Poner el retrovisor en el turbulento 2017 es sin duda la mayor terapia para la memoria y contribuye a ponerse como reto personal en hacer del 2018 un año de buenas decisiones, del mejor goce y eso sí, de vivir a plenitud cada momento como nos gusta, porque siempre se debe aplicar el famoso dicho «no tenemos plata pero maluco no pasamos».
Titulo esta primera columna del 2018 con el también famoso «Este año, Sí» porque lo más turbulento está por venir y como colombianos debemos tener la moral arriba para tratar de sacar este país por nuestra propia cuenta. Desde ya vaticino que este país estará sumido dentro de muy poco (a escasos días) en un espectáculo, como en una corrida de toros, mirando cuál es el toro de mejor casta, quién corta una, dos o más orejas y quién finalmente es el que sale en hombros de la arena ovacionado por las multitudes.
Este año, sí en elecciones: un año cargado de una mezcla entre quienes entran por primera vez al ruedo y quienes son vástagos duros de cortar (tanto por la experiencia de cómo se hace política como en el dineral que hay detrás) que llevará a los ciudadanos a tener un mejor conocimiento de propuestas e ideas y como muchos pregonan por ahí, los políticos se enfrentan a una nueva generación de colombianos difíciles, apáticos y sobre todo inquietos e inquietas (aclaro lo de inquietas porque este país sui géneris hay que especificar todo para no cometer errores de género) y que quieren sabérselas todas, aclarando por supuesto que también corrosibles como la ‘antigua’ generación de colombianos.
Recordemos además, que el 2018 será el año de la segunda parte del Sí y del NO que este año los productores y guionistas políticos han determinado llamarla “escoger entre Izquierda y Derecha”, llevando a los ciudadanos a una serie de vaivenes que produce el efecto deseado: escoger entre lo menos malo.
Este año, sí es donde hay que ponerle mucho más cuidado al populismo barato, tanto de izquierda y derecha (porque en los dos hay populismo aunque los créditos solo lo tenga la izquierda) y tener claro que es fácil de identificar el populismo porque de entrada son propuestas que todo el mundo ovaciona pero que usted da por sentado que eso es imposible de cumplir, algo similar a lo que el personero del colegio prometía: “la piscina”, como un ejemplo vivo que hoy ronda en el cual los mismos políticos prometen con acabar la corrupción, algo que ellos han hecho de por vida. Habrán unos cuantos que no, pero deben ser muy pocos.
Este es el año donde cada uno debe darle una mirada al retrovisor y comenzar como colombianos a sentir este país propio, a sentir que como colombianos somos importantes y que como país podemos avanzar infinitamente si nos ponemos cada uno como meta a enterarnos de lo que está sucediendo, a leer un poco más, saber cuál es el contexto, cómo podemos mejorar y no esperar a que sea el día de elecciones para mirar por quién votar o armar un paseo a una finca de recreo a pasar el fin de semana por aquello de la ley seca.
Quienes somos demócratas y quienes tienen la vocación y la oportunidad de escribir, mi invitación especial para este año es que sea el año para enseñar el verdadero sentido de la democracia, saber que la democracia nos cuesta y que tenemos la responsabilidad de participar en procesos políticos y de elecciones porque la democracia es una responsabilidad que como colombianos no la hemos sabido cumplir.
Este año, sí, es donde el país comienza a ver los verdaderos temas importantes porque ya no tenemos a un fantasma guerrillero que nos quita el sueño y nos impide pensar como país y saber como colombianos qué es lo que queremos, sino sobre todo a salir a conocer lo bello y afortunados que hemos sido de nacer en Colombia.