La campaña política del actual gobierno se basó en la idea de generar la denominada “economía naranja” (Véase: Economía Naranja: ¿puntal para el desarrollo o puro cuentazo?) una economía sustentada al mejor estilo europeo en industrias que se pueden denominar derivadas del conocimiento intelectual.
Como lo son las Start Ups de Silincon Valley, la cultura y el arte, todo esto en respuesta a no solo las tendencias globales sino también a las necesidades de los colombianos de cambiar de una vez por todas la economía extractivista y de materias primas, para al fin dar el salto que se necesita para que la economía este en armonía no solo con el ambiente en el que se desarrolla si no que de verdad genere el bienestar y progreso social que tanta falta le hace a la economía basada en el extractivismo de materias primas y que sumada a la corrupción de este sistema hace que la última beneficiada sea la economía local y la misma sociedad que es directamente afectada.
Es esta propuesta de gobierno la que motivo a muchos jóvenes los cuales están a portas de culminar todo proceso formativo superior a ver en este candidato una luz frente al imponente destino del desempleo que les deparaba, es hoy a un año aproximadamente, que el desempleo está rompiendo récords,(Véase: Desempleo, el mayor problema del país según los colombianos) que el fracking le da una nueva vida a la industria petrolera y que los impuestos ahogan cada vez más a las pequeñas y nacientes empresas, el dólar por los cielos y el precario mercado local colombiano afectado por la subida del IVA, del piso para declarar renta y aún más preocupante con una devaluación más alta que el esperado por el banco de la república (Véase: https://www.portafolio.co/economia/inflacion-en-colombia-mayo-de-2019-530292) y una tasa de crecimiento que cada año tiende a la baja, que en tiempo de preguntarnos.
¿es el mercado colombiano de la mano con su economía la mejor para lograr emprender? O es que acaso todo lo prometido se quedó en el olvido y lo que se busca es que cada vez más los jóvenes colombianos tengamos que emigrar y enriquecer en conocimiento y experiencia a multinacionales en lo que sería un claro ejemplo de una fuga de cerebros.