En tiempo de elecciones, seguimos con el mito de los fondos privados de pensiones
Dentro de mi proceso de formación he tenido la oportunidad de estudiar a través del doctor Oscar Rodríguez Salazar un tema de interés social como lo es el rentismo financiero y la vulnerabilidad social: el caso de las pensiones en Colombia.
Del mismo sobresale a lo que a mi consideración es el mito de las Administradoras de Fondos Privados de Pensiones en nuestro país lo cual aparte de ser un engaño social, es quizás el mayor artificio que se les hace a todas aquellas personas que por la edad, se retiran del mercado de trabajo.
En primer lugar y tal como lo plantea la periodista chilena Alejandra Matus en su libro ‘Mitos y verdades de las AFP’, una de las creencias que se tiene de este sistema que de hecho es una clara copia de este país suramericano y que fue diseñado bajo la influencia de un pensamiento neoliberal que se institucionalizó con la Ley 100 de 1993, es “creer que, si te portas bien, eres un trabajador ordenado, sin lagunas y has cotizado constantemente y en forma estable, vas a tener una buena pensión”
En momentos cuando estamos ad-portas de unas elecciones presidenciales y en donde los grandes grupos financieros del país como lo son Aval, de Luis Carlos Sarmiento Ángulo y Sindicato Antioqueño, ejercen los mismos un control a través de prebendas económicas, a los principales o por lo menos más opcionados candidatos a ocupar el primer cargo público de Colombia, para seguir manteniendo el monopolio que les da un sistema de ahorro individual y poder con ello continuar con sus rentas a costa de los aportes de los asalariados.
Mienten y de qué manera los fondos privados al decirles a sus cotizantes de pensión la forma como el sistema los va a beneficiar. El solo hecho de hacer el cálculo a través de la expectativa de vida es el mayor engaño que los caracteriza y como muy bien lo explica Matus, es una especie de algoritmo que utilizan con sus clientes. ‘Usted tiene 100 millones en su fondo, va a vivir hasta los 90, le vamos a dividir su dinero en lo que le queda de vida’ y no es así.
Indica claramente Alejandra Matus en su libro, que lo que hacen las Administradoras privadas de pensiones es una especie de algoritmo donde no está solo la expectativa de vida del pensionado sino la de su pareja, los hijos (si los tiene) y los potenciales beneficiarios. “Todos estos elementos entran a un cálculo que, por lo tanto, extiende ese fondo hasta cubrir la mínima posibilidad de que se viva hasta los 110 años.
Precisa por su parte el profesor Rodríguez que la economía política presente en el diseño del sistema (Ley 100 de 1993), así como en sus posteriores ajustes, responde “al fortalecimiento de los grupos económicos y al interés de profundizar el proceso de financiarización que caracteriza el régimen de acumulación.
Lo que indica es que tenemos una cuenta individual y un dinero acumulado a través de unos aportes mensuales pero la realidad es que no somos dueños del mismo, no lo podemos retirar o invertir en lo que queramos, tampoco tenemos poder de decisión de donde se invierte nuestro dinero porque el sistema está determinado para que los grandes conglomerados económicos del país como el grupo Aval y el Sindicato Antioqueño se enriquezcan cada día más a costa de nuestro capital.
Sarmiento Ángulo y los mismos del Sindicato Antioqueño deben en estas elecciones presidenciales como en todas donde han metido su poder económico, decir a manteles, “Sea quien sea el presidente, nosotros seguiremos co-gobernando el país de acuerdo a nuestros intereses”