Estrategia de la izquierda

Cada acto, cada acción, demuestra que Gustavo Francisco Petro Urrego es un mitómano y no ha dejado, un solo minuto, de pensar en cómo llevar al país por el camino del fracaso. A su presidente no se le puede creer lo que dice, sino lo que hace, está buscando su reelección y lo hará a través de la mejor de sus tácticas ¡a las malas!


Las evidencias denotan que el gobierno del cambio, con Gustavo Francisco Petro Urrego a la cabeza, quiere convocar, por el medio que sea, una Asamblea Nacional Constituyente, violando la Constitución. Paso a paso desde la izquierda y sus fuerzas aliadas se comienza a gestar un autogolpe de estado. La crisis perfecta se comenzó a delinear con la corrupción y la plata que se ha desviado del ente gubernamental, se agravó con la degradación de las fuerzas armadas, siguió con la transformación a la salud, continuó con el caos en la educación y ahora se corona con la reforma pensional. Colombia está al frente de un panorama de desestabilización en el que su mandatario se lava las manos, dice ser inocente, pero todo demuestra que lo tenía fríamente calculado, pues lleva años pensando cómo volver cenizas a la nación, tal y como lo hizo, en 1985 con su secuaces del M-19, en el Palacio de Justicia.

Con el peligroso llamado que hizo el senador del Pacto Histórico, Wilson Neber Arias Castillo, al ELN y a las FARC para defender al gobierno de Gustavo Francisco Petro Urrego, cobra mayor relevancia la sospecha de un acuerdo tácito de las guerrillas para hacerse al poder. Astucia populista de su presidente, que tiene el obstinado esfuerzo hacer creer que todo ocurre a sus espaldas, demuestra que la estrategia de su mandatario es distraer al colectivo social en redes sociales y luego desconcertar, al constituyente primario, con sus contradicciones. Búsqueda del caos está concentrada en que nadie sepa a ciencia cierta qué pasa, exaltar los ánimos en las clases populares para que el pueblo se declare en “poder constituyente”, mientras desde las refutaciones los combos revolucionarios legislan y se apropian de todo los recursos posibles, inclusive de los gremios de la producción.

Las cifras que acompañan al gobierno del cambio demuestran que la maquiavélica intención de Gustavo Francisco Petro Urrego de provocar el caos se está cumpliendo. Las cifras son cada vez peores un PIB del 0.7%, un desempleo del 10.6%, una inflación del 7.2%, un recaudo de impuestos en descenso del -10.3%, así como la inversión (-6.5%), la industria (-6.7%), el comercio (-5.6%), las exportaciones (-14.2%) y las licencias de construcción (-34.6%). Los decepcionantes resultados dejan a su presidente con un bajo margen de favorabilidad, escaso caudal de votos, y un entorno que le hace casi imposible plantearse cualquier forma de continuidad. El déficit fiscal se disparó en un 51% durante el primer trimestre de 2024, pasando de $13.8 billones a $20.8 billones de pesos. El entorno político, económico y social de la nación devela que es excesivamente perjudicial, para la nación, la profusión de odio y mentiras que teje su mandatario.

Con la plata que se han apropiado, indelicados personajes al interior del gobierno del cambio, se habría sacado a flote las EPS quebradas. La salud de los colombianos está en riesgo. El gobierno ha ejercido una presión significativa sobre las EPS debido a la falta de pagos, hecho que las ha dejado financieramente vulnerables. Esto, sumado a la testaruda anuencia del Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, de destruir el sistema de salud dejando acumular las tensiones financieras de manera irresponsable, con el capricho de reformar un sistema sin entender de fondo los problemas, tiene el potencial para poner en riesgo la sostenibilidad de los hospitales en Colombia y puede resultar en el cierre de servicios. Es claro que los agentes políticos de la izquierda optaron por la diplomacia del soborno para continuar sus esfuerzos por transformar el marco institucional. Ahora han buscado acceder a los ahorros de los colombianos para mantenerse en el poder.

Un hombre que recurrió al conflicto armado para desestabilizar la democracia nunca respetará el estado de derecho, es un desadaptado que escudriña de dónde beneficiarse y lo que menos le importa es el bien del país. Gustavo Francisco Petro Urrego es un político cínico y malvado, está rodeado de un equipo de trabajo ignaro y arrogante propio de la ralea comunista voraz e insaciable. La izquierda está saqueando y arruinando el país, no fueron 380 millones, sino 1.3 billones de pesos los que se extraviaron mediante la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. Llegó el momento de reaccionar, enfrentarlos y derrotarlos, si se convoca a la Asamblea Nacional Constituyente, la respuesta debe ser inmediata. Millones de colombianos deben ir a las calles, hasta salvar la democracia. Lo que ahora se busca entrampar con los acuerdos de paz de La Habana llama a recordar que, en Colombia, el 2 de octubre de 2016 en el plebiscito, triunfó el NO. Fue una artimaña de Juan Manuel Santos Calderón la que propició todo lo que ahora ocurre y tiene a Iván Cepeda Castro, María José Pizarro Rodríguez, y otros, como cerebros de un régimen que se quiere imponer.

Colombia no debe dudar por un instante que desde el interior del gobierno del cambio se está perpetrando un golpe blando a la institucionalidad, la intensión de perpetuarse en el poder, y convertirse en una dictadura “Constitucional” está sustentada en el modelo de Nicolás Maduro Moros. Resulta supremamente grave que su presidente desistiera de la idea de la constituyente universal para gobernar vía decreto, se apueste por segmentar al pueblo con descaro y se aproveche de la ignorancia propia del desconocer los antecedentes históricos. Quienes hoy fungen de adalides de la moral y las buenas costumbres fueron quienes orquestaron el descontento e inconformismo que condujo a la toma “guerrillera” que se conoció como paro nacional, actos de 2019 y 2021 que dejaron la desolación, la destrucción y la pobreza, que trajeron como coletazo a Gustavo Francisco Petro Urrego y sus fuerzas aliadas.

El enfoque de la izquierda sobre la gobernabilidad en Colombia se viene desarrollando desde hace décadas. El control del gobierno sobre los recursos parafiscales podría resultar en una distribución ineficiente de los fondos que beneficie a las asociaciones progubernamentales en lugar de atender las necesidades reales del sector. El traspaso del control sindical a Gustavo Francisco Petro Urrego sería un golpe fatal a la democracia. Es hora de tomar partido y dejar de ser permisivos. Es inaudito que las curules de paz voten en el legislativo igual que sus victimarios (FARC-Comunes). Su mandatario y las fuerzas aliadas están siguiendo una estrategia similar a la de Hugo Chávez Frías, con el objetivo de convertir a Colombia en el país más pobre del hemisferio y llevar a millones de ciudadanos a tomar las calles del mundo. Los que no han atendido a razones y apoyan ahora las acciones de las milicias urbanas (primeras líneas) llegarán a arrepentirse de su decisión dentro de unos años.

Los hechos indican que la estrategia de la izquierda es alinearse con los delincuentes, y los corruptos del país, para perpetuarse en el poder. Gustavo Francisco Petro Urrego es un incendiario político que ampara los intereses de los criminales, los vagos y los descerebrados, para atornillarse a la silla presidencial. Atomizar la Constitución y las fuerzas militares, que defienden al pueblo colombiano, es lo único recurso que le queda a quien hizo tantos juramentos y promesas falsas. Su presidente ha dicho de mil formas posibles que convocará una constituyente, lo quiere hacer violando la constitución, y para eso encomendó a Álvaro Leyva Durán y Luis Eduardo Montealegre Lynett. Siempre se supo que una vez en el poder no lo iban a soltar. Su mandatario no es un demócrata, es un ser que detesta la división de poderes y tiene como mayor fantasía controlarlo todo y a todos.

 

Andrés Barrios Rubio

PhD. en Contenidos de Comunicación en la Era Digital, Comunicador Social – Periodista. 23 años de experiencia laboral en el área del periodística, 20 en la investigación y docencia universitaria, y 10 en la dirección de proyectos académicos y profesionales. Experiencia en la gestión de proyectos, los medios de comunicación masiva, las TIC, el análisis de audiencias, la administración de actividades de docencia, investigación y proyección social, publicación de artículos académicos, blogs y podcasts.

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