“La promoción de la exclusión, la división y la lucha de clases no favorece a la mayoría de la población; favorece a quienes, con intereses particulares, crean falsos enemigos”.
Hay una frase que se le atribuye al filósofo francés Voltaire (1694 – 1778) que reza “No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo” que refleja lo que nos ha costado históricamente como sociedad convivir en medio de las diferencias. Práctica hoy más que evidente gracias a las redes sociales y en escenario de elecciones presidenciales. El ambiente en el país está polarizado.
Coincido con varios analistas de que esta ha sido una campaña marcada por los escándalos, ataques personales y desprestigio más que por las propuestas de los candidatos presidenciales. En redes sociales a través de bots y bodegas salen al ataque hordas que sienten que hay opiniones que amenazan los intereses de sus candidatos, varios de estos más preocupados en desprestigiar a su rival que de seducir a la ciudadanía con sus visiones de país.
Desde los más fervientes simpatizantes de Petro, que en gavilla atacan al que manifieste su voto por otro candidato; hasta el mismo Fajardo que creo la campaña “AntiFico”. Simpatizantes apasionados de todas las orillas, al ver que hay personas que no coinciden con su candidato no encuentran más argumentos que los ataques personales como lo vivió hace días Egan Bernal, que recientemente anunció su apoyo por Fico Gutiérrez, o el mismo Capitán J de Son Batá: “Ahora resulta que soy un negro de derecha incluso uribista por mi apoyo a Fico Gutiérrez, hasta me han acusado de vender mi gente, totalmente lejos de la realidad” (ver).
El principal problema de la polarización que vivimos ha sido la promoción de la lucha de clases: privilegiados vs excluidos, empresarios vs trabajadores, ricos vs pobres. Es difícil unir a un país cuando creemos que el otro, por tener mejores condiciones -sin que necesariamente tenga la culpa- y piensa distinto, es mi enemigo, como pretendió hacerlo ver la actriz Carolina Ramírez criticando a Egan Bernal por cantar su voto por Fico: “Tusa brava con la insensatez de este admirado deportista que viene de abajo y esta (sic) con el pueblo” (ver).
El error del candidato del Pacto Histórico ha sido agudizar esa polarización social con la lucha de clases. Un gobernante no debería crear ni promover enemigos sino trabajar por unir y construir con todos los sectores sociales y económicos, propiciar un entorno de armonía y esperanza para la población. Esta semana nuevamente se descachó con el sector minero – energético poniendo al carbón y al petróleo al mismo nivel de la ilegalidad como la cocaína “nuestros tres productos de exportación son tres venenos, el carbón, el petróleo y después la cocaína”. fue lo que dijo (ver).
Debemos seguir aprendiendo a defender nuestras ideas con respeto y suficientes argumentos para que las ideas se defiendan solas, pero saber que no hay verdades absolutas y que bajo esa lógica podemos estar en desacuerdo con muchas personas, pero que a pesar de esos desacuerdos podemos convivir. No es necesario llegar a los ataques personales ni desprestigios y mucho menos construir nuestro futuro destruyendo al otro.
La promoción de la exclusión, la división y la lucha de clases no favorece a la mayoría de la población; favorece a quienes, con intereses particulares, crean falsos enemigos en lugar de tejer puentes y desarrollar propuestas que verdaderamente vayan en beneficio de todos los ciudadanos.
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