Feliz Navidad, Danielito

“El Ecuador se cae a pedazos, pero no pasa nada porque es navidad y nuestros problemas pueden esperar. No hay derecho a dañarle las fiestas a Danielito y su hermosa familia”.


No es fácil escribir sobre Ecuador en estos momentos pues uno no sabe a cuál de todos nuestros males referirse. Y es que en la Hacienda Noboa pasa de todo, pero nunca pasa nada.

Las Fuerzas Armadas desaparecen a cuatro niños en un “operativo irregular” y no pasa nada porque esos niños eligieron nacer pobres y ser, por lo tanto, invisibles para los ecuatorianos de bien. Ganarle la guerra al crimen organizado bien vale unas cuantas desapariciones forzosas siempre, claro, que los desaparecidos no pertenezcan a las familias que importan.

El Tribunal Contencioso Electoral decide inhabilitar a un candidato presidencial incómodo para Danielito y no pasa nada porque dejarlo participar habría significado hacerle el juego al correísmo. La democracia está bien, pero tampoco hay que exagerar.

Los jueces dejan libres a narcotraficantes y líderes de bandas de crimen organizado y no pasa nada porque tendremos una nueva cárcel en Santa Elena que se llenará con los delincuentes de poca monta que no pueden pagar por su libertad. Hasta para violar la ley hay que saber cómo hacerlo.

La Ministra de Trabajo sanciona administrativamente a la vicepresidenta de la República elegida en las urnas y no pasa nada porque lo hace con la venia de Danielito. Seamos honestos, los vicepresidentes son un elemento decorativo, ¿qué es eso de querer suceder al presidente por la vía constitucional?

La Fiscal General del Estado decide trabajar —por así decirlo— desde fuera del país sin rendirle cuentas a nadie y no pasa nada porque esa fiscal ha elegido sabiamente a quién perseguir y a quién proteger. Dios bendiga a la nueva integrante de su familia.

El presidente de la República se alía con la fiscal para perseguir al alcalde de Guayaquil y no pasa nada porque ese alcalde no ha tenido la delicadeza de tratar de usted al primer mandatario. Hay que respetar las jerarquías; uno tiene que agachar la cabeza frente a patrón Danielito.

El presidente de la República empieza una guerra contra los artistas y no pasada nada porque el arte, cuando no es decorativo, puede ser muy peligroso. ¿Para qué andar escuchando bandas subversivas cuando podemos bailar tecnocumbia en la Asamblea?

El presidente de la República empuja al exilio o al ostracismo a esa especie en extinción que son los periodistas críticos con el poder y no pasa nada porque Carlos Vera y Rafael Cuesta nos mantienen bien informados. No es culpa de Danielito que haya periodistas que no sepan administrar la verdad.

El presidente de la República promulga vía decreto una ley archivada por la Asamblea y no pasa nada porque el legislativo está lleno de amigos de narcotraficantes. Eso sí, algún día tenemos que hablar seriamente de esa Corte Constitucional obstruccionista que ha suspendido la aplicación de tan útil ley.

El presidente de la República se niega a pedir licencia para hacer campaña y no pasa nada porque siempre hay abogados constitucionalistas a la carta prestos a darle la razón. Nadie está por encima de Danielito, ni siquiera la ley.

El sistema eléctrico del país colapsa el mismo día que el presidente de la República prometió el fin de los apagones y no pasa nada porque no es culpa suya sino de una zarigüeya correísta y un hachero con manos de caucho. Danielito contra todo y contra todos.

El Ecuador se cae a pedazos, pero no pasa nada porque es navidad y nuestros problemas pueden esperar. No hay derecho a dañarle las fiestas a Danielito y su hermosa familia.

***

No es fácil escribir sobre Ecuador en estos momentos porque, como dice el poeta: “¡Más valdría, en verdad, que se lo coman todo y acabemos!”

Juan Sebastián Vera

Sociólogo por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Estudiante de Política Comparada en FLACSO, Ecuador.

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