“Todos los miembros de la Colombia Humana intentamos crear las coordinaciones municipales, hicimos todos los pasos que pedían, cambiamos las veces que teníamos que cambiar y todo lo que se nos pidió se cumplió. Sin embargo, no se consolidó nada. Los avales no se dieron, nadie sabía quién era el verdadero coordinador departamental, todo era un desastre. La mayoría de los candidatos de la Colombia Humana se fueron por otros partidos, ya sean dentro del Pacto Histórico o fuera de él.?”.
Tras la muerte de Piedad Córdoba, otro actor político importante de la izquierda liberal y por lo tanto de la política del país, muchas discusiones volvieron a resurgir. Desde su importancia como mediadora en la liberación de secuestrados con las FARC hasta su propia vinculación con aquel grupo guerrillero bajo el alias de “Teodora”. Todo ello muy polémico y a la vez triste porque murió una de las personas presentes en los mecanismos y triquiñuelas políticas de los últimos veinte años. Por lo tanto, muere con ella una parte de la verdad de esa época. En la movida política causó revuelo, Francia Márquez, por su parte, habló de la importancia que tuvo la senadora para las mujeres étnicas e Ingrid Betancourt la acusó de ser la responsable en los impedimentos de su liberación en varias ocasiones. Como dije con anterioridad: todo ello muy polémico. En virtud de ello, el presidente no desaprovechó la ocasión y propuso en su cuenta de X la siguiente idea en honor a la senadora Piedad Córdoba:
“(…) Les propongo: reunión de las 1.500 personas elegidas en 2023: El congreso progresista. Decisión de configurar un solo partido político Convocatoria al Frente Amplio en cada municipio, departamento y la Nación con todas las fuerzas democráticas que quieran. Objetivo: ganar las elecciones del 2026 y hacer irreversible la transformación democrática de Colombia y el Acuerdo Nacional para la justicia y la Paz”.
El movimiento de Petro ante las próximas elecciones encendió las alarmas de varios políticos del Centro Democrático, Cambio Radical y el Partido Conservador, entre otros. Muchos aseguraron que el presidente había traspasado la ley y estaba participando abiertamente en la política del país. Que sus interlocuciones daban a entender el favoritismo que el gobierno tendría con los partidos integrantes del Pacto Histórico y que, incluso, estarían intentando desestabilizar las próximas elecciones. Otros, por su parte, han manifestado que Petro está abiertamente diciendo que prolongará su poder. Todas estas posturas pueden sonar convincentes y bien estructuradas, pero gran parte del país las toma por insulsas porque la polarización entre izquierdas y derechas aún reina hoy día. Lo que ha generado un cansancio histórico en Colombia.
Ahora bien, llegado el caso que la sugerencia del presidente sea realmente tomada en cuenta, ¿puede resultar efectivo o contraproducente la unificación de los partidos? Eso es lo que deberíamos estar preguntándonos y debatiendo. No solo los integrantes de los partidos dentro y fuera del Pacto Histórico, sino todo el país debería hoy estar al tanto de aquellas discusiones. El cansancio histórico producido por la desigualdad social, la corrupción y el estallido social del estado contra su enemigo interno, hicieron que en el 2022 fuera elegido Petro como presidente. Toda la angustia e insatisfacción conseguida hasta aquella época fue reunida en aquel candidato presidencial. Recordemos que en el 2018 estuvo próximo a ganar las elecciones, perdiendo de manera sorpresiva (digo sorpresiva por no decir otra cosa aún no probada contra Iván Duque). Aquella poca esperanza que brindaba Petro como actor político se encendió. Tomó su puesto en el congreso y allí pudimos observar como apropió las luchas sociales y la grave situación que vivió el país con el gobierno Duque. Nadie, ni siquiera la misma derecha, ni Uribe, ni nadie de sus aliados pudo imaginar que Iván Duque, categorizado por todos y para siempre como un títere de Uribe, llegara a ser tan desastroso. Ojo con esto, no para todos fue así, los empresarios por lo menos tuvieron buenos descuentos y beneficios de aquel gobierno.
Yo, estando dentro del movimiento de la Colombia Humana, esperé aquel 2022 con ansias. Comenzando el año volvieron a reunirnos y se crearon las comitivas del partido para tener coordinadores municipales, testigos y jurados electorales. La mayor parte del trabajo se hizo de manera voluntaria, algo sorpresivo para los demás partidos. Era inesperado, se creó una plataforma, miles de personas alrededor del país e incluso afuera de Colombia, se unieron. Todo pintaba de la mejor manera, llegó el 29 de mayo y para sorpresa de todos, no ganamos en primera. Petro tenía que reñirse a un viejo grosero y suelto de Santander: Rodolfo Hernández. Todos sentimos nervios porque sabíamos que los de la derecha se unirían al “ingeniero”, ya que no lo habían logrado con Federico Gutiérrez y la formula de “todos contra Petro” adquiriría poder. No obstante, con todos los miedos y nervios de punta, ganó Petro y por lo tanto, ganamos nosotros.
El gobierno del cambio comenzó y se empezaba a buscar el siguiente paso importante: las elecciones regionales de 2023. Desde que Petro había sido seleccionado hasta el último día de inscripciones de candidatos, la Colombia Humana tenía una tarea fundamental: consolidar el partido político para tener un gran apoyo en las nuevas elecciones. ¿Qué ocurrió entonces? Todos los miembros de la Colombia Humana intentamos crear las coordinaciones municipales, hicimos todos los pasos que pedían, cambiamos las veces que teníamos que cambiar y todo lo que se nos pidió se cumplió. Sin embargo, no se consolidó nada. Los avales no se dieron, nadie sabía quién era el verdadero coordinador departamental, todo era un desastre. La mayoría de los candidatos de la Colombia Humana se fueron por otros partidos, ya sean dentro del Pacto Histórico o fuera de él. A nadie le importaba realmente el sentimiento del Pacto para las regionales. Todo fracasó y al final todos nos disolvimos y el resentimiento ante el partido creció.
Ahora bien, en medio de las vicisitudes políticas actuales, los desarrollos de las políticas de Petro y las expectativas por el 2024, año de consolidación de su proyecto, queda hacernos unas preguntas fundamentales. Preguntas que no solo incumben a los integrantes de la Colombia Humana y los miembros del Pacto, sino todos los habitantes del país. La propuesta de unificar partidos en el Congreso Progresista plantea interrogantes fundamentales sobre la consolidación interna y la coherencia del movimiento. ¿Estaremos aptos para abordar estas próximas circunstancias? La cicatriz dejada por las elecciones regionales aún está latente, y el llamado de Petro a la unificación no puede ignorar las heridas abiertas. Tampoco podemos dejar de lado que la mayoría de los votantes del 2022 no votaron por el proyecto de la Colombia Potencia mundial de la vida porque creyeran en él, no se puede negar que el cansancio histórico puso mucho de su parte. En este momento decisivo en el que se cuenta con un tiempo preciso, dos años y pico, se requiere verdaderamente pensar en la Colombia que queremos. Esta Colombia que debe representar las aspiraciones y desilusiones que han hecho que hoy Petro presida nuestro país. Una esperanza, un grito, una ilusión común sigue manteniéndose firme. ¿Será la unificación el paso decisivo que construirá una mejor sociedad colombiana o la carga que sepultará las expectativas?.
Todas las columnas del autor en este enlace: Juan Camilo Parra Avila
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