“Detrás de la administración actual de Medellín hay intereses particulares que quieren negociar la política sin voluntad política.”
¿Qué hay detrás de cada ser humano? Intereses individuales, ambición, ansia de reconocimiento.
¿Qué hay detrás de ciudades en las que está en crisis su institucionalidad? Detrás hay un gobernante único. La característica en común de quienes ocupan el poder hoy en día. La credibilidad de una institución se pone en riesgo cuando se modifican las reglas de juego comúnmente acordadas, cuando se gobierna en una sola vía y se pierde la coordinación entre el sector público, privado y social.
Aquel que gobierna solo, aunque ha sido legítimamente elegido por su pueblo, se siente con una autoridad superior a los atributos que se le han otorgado. Esta actitud de superioridad genera un sesgo que le impide darse cuenta de la gravedad de sus actos al defraudar la confianza de las contrapartes con las que se le ha designado la potestad de la toma de decisiones. Así pues, el resultado no es más que un estado general de incertidumbre que evoca en los participantes de este juego su más puro sentido de supervivencia: buscar defender su interés propio.
En un mundo político ideal, en el que la razón se superpone a las pasiones, la cooperación sería la clave del éxito. En el mundo político que vivimos parece tratarse de una competencia absurda por “quien lo hace mejor”. Aquí no se gana o se pierde juntos, porque mientras la ciudadanía recibe los golpes fuertes, entre los gobernantes está aconteciendo una carrera de egos, rodeada de minuciosas estrategias políticas enfocadas a alcanzar la mayor victoria de todas.
Por lo tanto, detrás de una ciudad que goza de un reconocimiento del que hoy sus habitantes se sienten tan orgullosos, hay una máxima autoridad que cambia la receta del éxito, la que de puertas para dentro permitía la comunicación entre sectores regida por un marco de cooperación.
Detrás de la administración actual de Medellín hay intereses particulares que quieren negociar la política sin voluntad política. Hay una búsqueda impecable por abrirse camino a la presidencia. No hay intención de gobernar el presente porque se tiene puesta la mira en el gobierno del futuro. Desconociendo que, si lo hacen mal en este, se les cobrará para el futuro.
Y por si no habíamos aprendido la lección, cuando creas que en Colombia existe un gobernante independiente presta atención a su sombra, pues nunca gobierna el que se muestra en el frente. Detrás de cada gran gobernante hay una voz que le susurra al oído.
Ya no sólo podemos preguntarnos ¿qué hay detrás de Medellín? Igual de importante es entender ¿qué hay detrás de Colombia?
Es interesante ver el cambio generacional que está ocurriendo actualmente. En mis tiempos la alternativa social para el cambio eran las filas utópicas, ideológicas y violentas de la izquierda revolucionaria…. ?
Bueno, hasta que uno abría la mente y la conciencia a la realidad; entonces la decepción, la impotencia y la indignación te alejaban poco a poco con indiferencia de ese mundo, a mi parecer insalvable por medios racionales. Ahora en este presente, la percepción juvenil de muchos no es utópica, es maravillosamente abierta y por que no decirlo, para nada polarizada. Es un avance enorme y potente el que se den cuenta de la realidad cómo tal, no mirando superficialmente… por fin enfocándose en las consecuencias que por décadas colombia ha venido arrastrando por cometer una y otra vez los mismos errores. Y ver más allá, que y quienes son los que quieren una colombia en ignorancia y nublada todo el tiempo con mentiras y engaños, única y exclusivamente para el beneficio de un puñado.
Esta columna me lleva al contexto, “Juego de Tronos”…? mal definido, más bien “Juego de Egos”. Altamente más peligroso.
Gracias enormes por la columna,
Muy iluminadora y clara, soplan vientos de un verdadero cambio.