“Parece ser que respetar la diferencia sigue siendo más fácil decirlo que aplicarlo y que para algunos sigue siendo más cómodo eliminar e invisibilizar al otro”.
Esta semana se realizó el “Primer encuentro regional de gestores culturales Jericó 2021” en el municipio de Jericó, suroeste antioqueño, organizado por la Corporación Arte Único. Dentro de las organizaciones a las que recurrió Arte Único para patrocinar el evento se encuentra Comfama y en uno de los conversatorios que daba apertura al certamen, participaba el alcalde de Támesis, Juan Martín Vásquez, conocidos contradictores de Quebradona.
Como un evento de estos, cuesta, los organizadores se dieron a la tarea de buscar recursos con más entidades públicas y privadas que garantizaran el éxito. Tocaron las puertas del Ministerio de Cultura, Alcaldía de Jericó, Transportes Jericó, Confiar, Minera de Cobre Quebradona, entre otras. Todas estas entidades respaldaron la iniciativa entendiendo que está alineada con la vocación cultural que por naturaleza tiene Jericó.
Sin embargo, faltando pocos días para dar apertura oficial, Yolanda Cárdenas, representante de la Corporación Arte Único, empezó a recibir algunas llamadas incómodas que la presionaban a desistir del patrocinio que había solicitado voluntariamente a Quebradona, literalmente, algunos de los patrocinadores e invitados, que no es difícil saber quiénes son, le dijeron: “si acepta el apoyo de Quebradona nosotros declinamos nuestra participación”.
Fue tal el nivel de presión que ejercieron sobre Yolanda, que, según ella, prácticamente la obligaron a escribir una carta dirigida a una de las entidades que había mostrado inconformidad, donde dijera que declinaba el patrocinio, para con esta, los contradictores le pudieran armar un escándalo a la compañía minera, que no prosperó.
Es una paradoja, máxime, cuando para el cierre de este evento, se programó la exposición “Cultura Ciudadana: Socialización de una estrategia basada en el respeto desde la diferencia”. Parece ser que respetar la diferencia sigue siendo más fácil decirlo que aplicarlo y que para algunos sigue siendo más cómodo eliminar e invisibilizar al otro, que debatir y convivir, para construir.
Da lástima que, en un evento de este tipo, que está llamado a convocar a la reflexión, a la unidad y a la cohesión social, se presenten este tipo de prácticas tan propias de la inquisición. Deja un mal sabor de boca. Estos certámenes deberían servir de ejemplo sobre cómo a través del diálogo se conectan distintos puntos de vista para encontrar mejores soluciones, sin necesidad de llegar a la agresión ni a la violencia tan común por estos días.
Hay una historia que conocí hace poco que sirve de reflexión: casi a mediados del siglo XX unos novios que vivían en Jericó se querían casar, pero el Obispo de la época no lo permitió porque el novio era judío y divorciado (para ese entonces el divorcio en Colombia no estaba permitido) y la novia era católica; esto, a pesar de que el novio había tramitado con Roma, una dispensa papal (eximir a los individuos de una ley del derecho canónico). El novio no desistió en su empeño. Con dispensa papal en mano, logró que el Obispo de Medellín les diera la autorización para oficializar su matrimonio. En el mausoleo que tiene la familia en el cementerio de Jericó, destacan dos símbolos juntos: la estrella de David y la cruz, como símbolo de unidad y coexistencia.
Qué bueno sería que como este par de novios y luego esposos, aprendiéramos de verdad a respetar las diferencias y desde el amor, ayudar a construir. Nuestras creencias no son las únicas, tampoco son verdades absolutas y mucho menos, son superiores a las del resto.
*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mis opiniones no representan a mi empleador.
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