El petrismo es una pandemia económica

La economía colombiana parece no levantar cabeza; logró sobreponerse a la pandemia del covid 19, incluso al asedio urbano del 2021, pero la llegada del petrismo al poder parece haberle propinado un knock out del que le está costando reponerse.

Y es que después de la contracción mundial de la economía en el 2020, Colombia venía creciendo a ritmos que llegaron al 18,6%, no obstante, las últimas 4 mediciones del crecimiento del PIB no llegan al 1% y ya vemos sectores productivos en crisis.

Solo hace falta recordar el agónico llamado de atención de FENALCO, gremio que ha denunciado que en los pasados 16 meses ha venido presentando cifras negativas mientras el Gobierno Nacional se niega a escucharlos y peor aún, a tomar alguna medida al respecto.

De hecho, la cifra de crecimiento económico en el país es muy inferior a la del promedio de los países miembro de la OCDE. Adicionalmente, las importaciones han presentado una caída del 11,6% respecto al primer trimestre del 2023, lo cual, en palabras de Javier Díaz, presidente de Analdex, muestra un desempeño débil del sector industrial “que importa materias primas, bienes e insumos para la producción de bienes con destino al mercado local y a la exportación”.

Javier Díaz, al igual que Jaime Alberto Cabal (presidente FENALCO) hizo por enésima vez un llamado a que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto. Hasta el momento parece que en Casa de Nariño nadie contesta.

A este tsunami de malas noticias económicas, se le suma el último informe de la Supersociedades, el cual anunció que el año pasado (2023) hubo más empresas que se declararon en insolvencia que en la propia pandemia, poniendo en riesgo el empleo de 199.762 personas en el país.

Mientras esto ocurre, el costo de vida en Colombia aumenta, el Gobierno Nacional no escucha a los gremios, tampoco ejecuta el presupuesto, crea ministerios inocuos y sigue empeñado en presentar reformas que ni siquiera tienen aval fiscal… es decir, le está presentando al país propuestas que no sabemos por cuántas décadas (en el mejor de los casos) nos van a dejar insolventes como nación.

El realismo mágico en el que vive el presidente y su gabinete, está llevando a Colombia a un hiperrealismo trágico. Presidente, el país no se gobierna con verborrea cósmica sino escuchando a todos los sectores y tomando acciones en pro del bienestar de toda la ciudadanía; no se puede gobernar con populismo, odio de clases ni con proyectos que hoy por hoy parecen significar un salto al vacío.

Aunque Petro ya lo había demostrado siendo alcalde, como presidente está confirmado que cuando la izquierda llega al poder, no sabe gobernar. Lo de ellos es el discurso de lo imposible y vivir sabroso, y como dice la canción, más na’.

César Augusto Betancourt Restrepo

Soy profesional en Comunicación y Relaciones Corporativas, Máster en Comunicación Política y Empresarial. Defensor del sentido común, activista político y ciclista amateur enamorado de Medellín.

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