La administración nacional, además de las municipales y departamentales, pueden otorgar estímulos económicos para la formación académica de sus empleados de planta. Sin embargo, deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos el “estudio individual de cada solicitud en una comisión dedicada a ello”. En el caso de Itagüí, de esto se encarga la Comisión de Capacitación y Bienestar Laboral, Estímulos Académicos e Incentivos.
Esa comisión la conforman el alcalde o su delegado, el secretario de educación, el secretario de servicios administrativos, y dos empleados de carrera administrativa miembros de la Comisión de Personal. Para el caso de esta columna, eran Jorge Eliecer Echeverri Jaramillo (secretario delegado por el alcalde), Guillermo León Restrepo Ochoa, Diego Alexander Aguirre Ramírez, y Donaldo Acevedo Vargas y otro empleado, respectivamente (período 2019-2021). En ese sentido, son tres integrantes de la administración municipal y dos representantes de los empleados, quienes pueden variar cada dos años mediante votación de sus compañeros.
Por esa Comisión deben pasar todos los casos de solicitudes económicas de estímulos académicos para aprobarse o no, incluidos los de los secretarios de despacho, aunque sean cargos directivos muy cercanos al alcalde. El caso puntual que ocupa esta columna es, precisamente, el de un secretario de despacho: Sebastián Zuleta Zea, hoy Secretario de Medio Ambiente, hijo del Subsecretario de Movilidad de Medellín, Mauricio Zuleta, y sobrino del curtido concejal itagüiseño, Elkin Zuleta (Partido Liberal).
En la Resolución 27724 (imagen abajo) se puede leer que el 27 de enero de 2021, en reunión virtual de la comisión encargada de estos estímulos, “se verificó el cumplimiento de los requisitos (…) y se aprobó reconocer a El señor SEBASTIAN ZULETA ZEA el 80% para el pago del primer semestre de la MAESTRÍA INGENIERÍA CIVIL, en la Universidad de Medellín”.
Sin embargo, como lo manifiesta Donaldo Acevedo en reunión de Comité el 25 de febrero del 2021, ese caso de Sebastian Zuleta nunca se estudió el 27 de enero de 2021, y aún así se le desembolsó el estímulo económico por 4.152.320. El 27 de enero, entonces, se aprobaron realmente 9 estímulos económicos, pero con Zuleta la cifra ascendió a 10 sin que se estudiara ni aprobara su solicitud.
En la imagen de abajo se evidencia su adición en el apartado de Excel de los estímulos aprobados el 27 de enero de 2021, justamente en el último lugar. En las otras imágenes se evidencia que, efectivamente, el desembolso de ese dinero sí tuvo lugar.
Ante esa reclamación de Donaldo Acevedo, el Secretario Jurídico de la Alcaldía, Jorge Echeverri, dijo que Sebastian Zuleta lo abordó y le dijo que él cumplía con todos los requisitos, que qué posibilidades había de que lo incluyeran en ese comité (en el acta) aun cuando no había sido evaluado y cumplía con todos los requisitos. Echeverri le dijo que hablara con los demás miembros del Comité, que él no tenía problema.
Acevedo insiste en que ese tema de Sebastian Zuleta nunca se trató, aunque él sí lo abordó telefónicamente y le compartió la solicitud del estímulo diligenciada vía WhatsApp, ante lo cual le dijo que iba a gestionar una reunión para discutir esa solicitud, cosa que nunca se dio por nula respuesta por parte de varios integrantes del Comité. Por su parte, el otro representante de los empleados afirmó que Zuleta nunca lo abordó, y pone sobre la mesa una reflexión que no quisiera pasar por alto: “donde hubiese sido el auxiliar administrativo o el técnico operativo, las circunstancias hubieran sido totalmente distintas… hubo una cuestión de amiguismos. A mí no me consultó nunca”.
Por su parte, el Secretario de Servicios Administrativos, Diego Alexander Aguirre Ramírez, también asistente a la reunión del 25 de febrero del 2021, dijo que Sebastian también lo buscó, pero le respondió lo mismo que Echeverri: que hablara con los demás. Este funcionario ofrece disculpas y advierte que “si algo, se le envía un oficio diciéndole que devuelva el dinero (…) sí fue más un tema de confianza de buena fe de parte de nosotros”.
Posteriormente, cuando Donaldo Acevedo le pregunta a la profesional universitaria, subordinada de Aguirre, que por qué había incluido a Zuleta en el acta, inmediatamente interviene su superior sin permitir que ella respondiera, justificando que él se lo pidió, en tanto ya se había consultado con los demás. Ante ello, Acevedo pregunta que si los demás eran Jorge Eliécer y él (ambos representantes de la administración).
Finalmente, el Secretario Privado del alcalde, Jorge Eliécer Echeverry, dijo que efectivamente hubo una “ligereza y un exceso de confianza”. Qué más vueltas le vamos a dar a eso, dice. Así de fácil.
Sebastián Zuleta recibió en total 3 desembolsos para el estudio de su maestría, como se evidencia en la imagen de abajo. Sin embargo, el dinero del primer desembolso, motivo de esta columna, efectivamente fue reembolsado o devuelto por el Secretario de Medio Ambiente, como consta en la segunda imagen de abajo. Quiero presumir la buena fe de que los otros estímulos hayan tenido lugar siguiendo el conducto adecuado; o sea, sin saltarse la norma.
Los representantes de los empleados, entre cuya pareja está Donaldo Acevedo, denunciaron el 8 de abril del 2021 ante Procuraduría a los hoy funcionarios Diego Alexander Aguirre Ramírez, Secretario de Servicios Administrativos; Jorge Eliecer Echeverri Jaramillo, Secretario Privado de la alcaldía; y a una profesional universitaria subordinada de Aguirre. Ese ente control remitió tal denuncia a la Personería de Itagüí en cabeza de John Jairo Chica, hoy precandidato conservador a la alcaldía, quien a su vez remitió el caso a la Oficina de Control Disciplinario Interno, en donde hoy duerme el proceso. No queda de menos aclarar que la jefa de esa oficina era, hasta finales de octubre, Valentina Isaza, esposa el excomandante de la estación de la policía de Itagüí.
Es claro entonces que en este caso específico habría una cuestión de amiguismo y hasta de nepotismo. No discuto que el Secretario Sebastian Zuleta no haya sido digno de tales estímulos, pero sí se pone en tela de juicio la transparencia con la que estos se aprueban. ¿Los secretarios Aguirre y Echeverri hubieran tenido el mismo exceso de confianza con alguien que no fuera cercano a ellos? ¿Hubiera existido el mismo exceso de confianza con alguien que no fuera el sobrino de un concejal de la coalición de gobierno del actual alcalde? ¿Cuántos amigos de la administración habrán estudiado de cuenta excesos de confianza? ¿Por qué, además, fue ascendido el funcionario que estaba llevando el caso en la Oficina de Control Interno?
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