“Mucho se ha hablado últimamente del precio de la gasolina en el país. Sobre cuánto puede subir su precio y cómo nos veríamos afectados ante ese aumento. Pero poco se ha hablado del lío del gobierno para definir cuánto va a valer el galón de ahora en adelante.”
Comencemos por explicar qué es lo que quiere hacer el gobierno de Petro con el precio de la gasolina. Lo que se busca es que por cada mes que queda del año suba $200 el precio de la gasolina. Ya en octubre subió $200 (por si no se habían enterado), es decir, el precio subiría otros $400 por lo que queda del año.
Contexto.
Producir un galón de gasolina en Colombia cuesta entre $12500 y $13500, o sea, es mucho más caro producirlo que venderlo. Entonces lo que no pagamos por cada galón de gasolina es subsidiado por el Estado. Sumado a eso, no toda la gasolina que utilizamos es producida en el país, pues si bien tenemos refinerías, estas sólo producen un 75% de toda la gasolina que necesita el país, prácticamente el resto se debe importar.
Entonces, como lo que pagamos por la gasolina no es suficiente para que Ecopetrol pueda comprarla, es necesario que el gobierno subsidie a la empresa con el dinero faltante. Ahí entra el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (FEPC), que se encarga de poner el dinero que haga falta para que el precio de la gasolina y otros combustibles sea estable.
¿Cuál es el problema?
Hay varios.
El primero tiene que ver con la importación de gasolina, la cual no sólo es más cara afuera (costaría unos $18.000 por galón), sino que se debe pagar en moneda extranjera, es decir, empieza a ser más cara si el dólar y los precios del petróleo siguen subiendo como lo han hecho a lo largo del año. Ese subsidio a la gasolina que importa Ecopetrol entre enero y julio de este año fue de unos $8000 por galón de gasolina según presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), Francisco José Llorada.
El segundo es que ese hueco de la gasolina ha crecido con el tiempo. Entre enero y agosto, ya era de unos 25 billones, y según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, podría llegar a unos 34 billones al terminar el año. Para hacernos una idea, eso es suficiente como para financiar dos veces la primera línea del metro de Bogotá.
El tercero es que ese aumento a la gasolina puede generar que el costo de vida aumente aún más. Recordemos que la inflación en Colombia es la más alta desde 1999, y si bien el gobierno ya aclaró que no busca aumentar el precio del ACPM por lo que queda del año, esta inflación histórica sumada a un aumento de $600 en la gasolina en tres meses puede aumentar el malestar entre los ciudadanos y generar estallidos sociales.
¿Y todo este lío para qué?
Justamente lo que busca el gobierno de Petro es disminuir poco a poco la plata que se destina al hueco de la gasolina para destinarla a fines como la lucha contra la pobreza y el hambre.
A diferencia de lo que muchas veces hemos escuchado, Colombia no tiene la gasolina más cara del mundo ni de Latinoamérica. De hecho, los subsidios a la gasolina hacen que esta sea de las más baratas en América Latina, donde el costo promedio por galón es de unos $16.000.
Todavía no se ha aclarado cómo subirán los precios de los combustibles el siguiente año o si los impuestos a los combustibles se modificarán, pero el gobierno de Petro está aprendiendo que ser oposición es muy distinto a gobernar, y que muchas veces hay que tomar decisiones controversiales para obtener resultados. Será el tiempo el que decida si vale la pena o no eliminar los subsidios a la gasolina o si hay otras formas de tapar el hueco que estos generan.
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