¿Existe un centro educativo sin ideología?

Las instituciones educativas eligen un modelo pedagógico y no otro, desde un juicio de valor que esté ayudará a desarrollar más las capacidades del ser humano, determinando en el sujeto cognoscente  la forma de construir  el conocimiento. Que a través de los instrumentos de evaluación y  la didáctica elegida potencializa o no en el estudiante,  su desarrollo natural y exponencial de sus competencias.  El modelo pedagógico establece como el ser humano interactúa consigo mismo, con los otros y el ambiente, determinando los  propósitos para aprender y enseñar.

Dentro de la gestión académica, además de elegir un modelo pedagógico, se elige unos valores institucionales, un perfil de egresado, la misión y visión, conformando así la filosofía institucional, esa elección no se hace de forma arbitraria, sino que se establece bajo la investigación poblacional, las necesidades de sí misma y su contexto en necesidad de responder a las preguntas fundamentales de la pedagogía ¿Qué enseñar? ¿Cómo enseñar?,  ¿Para qué enseñar?, y ¿Cómo evaluar lo enseñado?, preguntas que se proponen para establecer una reflexión interdisciplinar sobre la caracterización de la condición humana y la sociedad.

Los planes de estudio son construidos con base a  las leyes educativas, lineamientos y derechos básicos de aprendizaje  desde el Ministerio de Educación Nacional.  Lo anterior conforman la fundamentación de la estructura ideológica de una institución, un centro de estudios sin ideología no sería educativo, ya que, no respondería a la fundamentación pedagógica acerca de la naturaleza humana y al no tener fundamentos epistemológicos en su gestión educativa no posee alcance en la transformación de la sociedad, incumpliendo con los 12 fines de la educación colombiana que a continuación puede consultar https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85906_archivo_pdf.pdf

Cabe aclarar que esta ideología no debe tener como fin homogeneizar el pensamiento de sus estudiantes ni servir como currículo oculto para fines que no sean la emancipación, la transformación social y el desarrollo de Colombia. En este país causa estupor la palabra ideología, pero se sugiere entenderse en  toda su amplitud y no parcializarse solo en la dimensión política y económica.

Ideología, desde su raíz Eidos, idea y logia estudio, en este caso el estudio de las ideas que se establece para la fundamentación interdisciplinar  del proceso de enseñanza-aprendizaje que constituye la filosofía institucional y el sistema de ideas de un colegio, universidad,  y demás centros de educación, la cual estará presente en su reflexión pedagógica dando respuestas a las anteriores preguntas señaladas, estableciendo su impacto social. Por consiguiente, en los centros de estudios enseñan conforme a una estructura ideológica que pretende potencializar o no en los estudiantes sus habilidades, competencias y pasiones. 

 En el marco del paro nacional se ha vuelto más evidente el señalamiento de adoctrinamiento en contra de algunos docentes colombianos,  que generan espacios de debate para la comprensión de los acontecimientos del país, precisamente en el cumplimiento del segundo fin de la educación de la ley 115 de 1995 título I Articulo 5: 

La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad.

La crítica  en algunas ocasiones sobre adoctrinamiento priva al docente de su pensamiento, condicionando su cátedra desde el discurso de la polarización y el miedo. ¿Dónde más si no son los centros educativos donde se forma para las competencias ciudadanas? Estos son una micro sociedad que replica las formas de comportamientos públicos y privados de los estudiantes y familias,  es por ello que se eligen los diferentes órganos del gobierno escolar, estudiantil, escuela de padres y profesores, con uno de los  objetivos de democratizar la gestión educativa y propiciar espacios para que los estudiantes ejerciten su formación ciudadana,  es preciso recordar al maestro de Alejandro Magno, Aristóteles, quién mencionaba que aquel ser humano que no concebía la política como condición de su naturaleza o era un animal o un Dios.  Lo político es una dimensión humana que atraviesa el campo de lo ético y moral en las acciones cotidianas y sociales. 

La pregunta fundamental  que se deben hacer los maestros en la actual coyuntura del país es ¿Están educando para la guerra o para la paz? Surge entonces el reto de enseñar Cátedra de la paz en un país en el cual los habitantes que nunca han padecido la guerra voto no a la paz mientras que las víctimas del conflicto armado votaron por el sí, donde algunos de sus ciudadanos niegan los Falsos positivos, no reconoce las responsabilidades del Estado y sus instituciones. Construir la paz es reconocer, asumir y reparar los acontecimientos ocurridos tanto por parte del estado, sus instituciones y por los ex miembros de las FARC. Algunos políticos del Centro democrático  pretenden que se enseñe la historia del conflicto armado desde la perspectiva negacionista del mismo, imposibilitando la construcción de la memoria, la reparación y la no repetición.

Por citar uno de los casos, el de la maestra de Calí, hoy por hoy una de las ciudades más afectadas por la violencia en el marco del paro; la maestra puso una tarea sobre los falsos positivos, informe de la JEP, en el taller también se mencionaba una pregunta sobre Uribe. En reacción a esto  la congresista,  María del Rosario Guerra, en un Tweet , publicó el taller afirmando “esto es un claro ejemplo del adoctrinamiento al que someten a niños y jóvenes en algunos colegios del país. No se puede olvidar que las aulas son para educar y no para manipular”

El Rector Orlando Quintero, afirma que, “Yo considero que las preguntas no tienen sesgo, las preguntas están encaminadas a que recolectar información. Eso no es adoctrinamiento, es organizar procesos didácticos y pedagógicos” además de, “desarrollen competencias argumentativas sobre lo que sucede en nuestro país”. Ver noticia completa en https://www.infobae.com/america/colombia/2021/04/10/eso-no-es-adoctrinamiento-la-defensa-del-rector-de-colegio-en-cali-por-trabajo-sobre-falsos-positivos-y-el-expresidente-uribe/  Educar para la paz no debe ser objetivo solo de las áreas de Cátedra para la paz y Educación ética y valores humanos, sino de todo el currículo educativo, que  pretende que todas las área intervengan para fortalecer las competencias ciudadanas.

Los aportes que se esperan desde el sector educativo es en necesidad de que la escuela oriente en la reparación la reintegración,  y el establecimiento de condiciones cognitivas y actitudinales para reconstruir  el tejido social, desaprender la guerra y reparar la memoria intergeneracional, histórica y colectiva.

La enseñanza de la Cátedra de la paz tiene como uno de los objetivos  según el Decreto 1038 del 25 de mayo de 2015 en el artículo 2 es:

Fomentar el proceso de apropiación de conocimientos y competencias relacionados con el territorio, la cultura, el contexto económico y social y la memoria histórica, con propósito de reconstruir el tejido social , promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la constitución. 

La posición ideológica del sector educativo  debe ser  defender la vida digna, los derechos y deberes, un estudiante sin sentido de lucha de clases, sin conocimiento de la historia del conflicto armado no tendrá empatía, no habrá solidaridad y compromiso por evitar y denunciar la violencia directa, cultural y estructural. Los centros educativos no solo debe enseñar para la competencia, sino para vivir en sociedad aún dentro de la competencia, que el estudiante pueda comprender que construye la paz cuando cuida de sí mismo, de los demás y de su entorno, donde sus relaciones interpersonales e intrapersonales se basen en principios éticos. La paz no debe politizarse y polarizarse, debe ser un propósito de civilización y humanismo. 

¿Qué diferencia hay entre adoctrinar y educar?

¿Qué es adoctrinar?, según la Rae, inculcar a alguien determinadas ideas o creencias, esta definición parece inofensiva pues como determinadas se puede considerar como particulares creencias de un individuo o una institución. Quién adoctrina ya sea un maestro, familiar, amigo, vecino, medio de comunicación, partido político,  entidades y demás, coacciona la libertad de pensamiento, imponiendo un dogma, es decir una opinión que puede estar fundamentada o no, sin permitir la oposición, la comprensión, refutación y confrontación, muy por el contrario.

 El deber de quién educa debe ser  desarrollar habilidades de pensamiento, como discernir, debatir, reflexionar,  crear, comparar, argumentar, confrontar y empatizar,  mientras que el que adoctrina enseña a obedecer a ciegas reprimiendo el pensamiento de los demás, defendiendo una posición que no respete la de  los otros y de forma propagandista le incite a señalar y violentar a todo aquel que no crea el dogma, vulnerando un derecho constitucional.

Es preciso aclarar que en ocasiones se confunde los enunciados normativos de los enunciados descriptivos e informativos, estos últimos son de carácter histórico los primeros son de carácter moral. Ejemplo de enunciado descriptivo e informativo, la maestra dice en clase de cultura griega antigua,  lo siguiente «llevaban a cabo la mutilación de algunos miembros para consagrar libaciones a las divinidades y así agradarles», no falta quién interprete esto de forma enunciativa moral y diga que la docente está enseñando a los estudiantes que deben  mutilarse para dar las gracias a Dios.

¿Le parece absurdo este ejemplo?, entonces, qué piensa de qué a los maestros por hablar de los acuerdos de paz, de la historia del conflicto armado, del informe de la JEP y de los falsos positivos, ¿Se les llame guerrilleros, infiltrados y adoctrinadores? ¿No están acaso cumpliendo en enseñar lo estipulado por el decreto 1038 y los fines de la educación en Colombia?, surge de nuevo la pregunta, colombianos ¿Quieren que sus hijos sean educados para la paz o para que se vaya a la guerra y perpetúen la violencia en apoyar sistemas fundados en la injusticia? ¿Acaso no quiere un país mejor donde la juventud tenga mejores posibilidades que las que usted o incluso yo tuve? Y usted estudiante, ¿Quiere ser educado para construir y sostener la  paz o para irse a la guerra? Si adoctrinar es antipedagógico por ir en contra de los fines de la educación en Colombia que están íntimamente ligados a la democracia y  la justicia, ¿Educar para un negacionismo del conflicto armado colombiano y perpetuar la guerra, espacio de injusticias y violencia no será  adoctrinar? Ya que esto quieren algunas élites y no corresponde al bien común.  

Daniela Castaño Molina

Licenciada en filosofía, investigadora del teatro griego clásico. Casa del Teatro, biblioteca Gilberto Martínez de Medellin.

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