El Informe de Desarrollo Humano (IDH) publicado recientemente por el programa de las Naciones Unidas (PNUD) que indica que Colombia ha mejorado en aspectos claves como la educación, la salud y el nivel de vida, contradice la situación social de protestas y movilizaciones que se viene presentando en los últimos días en el país.
Quizás los promotores de los paros nacionales entre otros aspectos, consideran que los niveles de desigualdad que se percibe en distribución de tierras, concentración del dinero, oportunidades laborales y actividades económicas entre muchas variables, indican de manera clara que lo que se presenta en estos momentos es exclusión y falta de justicia social como obligación del Estado colombiano y por ello se protesta.
Decir que el país va por buen camino por un informe del PNDU cuando el ciudadano común se está tomando las calles por diferentes motivos, exigiendo cambios estructurales que permitan mejores condiciones de vida, es una ligereza que no se puede considerar por las evidencias que se presentan en Colombia en materia de desigualdad social.
Entender que mientras existan en el país como en muchos otros de Latinoamérica grandes beneficiados del desarrollo económico que buscan su propio beneficio, es comprender que el real problema quizás no sea un presidente como muchos equivocadamente han querido caricaturizar.
Un presidente en Colombia es el resultado de los intereses de un conglomerado económico que con su poder hace elegir, monopoliza, acomoda leyes para su beneficio y genera las desigualdades que se presentan en estos momentos.
No sé hasta qué punto las protestas sociales generen los cambios sociales que el país merece y si las mismas lleven a o no a situaciones tan drásticas como el de tumbar una figura que tan solo hace parte del sistema económico.
Lo particular del Informe del Desarrollo Humano que presenta para el caso específico de Colombia son las recomendaciones que sugiere entre las cuales se destaca la formulación de políticas públicas que detengan la desigualdad social (somos el cuarto país más desigual del mundo).
Si Colombia es el cuarto país más desigual del mundo es una clara muestra que los Programas de Transferencia Condicionada (PTC) no están bien estructurados y por lo tal no están cumpliendo el objetivo real en su lucha contra la pobreza y sean un factor más de la desigualdad que se presenta en estos momentos en el país.
Mientras las Naciones Unidas a través de su programa de PNDU indica que Colombia ha venido mejorando en los últimos años, las marchas continúen y las protestas se focalicen bien o mal en un gobierno, los grandes conglomerados económicos del país, aquellos que generan la desigualdad social, que ubican presidentes, congresistas y demás situaciones para su beneficio, seguirán esperando una y otra vez porque así lo han hecho a lo largo de la historia, a quien ubicaran en el trono y pueda dirigirlo de acuerdo a sus propios intereses.