“Sinceridad sería la exhibición en público de lo que se
siente en privado: una virtud ligada a la honestidad, lealtad, la verdad a uno mismo, pero entendido
como un ser externo, como un individuo que juega varios roles en la sociedad. ”Manuel Cruz, “TIEMPO DE SUBJETIVIDAD”
Este departamento tuvo un gobernador que “no es político”, pese a haber sido alcalde de Medellín y a que hoy es presidenciable indiscutible. Su imagen por fuera de los esquemas tradicionales le permite aprovechar el cansancio de los ciudadanos frente a los políticos para decir que no es político a pesar de, evidentemente, comportarse como uno.
El negocio de este tipo de farsantes es ser lo que son sin parecer lo que son, es decir, fingir que no hacen lo que hacen mientras lo hacen; son unos magos. En especial porque su condición de “no políticos”, desnaturaliza en la opinión pública el ejercicio de la política ¿Qué es la política sino es la expresión de las diferentes posturas e intereses? Y peor aún ¿Cuál es el problema en que se pongan en evidencia esos diferentes intereses? ¿Acaso no hacemos políticas para poner en evidencia y aplicar lo que pensamos de lo público?
Lo más molesto es el poderoso sentimiento de superioridad moral que inspira esta postura, es común verlos haciendo lo que hacen los otros con el discurso de que mientras lo hacen, están haciendo exactamente lo contrario; entiende uno porque se gastan tanta plata en publicidad. Decir que una vaca no es una vaca así sean evidentes su ubres y cuernos es una tarea de marketing bastante difícil.
Este discurso le ha hecho un daño bastante grave a nuestra sociedad, en especial porque convirtió una categoría de sujeto que existe en razón de la representación política en una de “no” política ¿de cuándo acá lo “ciudadano” no tiene que ver con la política? Me asombra la capacidad que tiene esta moda de renombrar las cosas e instalar un equívoco con tanto éxito.
Pues cuando la política se hace sin contenido, sin intereses palpables, lo que se hace es mutilar el ejercicio ciudadano. Privar a la política de ideas e intereses diferentes y expresos es privarla de la democracia, es impedir la decisión ciudadana y es aprovecharse de manera tramposa del cansancio de los ciudadanos de apenas una forma particular de hacer política, apenas una, el clientelismo: del que se han aprovechado los corruptos.
Los “ciudadanos no políticos” en política, se ha probado, son los testaferros políticos de los industriales y políticos tradicionales que desgastaron a tal nivel su forma de hacer política que tienen el cinismo de ellos mismos presentar un producto para el segmento apático que crearon.
Para revitalizar la política necesitamos recuperar las ideas, los intereses y los colores, ponerlos en evidencia porque siempre están y hacer política de frente, asumiendo la responsabilidad por lo que decimos y recuperando la categoría de ciudadano que ha sido usurpada por los políticos de la “no” política.
Así que a mi puerta no vengan a tocar diciendo que no son políticos, pues mi desconfianza la tirará en sus narices. La política se hace con ideas y para defender intereses y si eso no se explicita se engaña y no hay nada más de político tradicional que la mentira.