Diana Pacheco[1]
Juan Fernando Rendón[2]
Durante 2021 la Superintendencia Financiera de Colombia advirtió sobre la promoción de actividades propias del mercado de valores por parte de organizaciones o personas sin autorización. Estas actividades se publicitan como paquetes de inversión ‘Trading’, inversiones en marketing, mercado Forex, Criptomonedas y otras operaciones financieras complejas. Estos esquemas piramidales o Ponzi, no son nuevos. De hecho, se originaron hace más de un siglo, pero se reinventan o lucen nuevos atuendos en busca de numerosos incautos dispuestos a entregarse incondicionalmente a los brazos de mammon[3].
‘Piensa en la casa que quieres, en el carro de tus sueños, a dónde quieres viajar, todo eso es posible cuando alcances tu libertad financiera’. Esas y otras son expresiones frecuentes usadas por los coaches del negocio. Si bien, algunos copartícipes no son realmente conscientes del peligro de estos sistemas de estafa y se adhieren con tanta ilusión como ingenuidad, otros por el contrario, entienden que existe un riesgo, pero justifican la inversión con el argumento de estar haciendo una apuesta en la cual se puede perder o ganar; sin embargo, desde el punto de vista racional, estas apuestas no son un juego justo, dadas las altas probabilidades de perder, que aumentan con el tiempo de vida de la pirámide (información que no está disponible puesto que es difícil estimar el momento de su caída). En la mayoría de los casos, solo los que se vinculan de manera inicial, los mismos que reciben premios con el fin de dar fe de las bondades del sistema podrían redimir parte de los recursos invertidos.
La crisis de las pirámides de 2008 en Colombia tuvo impactos tales, que quienes la vivimos, hubiéramos jurado que no se volvería a levantar pirámide en Colombia. Las pirámides lograron penetrar gran parte de la población desde los niveles socio-económicos inferiores hasta los más altos. Estos tipos de negocios asumieron formas distintas y creativas para cautivar al público ofreciendo grandes rentabilidades. Crecieron exorbitantemente y sirvieron también como vehículo para el lavado de dinero o blanqueo de activos.
Sin embargo, hoy por hoy, este tipo de negocios ha llegado con otros vestidos para aprovecharse de la novedad que ocasionan esnobismos como Criptomoneda o Forex, es más, se atreven a hablar de que tienen el respaldo del gobierno de Inglaterra. Distintos medios han publicado los pronunciamientos de la Superintendencia Financiera advirtiendo sobre la ilegalidad de organizaciones como Omegapro (internacional) y Business S.A.S. (local), entre otras, por promocionar inversiones sin tener autorización para captar recursos del público.
Dado el resurgimiento de este fenómeno en Colombia, nos resulta imprescindible advertir a los ciudadanos sobre estos tipos de esquemas Ponzi, que mutan con frecuencia en sus formas, pero que conservan dos características de fondo: 1) las promesas de grandes ganancias y, 2) el aumento de los beneficios en la medida en que se incorporen nuevos usuarios al sistema. Es innegable que durante cierto período de tiempo el sistema proporcionará grandes ganancias conforme a lo prometido, sin embargo, por ser un sistema piramidal, en algún momento el sistema se saturará y colapsará. El horizonte de duración depende de la velocidad de crecimiento y del número de competidores que entren en ese mercado, pero también de otros asuntos oscuros que puedan filtrarse, tal como el blanqueo de capitales proveniente de otras actividades ilícitas como el narcotráfico o el contrabando.
[1] Diana Milena Pacheco Ortiz es docente universitaria en las áreas de Contabilidad y Matemáticas Financieras. Contadora Pública, Especialista en Finanzas y Magíster en Enseñanza de las Matemáticas. Es asesora en Normas Internacionales de Información Financiera, certificada por Association of Chartered Certified Accountants con sede en Londres. Docente investigadora FCEyA ITM
[2] Juan Fernando Rendón García es docente universitario en las áreas de riesgos financieros, modelos econométricos y analítica de datos. Consultor experto en implementación de modelos computacionales en riesgos bancarios. Ingeniero de Producción, Magister en Ciencias en Finanzas y PhD(c) en Economía. Docente investigador FCEyA ITM
[3] Dios de la riqueza
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