En estos días santos, me dio por volver a leer el libro de Alexander Demandt denominado Los Grandes Procesos, y, obviamente, está entre ellos, El Proceso de Jesús.
En el capítulo sobre el Prefecto Pilatos, se dice que Judea era una región que pertenecía al grupo de Provincias Imperiales, administrada, no por cónsules o pretores, sino por prefectos.
Sobre las prefecturas, dice Demandt: “Todavía bajo Augusto y Tiberio eran prefecturas los Alpes maritimae, Cerdeña y Córcega, Baleares, Asturia y Gallaecia. Eran regiones difíciles de administrar en razón de su posición y de sus habitantes levantiscos…” (Los Grandes Procesos; Derechos y Poder en la Historia; Alexander Demandt; Drakontos; Crítica; Barcelona; 1993; Pag. 48)
Leyendo a Gabriel Arango Mejía quien escribió las Genealogías de Antioquia y Caldas, me percaté que el 75% de los apellidos de Antioquia y Caldas vienen del norte español. Precisamente en ese norte español está Asturias y Galicia. También los Vascos y Navarros.
En un escrito de Jesús Mestre Campi sobre el Atlas de la Reconquista, se lee: “En primer lugar, al terminar la edad media hispánica, permaneció la idea de que se había vivido una larga época, iniciada cuando los pecados y las traiciones de los dirigentes visigodos abrieron el país a unos sarracenos crueles que obligaron a los naturales a refugiarse en las escarpadas montañas septentrionales; allí, reconfortados por la fe que les identificaba y alentaba, se habrían apresurado por luchar contra los opresores hasta echarles tras cerca de ocho siglos de combates.” (Jesús Mestre Campi y Flocel Sabaté; Atlas de la Reconquista; La Frontera Peninsular entre los siglos VIII y XV; Ediciones Península; Barcelona; 1998; Pag. 4)
Cuando se repasa la historia de los mapas españoles, precisamente las escarpadas montañas septentrionales, en la sucesión de los distintos imperios o pueblos que sometieron la península: Cartago, Roma, Árabes, se puede verificar que el norte español, donde están Galicia, Asturias, Navarra, Aragón, Vascos, no fue sometido, sino resguardado por “su posición” y “sus habitantes levantiscos” como dijo Demandt.
Pues todo ello explica porque los antioqueños somos así: levantiscos. Somos difíciles de administrar en razón de la posición geográfica de nuestra tierra y nuestro carácter. De ello dan fé los autores citados.
Francisco Duque Betancur, al comenzar su Historia de Antioquia, en su Prólogo, dijo: “También hacemos resaltar que si Urabá fue desde un principio de Antioquia y a ella volvió después de un injustificable despojo, los primeros descubridores de Antioquia fueron los que allí sentaron su planta en los albores de la conquista con hechos que parecen de leyenda, sobre todo porque esa región por mucho tiempo separada de Antioquia y de la civilización, ha venido ahora a comunicar todo el Departamento con el mar, y es de esperarse que, después de tan titánico esfuerzo, volverá a representar, mediante algunos hechos complementarios, toda la importancia que tuvo en un principio, cuando de allí se esparcieron como en abanico o en círculos de poderosa fuerza centrífuga, todas las empresas de la epopeya conquistadora.” (Francisco Duque Betancur; Historia del Departamento de Antioquia; Imprenta Departamental; 1967; Pag. 21)
Ahora Gustavo Petro se ha empeñado en ahorcar a Antioquia tomándola con su odioso centralismo del cuello de nuestra región, que es donde comienza Urabá. Por ello se niega a terminar las autopistas 4 G, en las cuales el Departamento de Antioquia y Medellín, han invertido y comprometido cuantiosos recursos. Puerto Antioquia es una realidad y comenzará a operar en el 2025.
El único ente autorizado para crear departamentos es el Congreso de la República, no el Presidente, como expresamente lo establece el art. 150 numeral 4 de la Constitución Nacional. El hecho de estar convocando reuniones pagadas por el centralismo, en donde en intervenciones kilométricas, desordenadas, mentirosas, confunde a los habitantes hasta el punto de mezclar al gran general de los Aqueos, el rey de reyes, Agamenón, con el “Armagedón” del Apocalipsis.
Este pueblo de Antioquia, en el que es parte neurálgica Urabá, tiene la obligación moral, histórica, jurídica, de levantarse contra quien se ha propuesto destrozar la Constitución de 1991 que fue el resultado de un real acuerdo de paz en el que el mismo M 19 fue parte trascendental, y contra quien se ha propuesta ahorcar a Antioquia. Nuestros hermanos de Caldas, Risaralda y Quindío, deben solidarizarse contra este vil ataque.
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No comparto su opinión dr. González. Al contrario, resaltó que los gobernantes antioqueños han cometido numerosos actos cuasicrimi ales, pues han generado desplazamiento forzado para apropiarse tierras, han masacrado familias indigenas y criollas solo para quedarse sus parcelas y se han «robado» Gran parte de los recursos aprobados y apropiados para las obras. ESA ES LA REALIDAD!
Los antioqueños hemos sido siempre consentidos de los gobiernos de turno, pero esta vez no es así; entonces no entiendo porqué seguir atizando problema por todo, es hora de dejar ese regionalismo tan marcado y de aceptar que se perdieron las elecciones !!