La revista semana publico recientemente las cifras de un estudio de la Cancillería colombiana relacionada con el ingreso de ciudadanos venezolanos a nuestro país.
Durante los últimos cuatro años ingresaron 1’118.281 y de estos se radicaron aproximadamente 215.000 en nuestro país, aunque algunos estiman que la cifra es mucho mayor en virtud que muchos no han legalizado su status de residentes.
En la actualidad se estima que ingresan 52 venezolanos diariamente a nuestro país y de ellos casi la mitad permanecen en él, en ciudades como Bogotá, Cartagena, Cúcuta, Medellín y Barranquilla.
Menciona la publicación, que de acuerdo con un estudio realizado por la comunidad Venezolana en el exterior, de todos los venezolanos desperdigados por los distintos países del orbe, buscando un mejor futuro fuera del paraíso Bolivariano, el 46 por ciento poseen título de maestría, el 12 por ciento doctorado, y el 36 por ciento es universitario, el 4 por ciento tiene estudio técnico superior y el 2 por ciento tiene título de bachiller.,
La anterior situación refleja de manera dramática el grado de envilecimiento en la calidad de vida en este país, con la tasa inflacionaria más elevada en Latinoamérica y una de las más elevadas del mundo, con una polarización política que se vive desde los primeros años del gobierno chavista y que mantiene fracturada la sociedad venezolana.
Panorama agudizado por el desabastecimiento de elementos básicos en la canasta familiar y en su sistema de salud, con una violencia rampante, y en espiral ascendente en sus principales ciudades que baten records con los más altos índices de muertes violentas y de inseguridad en Latinoamérica y en el mundo.
Dicha situación resulta ser verdaderamente preocupante para Venezuela o para cualquier otro país del mundo, pues refleja el nivel de insatisfacción de los ciudadanos de este país y su afán por emigrar al exterior en búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus familias, pero lo realmente destacable y que es alarmante es la fuga de los ciudadanos mejor preparados intelectualmente en ese país.
Ningún país del mundo puede renunciar de esa forma a despojarse de los individuos mejor capacitados en una sociedad, que son los llamados a realizar el relevo generacional en un país, y encarar la diversidad de dificultades por las que atraviesa buscando reorientar la economía por la senda de la prosperidad y el desarrollo social.
Sombrío futuro el de nuestro vecino, pues de no implementar medidas para subsanar dicha tendencia migratoria hacia otras latitudes se verá despojada del mejor activo de una nación sus ciudadanos mejor capacitados en lo técnico y académicamente puestos al servicio de otras empresas y de otro país.
Por: Luis Simón Zuluaga Ruiz.
interesante…..