La Obesidad es una amarga ironía que conforme los países en desarrollo siguen esforzándose por reducir el hambre, algunos a la vez afrontan el problema contrario. La obesidad acarrea una mayor frecuencia de enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades del corazón y cáncer, si bien algunas personas pobres están sobradas de peso, eso no significa que estén mejor alimentadas, el sobrepeso a menudo encubre deficiencias del consumo de vitaminas y minerales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, El 65% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal (personas con peso por debajo del que se estima saludable según su condición física) más de 3 de cada 10 personas de la población adulta mundial, son obesas.
Según esa última cifra, yo he sido varias veces una de esas 3 personas de cada 10 y algunos meses después, paso al restante de las otras 7 que no sufren de obesidad, un tremendo descontrol emocional y físico, que se ha visto reflejado en que por años tenga sobrepeso y en otros no.
Indudablemente lo que el concepto ideal de
belleza tiene en este tiempo, para mujeres y hombres, es un cuerpo completamente tonificado, abdominales con los llamados cuadritos, brazos y piernas tonificadas, para así estar en un estado que se supone es saludable. Yo he sido una rata de laboratorio de cuanto producto hay para rebajar, muchos lunes postergados para comenzar la dieta, me apliqué una vacuna hace dos años que prometía rebajar 10 kilos en un mes, garantizada por un muy reconocido deportólogo del país, me dio seguridad la clínica y su consultorio, los diplomas que lo avalaban como un profesional en varias áreas de la salud, las fotos con reconocidos deportistas y modelos, de esa experiencia me quedó 30 días después, una cuenta por tarjeta de crédito de 1.000.000 de pesos, de los cuales la mitad fueron pagados por mi socio, que quiso ver los resultados en mí, para ver si se animaba, pero la burla de verme aumentar 4 kilos más en ese mes posterior le costó 500 mil pesos.
Qué no he hecho por tener un cuerpo ideal (según el esquema que nos vende el consumismo) he tenido periodos en los que voy a gimnasio, sigo dietas, tomo agua como Renault 4 con fuga de radiador, hago abdominales, pero finalmente me encuentro en ese sube y baja de peso, una real falta de conocimiento y asesoría alimenticia, nadie me educó para alimentarme bien y mucho menos lo hago, tratando de seguir esquemas de modelos, artistas o algunas personas muy disciplinadas con su cuerpo, que lo tienen como un verdadero museo de instagram, donde cada día, suben las mismas fotos con las mismas prendas y en los mismos lugares, por favor, cambien de ropa y locaciones que ya sabemos que están muy “cuajos”
Ojalá algún día pueda estar así, pero la verdad, me interesa más obtener una rutina alimenticia que me permita vivir con un peso estable muchos años, donde ponerme las medias no me agote y no tenga que chupar barriga nunca más para una foto, me llama la atención la proliferación de sitios alternativos de ejercicio, una vez fui a uno y le puse X en vez de chulo a ese “animal” que me gritaba mientras sus tetillas iban perforando su camiseta talla XXS, salí a los 20 minutos y quedé tullido dos semanas. Un amigo cercano está muy fornido, era igual de panzón que yo, fue a un sitio de estos ¡lo logró! sin embargo la otra semana le operan las dos rodillas por desgaste en sus ligamentos, qué peligro de la persona sin estudios universitarios que ya se cree con conocimientos para decir qué clase de ejercicio practicar, ya que va diario al gimnasio y se memoriza cuanta rutina hay siendo contratado por estos nuevos centros de acondicionamiento físico como Personal Trainer, Sorry con ustedes, prefiero ser “Alan From Misisipi, this is a grabeichion piiiiiii” ¿hasta dónde puede llegar la vanidad? el estado ideal pienso que es el equilibrio emocional para alimentarse bien y no ser enfermizo con el ejercicio, la salud mental primero para darle al cuerpo armonía, no pretendo ser Rafael Novoa porque no me pagan por ser un galán, debo sentirme a gusto conmigo mismo, esa es la consigna.
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