El tufo del pesimismo sobre la continuidad del gobierno del Cambio está presente en los balances parciales de estos dos años. La opción estaría por los lados de retornar a los liberales sin los neo-liberales. A ese matiz, le suman la bandera de “la paz”, cuestión que ya no es suficiente para atender las demandas del Campo Popular. En la topografía política criolla, le llamarán el centro político y evitar así el trágico volver al “uribismo”, a “más de lo mismo”, en suma, a “que todo cambie para que todo siga igual”.
En gracia de discusión, se puede decir que hay razones válidas en la crítica referidas a las debilidades en la ejecución del PND y del presupuesto y la ausencia de liderazgos en comunicación y organización con el Pueblo. Debilidades sobreexpuestas por la intensa campaña de los medios masivos de comunicación contra Petro. Combustible para quienes hoy, luego de apoyar la campaña presidencial, se expresan con derrotismo sobre la convocatoria a un segundo período. ¿Qué será lo que realmente les asusta?
No podemos compartir la opción del pesimismo y por el contrario invitar a darle un justo lugar a las dificultades que se presentan en la primera experiencia de un gobierno de este corte en Colombia. Tampoco desconocemos la caracterización de la coalición que se configuró para que se eligiera al presidente. Pero tengamos muy presentes que son dos siglos que están siendo enfrentados con dos años del proceso, que puede ser un viraje en la lucha contra la pobreza y otras prioridades populares.
La contradicción de criticar a Petro y proponer una opción a la cola del liberalismo, no es del Campo Popular. Esta puede ser leída como una transición marcada por mínimo frenar el neoliberalismo y perfilar un proyecto democrático y social en un régimen que hace poco llamábamos narco Estado. Aquí podemos ver logros actuales y otros posibles con la continuidad de políticas de Cambio Social y narrativas del presidente sobre la dignidad del pueblo pobre, el Paro de 2021 y los 100 asesinatos cometidos por el Estado.
Fuera el pesimismo sobre la continuidad del gobierno del Cambio, o del progresismo o de la izquierda o en todo caso, sobre la continuidad de un proyecto democrático que nos aleje del terror que significa el regreso a la administración del Estado de quienes han devorado durante más de dos siglos a Colombia con pésimos resultados como lo constata nuestra trágica realidad. Haberlo hecho tan mal en el poder usado solo para sus intereses, es su primera piedra en el cuello a la hora de lanzarse al mar.
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