El puente roto

Medellín la más hermosa y bella de las primaveras que ha existido, galardonada y adornada con títulos majestuosos llenos de glamur y estatus; sobresaliente por su gente sin igual, por el carisma y el calor social que todos sus habitantes tienen… habitantes que son mis compatriotas, habitantes que son mis hermanos, que al saludar en la calle llenan con su sonrisa la esperanza vacía…

Una Medellín innovadora que con su titulo mundial no alcanza a llenar los vacios de los hogares que aun en las periferias se encuentran sin saber que es agua potable, o mejor sin saber que es electricidad, donde el beneficio de los servicios básicos cuestan menos para las ciudades de afuera, una ciudad  construida por nuestros abuelos, heredada a nuestros padres que hoy la dejan al servicio de nosotros sus hijos… hijos sin patrimonio cultural desconocedores de la historia, desconocedores de la patria, desconocedores de las luchas de quienes nos dejan esta enorme y majestuosa herencia; una ciudad que se ha posicionado a nivel nacional, por su economía, por ser piloto en la apuesta social, en la apuesta por la educación brindándonos unos espacios que perdemos y desaprovechamos porque la lucha por el poder entre politiqueros hace que algunos nos hagamos los de la oreja mocha con las problemáticas que aquejan a todos los ciudadanos; ya que es un orgullo decir: “Medellín, La ciudad mas innovadora del mundo”, pero analizando profundamente podemos cuestionarnos lo siguiente: Siendo la ciudad mas innovadora ¿que tanto estamos contribuyendo con el mejoramiento de la calidad de vida de los sectores excluidos por su condición socio económica?; ¿realmente tenemos una política publica integral que sea apta para cubrir todas las necesidades de nuestra gente?, siendo así podemos concluir: “Nuestra ciudad si es la mas innovadora”

Una Medellín que cuenta con fronteras invisibles, no solo por las llamadas bacrim (bandas criminales) y/o grupos al margen de la ley; porque estos logran maquillar una falsa paz por cortos periodos de tiempo (simulando una guerra fría), donde la comunidad tiene tranquilidad, pero más allá se esconde la guerra.

Los políticos corruptos hacen que mi Medellín desangre y llore cada cuatro años en época de elecciones comprando al hambriento con un pan, ofrececiendo al analfabeta educación, brindando al enfermo medicina, prometiendo al joven un futuro,  un empleo al desempleado, regalando un techo al destechado, al educador garantías, al anciano compañía, al desvalido oportunidades; pero…todas estas promesas se las lleva el viento cuando se cierran las urnas de votación;  cuando el pueblo no sabe ni siquiera a que tiene derecho…  políticos que marcan diferencias y territorios y conllevan a los líderes comunitarios a que implanten fronteras en los programas que son política pública, fronteras de servicios sociales que no le pueden llegar a ciertos ciudadanos por estar viviendo en un barrio distinto al tuyo o al mío, una ciudad dividida por comunas en el sistema de planeación y para su desarrollo urbano también es divida para que una persona pueda ser merecedor de la cultura, merecedor del deporte, merecedor de la historia y el propio desarrollo, mi ciudad ha sido quebrantada por politiqueros que no han conocido sus calles y si lo hicieron al sentarse en un escritorio de mando olvidaron sus escalas esas inmensas lomas por la cuales se puede llegar a más de la mitad de los que la habitamos en esas periferias hermosas donde aun se juega goloza, se juega la lleva, a un  sus niños no conocen el desarrollo tecnológico, o mejor el desarrollo de la generación de ciegos donde se deja de pensar por que la internet es la piensa por ti; donde no nos interesa compartir con el ser que tenemos al lado si no con el chat que nos habla por la pantalla LCD del celular o la tablet…

Hoy llora mi ciudad por que el anciano que la construyo vive en sus calles olvidado, desechado, obsoleto para la sociedad, y aquellos que corren con mayor suerte o fortuna son abandonados en centros tan comúnmente llamados ancianatos, que cada vez niegan su ingreso a una gran población de ancianos por no contar con los recursos parar cubrirlos a todos,  ¿Por qué los tratamos como algo inservible?, si gracias a ellos somos conocidos como una raza de gente pujante de personas amables y cariñosas de seres sobresalientes…

Donde los pocos ancianos[i] que viven  y aun se esfuerzan por sobrevivir, cuando deberían estar descansando y gozando de lo que ya se lucharon y no tienen por el egoísmo que inunda nuestra ciudad y los hijos que tuvieron, se disputan en Presupuesto participativo recurso para estar medianamente bien, por lo que  nuestros padres [ii]se rehúsan y a su vez nos atacan como si fuéramos enemigos…

Ya no hablamos al llegar a casa, ya no cenamos juntos, ya no planeamos un futuro como sociedad, todos buscan la forma de ganar… ¡Oh! Gran Medellín que  aun nos brindas una sonrisa entre tus colinas, que nos llenas de amor al atardecer  y nos proteges velando nuestros sueños desde las periferias…