Ensayo: mujeres y movimientos ambientales. Un acercamiento al Carmen de Viboral

“Hace unos meses visitamos El Carmen de Viboral y conversamos con algunas de las mujeres que se movilizan en procesos ambientales, sus luchas y su encuentro con extractivismo. Aquí un breve ensayo reflexivo sobre este viaje al Oriente Antioqueño”


Introducción

En las montañas de la subregión Oriente del departamento de Antioquia, Colombia, se encuentra el municipio El Carmen de Viboral. Este municipio es conocido por ser Cuna de la cerámica artesanal, pues en el lugar hay varias fábricas productoras de cerámica desde hace unas décadas. Pero también, es conocido por sus luchas territoriales y ambientales por comunidades campesinas y movimientos sociales.

El pasado 6 de diciembre de 2023 comenzamos un viaje a este municipio. Con esta salida de campo se buscaba situar reflexiones sobre extractivismo y neoextractivismo, así como identificar de primera mano particularidades de este territorio y las luchas que se están dando desde diferentes organizaciones sociales y ambientales.

Esta visita y primera conversación con organizaciones permitió situar lo que sucede en relación con el fenómeno extractivista que se expresa en las cuatro zonas de la región del oriente antioqueño debido a que posee: altiplano, bosques, aguas y páramo. Esto ha representado en los últimos 18 años un aumento en la presencia de actores privados y públicos interesados en la instalación de proyectos minero-energéticos que han tenido impactos en el territorio.

Pero estas formas de extractivismo no son las únicas que han afectado al municipio y la subregión, en los últimos años también se ha evidenciado un incremento de proyectos turísticos que afectan el territorio. Sumado a esto, este municipio y los municipios cercanos se han visto fuertemente afectados por el conflicto armado que hizo que muchas familias se desplazaran a la ciudad y que también ha definido formas de habitar estas cotidianidades.

Es por esto que en este escrito abordaremos de forma analítica cómo los movimientos sociales enfocados a mujeres han tenido luchas significativas en relación al cuidado del territorio, entre otras formas que han servido de contrapeso a elementos en torno a repertorios de acción, teoría de los bienes comunes y perspectivas del desarrollo con diversas mutaciones económicas, rurales, sostenibles y de extractivismo.

Movimientos ambientales El Carmen de Viboral y el encuentro con el extractivismo

En el ámbito de la participación y contribución, diversas organizaciones sociales han surgido en el municipio de El Carmen de Viboral. Esto lo evidenciamos al llegar al municipio y encontrarnos con tres mujeres que hacen parte de estos procesos en el territorio, que a la vez tienen sus procesos individuales de gestión, investigación e incidencia.

De estos procesos se destacan el trabajo colectivo de las mujeres en espacios como: la Asociación Regional de Mujeres del Oriente Antioqueño (AMOR), la Asociación de Mujeres de El Carmen (ASOMUCA), el NODO de mujeres de El Carmen de Viboral y La Colectiva El Carmen, entre otras organizaciones que también dialogan a nivel regional con municipios cercanos. Además, se suman el movimiento MOVETE (Movimiento por el Territorio) y la Mesa de Víctimas que también ha tenido un papel fundamental en el territorio.

Estos movimientos han llevado a cabo acciones colectivas desde sus formas de participación en el territorio. Esto es relevante, ya que según Vommaro (2014), es a partir de estas formas que se expresan la politización de los espacios cotidianos, la territorialización de la política y las disputas por el uso y apropiación de lo público y los recursos naturales como bien común. Ya que las principales motivaciones que van desde discursos del cuidado, hasta practicas culturales, terminan siendo disputas con entidades que incluso llevan a la creación de acuerdos y documentos legales de implementación.

La comprensión de la acción colectiva y las subjetividades políticas de estas organizaciones implica también explorar categorías adicionales, como los fines, los medios y el ambiente en el que se desarrolla la acción. Bajo el modelo integrador, se consideran elementos de solidaridad, conflicto y ruptura de límites, para lo cual las contribuciones de Meluci (1991), Tarrow (2012), Escobar (1998) aportan elementos en torno a repertorios de acción, teoría de los bienes comunes y perspectivas del desarrollo con diversas mutaciones económicas, rurales, sostenibles y de extractivismo.

Al conversar con estas mujeres, y un chicho que también hace parte de estos procesos, se pudo evidenciar cómo el discurso del desarrollo y sus diversos apellidos “rural, sostenible, humano, económico, político, social…” cargan con las constantes transformaciones del concepto y las asociaciones que alrededor de la noción de extractivismo se puede construir.

Se pudo evidenciar también como esas macro prácticas de algunas instituciones se siguen replicando “como una herencia Europea en respuesta a la problematización de la pobreza que tuvo lugar en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial” (Escobar, 1998 p.95). Esto se ha intencionado hacia países que por su condición de proveedores de materias primas y poco acceso industrial y tecnológico no respondían a los estándares del desarrollo.

Este discurso promovido por la institucionalidad internacional, atraviesa todos los escenarios de la vida económica, social, política y cultural de las comunidades locales. Pero este análisis va desde lo macro hablando desde lo internacional y nacional, a un análisis muchísimo más local, como lo es el caso de este municipio. Dónde precisamente las mujeres y movimientos sociales se han visto en la necesidad de hacer contrapropuestas a estos modelos de explotación.

Para ejemplificarlo, el Movimiento Social por la Defensa del Agua, la Vida y el Territorio, Movete, es una articulación de organizaciones sociales, juveniles, ambientales y campesinas que nació en el 2013, por la necesidad de trabajar en conjunto para el Oriente de Antioquia. Este ejercicio de resistencia y defensa del territorio tiene un antecesor en el Oriente antioqueño: el Movimiento Cívico.

Hace poco, este movimiento hizo una Alerta Temprana Ambiental exigiéndole al Estado colombiano que garantizara un debate amplio e incluyente sobre la carga histórica asumida por el Oriente Antioqueño. Esta petición incluía un estudio sobre los impactos acumulativos de las hidroeléctricas en la región del Oriente Antioqueño, haciendo un énfasis en las afectaciones diferenciales a las mujeres.

El papel de las mujeres

Cómo se evidenció anteriormente, los movimientos sociales han dado un lugar a las mujeres en sus discursos y exigencias. La participación política y social de las mujeres en El Carmen de Viboral ha permitido una forma de organización comunitaria que ha contribuido a escenarios de equidad de género, memorias colectivas y fortalecimiento comunitario durante el posconflicto.

Siendo su comunidad una extensión de sus hogares, las mujeres han trabajado de manera comprometida, organizada y apasionada para la visibilización de la violencia y al mejoramiento de la convivencia, quedando aún un importante trayecto a recorrer respecto al reconocimiento de su rol en la comunidad, tal como lo mencionaba una de las mujeres que nos recibió el primer día en el Teatro municipal del municipio.

En esta misma línea, Laura Gonzales (2019) quien hizo su tesis en una vereda de El Carmen de Viboral, también menciona qué en este municipio:

La mujer ha sido la que ha trabajado fuertemente por el tejido de la comunidad, por mantener las familias unidas, la comunicación entre ellos, la unidad en colectivo. La apertura en las prácticas sociales y educativas de las mujeres en el territorio han sido a causa de su rebeldía y su intención de querer salirse del cajón operante, pues la centralidad de la mujer es su hogar, la compañía y el apoyo de algún otro individuo perteneciente a su territorio ha sido el impulso para el logro de lo que es hoy ser una mujer de El Porvenir (p.193).

Esta labor de las mujeres que se han movilizado desde el cuidado, se ha encontrado con el extractivismo, que ha demostrado estar en contraposición a estas formas de pensarse en territorio, ya que estas actividades mineras se enfocan en extraer recursos minerales del subsuelo, el suelo, los ríos, para diversos usos: domésticos, tecnológicos, comerciales, estos son apenas algunos de los escenarios donde tiene cabida la extracción de estos materiales, sin embargo, el termino extractivismo podría referirse a casi todas las actividades humanas que toman recursos de la naturaleza.

Sin embargo, las mujeres y movimientos sociales en El Carmen de Viboral han respondido con contrapropuestas a estos modelos de explotación. La participación política y social de las mujeres ha llevado a una forma de organización comunitaria que contribuye a la equidad de género, las memorias colectivas y el fortalecimiento comunitario, especialmente en el contexto posconflicto. Aunque han avanzado en la visibilización de la violencia y el mejoramiento de la convivencia, las mujeres reconocen que queda un importante trayecto por recorrer en cuanto al reconocimiento de su rol en la comunidad.

Apreciaciones finales

En conclusión, El Carmen de Viboral se convierte en un escenario vibrante donde la resistencia contra el extractivismo y la explotación de recursos naturales adquiere forma a través de la participación activa de mujeres y movimientos sociales. Esta lucha refleja la importancia de repensar el desarrollo, cuestionar el extractivismo y buscar alternativas sostenibles que respeten el territorio y fomenten el bienestar de la comunidad.

Laura Gonzales, quien investigó en una vereda de El Carmen de Viboral, destaca el papel fundamental de las mujeres en el tejido de la comunidad, manteniendo familias unidas, promoviendo la comunicación y la unidad en colectivo. La apertura en las prácticas sociales y educativas de las mujeres en el territorio se debe a su rebeldía y su deseo de salirse del «cajón operante,» desafiando la centralidad tradicional de la mujer en el hogar.

Esta labor de las mujeres, centrada en el cuidado, se enfrenta directamente al extractivismo, que busca extraer recursos minerales del subsuelo, suelo y ríos para diversos fines. Estas actividades mineras chocan con la visión de las mujeres y movimientos sociales, que buscan preservar el territorio y sus recursos naturales. A pesar de los desafíos, estas mujeres se mantienen firmes en su compromiso y pasión por la construcción de alternativas sostenibles que respeten el entorno y promuevan el bienestar colectivo.


Todas las columnas de la autora en este enlace: Camila Gil

Bibliografía

Escobar, A. (1998). La invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo. Santafé de Bogotá: Norma.

Gonzáles, L (2019) Identidad, representación social y construcción de territorio en las mujeres de la vereda El Porvenir de El Carmen de Viboral, Antioquia. Universidad de Antioquia: https://bibliotecadigital.udea.edu.co/handle/10495/16390

Melucci, A. (1994). Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientos sociales. Zona Abierta, 69, 153-180.

Vommaro, Gabriel. (2014) «Meterse en política» : la construcción de PRO y la renovación de la centroderecha argentina. Fundación Foro Nueva Sociedad; Nueva Sociedad.

Tarrow, S. (1994). El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Madrid: Alianza.

 

Camila Gil

Antropóloga y comunicadora. Enlace de movilización del Derecho a No Obedecer e integrante de la Red de Jóvenes Constructores de Paz de Fundación Mi Sangre. Actualmente soy asesora del Equipo Consultivo Comunitario de la Universidad de los Andes en proyecto sobre Derechos Humanos Digitales.

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