Casi siempre me gusta traer frases del pasado que siguen haciendo eco en el presente. No puede ser sostenible un discurso con acciones que van en contravía a lo propuesto. Eduardo Caballero Calderón, un hombre bogotano que vino a hacer su vida y a trabajar por Antioquia dejó un legado y uno de sus discursos más memorables combinado con acciones de coherencia por su amor y sentido de pertenencia hacia Antioquia. Decía: “Mientras resista Antioquia los colombianos no nos vamos a hundir”.
Me pregunto yo, ¿Qué tanto puede aguantar Antioquia la mirada saboteadora de un presidente que gobierna con ideologías y le da la espalda al futuro no solo de un Departamento sino de un país?
Yo lo llamaré “Subdesarrollo mental” porque no hay otro nombre para su pensamiento. El odio hacia el sector privado, la crisis económica, la incertidumbre de sus ideas, el retroceso y el preocupante deterioro de la seguridad… A eso sumémosle el espaldarazo al deporte y la inversión que necesitamos los antioqueños para que una de nuestras grandes obras no pase de ser un orgullo para la historia a un “elefante blanco histórico”, por culpa de su desgobierno.
EL TÚNEL A URABÁ
Mirar al Urabá ya no es una invitación, debe ser una realidad y estar en ejecución. Antioquia tiene la esperanza del mar en vilo por la disposición del Gobierno. Negar la terminación de las obras sería ya no darle látigo, sino cerrar las puertas y aislar a Antioquia. No bastando la pérdida de los Juegos panamericanos de Barranquilla, este hombre debería buscar darle la sede a Urabá de los juegos Nacionales y Paranacionales y por ende impulsar esa obra que solo traduce justicia, progreso para esta subregión del departamento que marca rutas de avance y desarrollo a nivel Colombia.
Urabá, cuenta con la infraestructura de centros deportivos, canchas e instalaciones para las disciplinas deportivas. Son aproximadamente 40 escenarios que dan capacidad a más de 2.000 deportistas. Tener la conexión del túnel con otras regiones permite aumentar esa nombrada capacidad, afianzar el relacionamiento y darle – sin hablar de todo el impacto económico que produce- justicia deportiva a Urabá, Antioquia y Colombia.
Datos del Comité Olímpico Colombiano, registrados en el libro de los 50 años de Indeportes Antioquia, mostraron que históricamente la subregión al 2021 había aportado el 12% “de la delegación nacional a Juegos Olímpicos (para Tokio alcanzó el 20 %), y el 8% de las medallas logradas en estas justas fueron de esta zona”. Urabá es potencia Olímpica de Colombia.
Se requiere la buena salud mental del presidente, el abandono de la demagogia, y la supresión de la ideología para que su paso en los libros de historia no sea como “El presidente que jugó con los sueños de un país”.
¿A qué juega Petro con Colombia?
Comentar