“El país no estaría al borde del abismo si no se hubiese negociado con criminales y si se hubiera respetado la voluntad de los colombianos. La ambición al poder de Santos llevó a que Petro hoy sea el presidente y esté a punto de dar un golpe de estado. Es el arquitecto de la destrucción de Colombia.”
El presidente Petro ha hecho lo que nadie en su sano juicio haría: asfixiar financieramente el sistema de salud de Colombia. Esto con el propósito de IMPONER su modelo de salud estatal donde el individuo tendrá que pedirle a un político que le ayude para que pueda sr atendido en un hospital.
El famoso “chu-chu-chu” como lo expresó en una entrevista se ha cumplido. El Sistema de Salud colombiano no es el más perfecto del mundo, pero es uno de los mejores. El gobierno de izquierda de Petro lo ha estado destruyendo desde sus bases y los ÚNICOS afectados son los colombianos. Un ejemplo claro de lo mal que es una salud estatal es lo que, precisamente, está ocurriendo con los profesores.
El gobierno inició una prueba de su sistema de salud con ellos y el resultado no pudo ser distinto a la precarización en la atención. Petro y sus secuaces en el gobierno y en el congreso son los responsables de las vidas que se perderán. Se metieron con la salud de las personas para hacer política, por imponer sus perspectivas ideológicas y para enfrentar a los colombianos.
Por otro lado, también están los graves escándalos de corrupción del gobierno Petro. Por tan solo mencionar uno de tantos, el robo de más de un billón de pesos en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres – UNGRD – no es más que la demostración que cuando la izquierda llega al poder llega es a robar a manos llenas, pero dirán los “adalides de la moral” que eso son casos que no les compete a ellos y que son los demás quienes son los responsables.
Un “adalid” es el mismo presidente Petro, que cuando se destapa este caso de corrupción sale en apariciones públicas diciendo que los únicos responsables son otras personas menos él. El presidente NO puede insultar la inteligencia de los colombianos. Así como se le reclamó responsabilidad política al presidente Iván Duque por el robo en el MinTIC de setenta mil millones de pesos, también se le reclama esa responsabilidad al presidente Gustavo Petro.
Ahora la narrativa que quieren imponer – el gobierno siempre queriendo IMPONER – es que la corrupción por ser estructural merece que el país cambie en un sentido radical modificando la Constitución de 1991 para que, según el gobierno, la corrupción se acabe.
Es falso la idea de que la corrupción se va a erradicar promoviendo una Asamblea Nacional Constituyente – ANC – como la propone el gobierno y hasta amenace todos los días con cerrar el congreso si este no la convoca. La corrupción se puede empezar a combatir cuando el estado sea más pequeño y donde las manos de los parásitos no estén.
Por eso la discusión – una nueva que pone el gobierno sobre la mesa para desviar la atención de su incompetencia y corrupción – es llamar ahora a un proceso constituyente para que el estado sea más grande, donde los parásitos tengan más poder y donde los individuos sean esclavos de ese estado gordo que lo único que hará es empobrecer cada día más a las personas.
Que el país esté hablando de que si va haber o no una nueva constitución es un síntoma de que la nación está a punto de sucumbir ante las pretensiones malvadas de un gobierno como el actual que quiere tener el poder sin que nadie le haga control. Por eso la prensa esta siendo atacada por el presidente, la justicia permanentemente está siendo sujeta a “ordenes” implícitas y el congreso amenazado si no le aprueban a Petro sus reformas estatistas.
Con todo lo anterior, que no son más que tres (3) casos graves de este gobierno porque hay miles más, se puede deducir – y ese es el sentir de la inmensa mayoría de los colombianos – que Colombia está siendo “gobernada” por un sujeto que se cree presidente del planeta Tierra, y por esto cada día la situación de seguridad, económica y social del país es paupérrima. Por eso es que ya se rompió relaciones con un aliado militar para combatir a los grupos criminales, el presidente recibe aplausos de naciones aliadas del terrorismo y se ha puesto a Colombia como una nación enemiga de la libertad.
Pero el país no llegó a esta situación tan grave de forma gratuita. En 2016 se firmó un acuerdo de “paz” con una organización terrorista y puso en peligro la estabilidad de la nación. Hoy se habla de constituyente porque fue ese acuerdo el que lo planteó, hoy Gustavo Petro es presidente porque se amangualaron sectores políticos poderosos con criminales para tomarse el poder. En todo esto hay un ARQUITECTO y se llama JUAN MANUEL SANTOS.
Si Gustavo Petro llegara a tomarse el poder por la fuerza no sería el único culpable sino un expresidente que VENDIÓ el país al terrorismo y lo hizo arrodillar ante las pretensiones de los nostálgicos del comunismo que quieren controlar al país para que puedan seguir delinquiendo.
Se supone que quienes cometen delitos deben ir a una cárcel y no volverlo a hacer, pero en Colombia al delincuente más sanguinario se le puede dar curules en el congreso, puestos en las entidades del estado y hasta puede que llegue a la presidencia de la República.
¡Cómo sería de diferente Colombia – para bien – si Juan Manuel no se hubiese burlado de los colombianos al negociar el futuro de la patria con una banda de delincuentes!
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