en la ciudadanía de un lado y del otro, un Festival del Libro y la Cultura es el oasis en medio de las convulsas redes sociales, en las convulsas luchas políticas y democráticas.
Este país necesita más reflexión y no vivir a la cazaría de ciudadanos incautos que no se toman el tiempo de analizar y construirse su propio criterio, pero, ¿tienen la culpa? Obviamente no y por eso, cada festival, cada feria, cada espacio que se propicia para los libros, la lectura y aquellas discusiones necesarias en una democracia, es de vital importancia preservar, cuidar y alimentar, con la bondad de los recursos, para que muchos de los sueños se hagan realidad.
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