El Hijo del Tricentenario | Parte II

Aproximadamente tres meses más tarde, tengo nuevamente la oportunidad de escribir. Por diferentes circunstancias no había tomado la iniciativa de redactar esta segunda parte sobre el que se hace llamar “El Hijo del Tricentenario”: Daniel Quintero Calle, actual Alcalde de la ciudad de Medellín. Ahora ¡Es el momento! Más aún con los últimos eventos que se han suscitado en la ciudad desde hace un tiempo.

En la primera parte de esta entrega; hablé sobre Quintero Calle, sus orígenes y las medidas que estaba implementando como Alcalde del lugar que me acogió como hogar hace poco más de una década. En esta oportunidad, expondré los recientes y más sobresalientes desatinos en los cuales ha incurrido, pues la verdad ¡Son demasiados!

EPM ¿Ante un inminente colapso?

El pasado 10 de agosto, la decisión de Daniel Quintero Calle de impulsar a EPM para que interpusiera una multimillonaria demanda –previo intento de conciliación pre-jurídica– contra todos los involucrados en el megaproyecto Hidroituango –constructores, diseñadores, interventores y aseguradores–; trajo consigo para este personaje, algunos aplausos por parte de sus mas férreos defensores y el convertirse en el punto de convergencia de la opinión pública – algo que a él ¡Le encanta! –. No obstante, poco o nada eran claros los beneficios que tal demanda le generaría a EPM, sobre todo si se tiene en cuenta que los estudios técnicos sobre la contingencia habían llevado a que una de las aseguradoras aceptara reembolsar una suma superior a tres mil millones de dólares, que además, ya se estaban empezando a cubrir.

Hasta ese entonces, el panorama era muy claro: la demanda terminaría siendo un pleito largo y tedioso –como todo en Colombia, y con el agravante de una casi nula probabilidad de conciliar–, y que elevaría considerablemente los riesgos para EPM tal cual lo expone este artículo de la Revista Dinero. Por supuesto, los males para el patrimonio de nosotros los antioqueños no terminaron allí, especialmente, por la decisión de Quintero Calle y del gerente de EPM: Álvaro Guillermo Rendón; de no discutir con la Junta Directiva de dicha organización, ni qué tan conveniente podría resultar esta demanda ni otros importantes temas como la ampliación del objeto social de EPM. Evidentemente, esto transgredió las buenas prácticas de gobierno corporativo que habían caracterizado a la empresa en mención, haciendo a un lado, por ejemplo, el Convenio Marco de Gobernabilidad entre EPM y la Alcaldía de Medellín, vigente desde 2007.

Entonces ¿Qué pasó?

El proceder de Quintero Calle y del gerente de EPM; produjo la inevitable renuncia de la Junta Directiva en pleno y que la calificación de riesgo de la deuda emitida por EPM se pusiera en tela de juicio. Me atrevo a decir que esto también producirá altísimos costos de financiación, que en últimas, limitarán la inversión y operación de la que fuera la empresa pública estrella de Colombia.


Recomendado: Una verdad incómoda para los que quieren acabar con EPM, por los exmiembros de la Junta Directiva de EPM para el portal La República.


Durante esa misma semana, ocurrió además, una disputa entre Quintero Calle y la Junta Directiva de Ruta N, lo que condujo a su renuncia en pleno ante la insistencia del Alcalde de sustituir el director de dicha entidad, quien había sido nombrado al inicio de su mandato, y el cual, al parecer, prefirió no sucumbir a las presiones burocráticas del “Hijo del Tricentenario”. Posteriormente, cuatro exdirectores de Ruta N se pronunciaron al unísono con gran preocupación, confirmando la crítica situación que estaba afectando la institucionalidad de la Capital de la Montaña.

La Nueva Junta

La noche del 25 de agosto de este año, Quintero Calle definió la nueva Junta Directiva de EPM. Sus nombramientos se oficializaron mediante el Decreto 0806 de 2020 (los perfiles profesionales elegidos, pueden consultarse en el siguiente artículo del portal Valora Analitik).

Las dudas sobre la trayectoria de los nuevos miembros no se hicieron esperar, en especial porque dentro de los ocho nuevos nombramientos, destacan nombres como los de Bernardita Pérez, abogada de UDEA, la cual, al momento de ser escogida, presentaría un posible conflicto de intereses según informó también Valora Analitik; y Jorge Iván Palacio, jurista y expresidente de la Corte Constitucional, quien fungió como cabeza del staff de abogados que estuvieron detrás del proceso con el que Ángela María Robledo recuperó su curul en el Congreso.

Otro nombramiento objeto de cuestionamientos; fue el del Exsuperintendente de Industria y Comercio: Pablo Felipe Robledo Del Castillo, implicado presuntamente en varios casos de corrupción, que, de acuerdo a información provista por el portal El Expediente, no han sido investigados. Robledo Del Castillo, junto con el también miembro de la Junta Directiva de EPM: Jorge Andrés Carrillo, y el mismo Quintero Calle; se desempeñaron en cargos públicos durante la presidencia de Juan Manuel Santos ¿Coincidencia? Lo dudo. Es claro que “El Hijo del Tricentenario” anda pagándole favores al que es uno de sus padrinos políticos.

El 30 de agosto, la nueva Junta Directiva de EPM, respaldó la decisión del Alcalde sobre las acciones legales que buscan recuperar 9,9 billones de recursos públicos en Hidroituango.

Así las cosas ¿En qué va la demanda? Va en que la audiencia de conciliación entre EPM y los ejecutores del megaproyecto Hidroituango, programada para ayer 23 de noviembre, fue aplazada por segunda vez –ya había sucedido el pasado 20 de octubre– según informó el diario El Tiempo.

Las creaciones inútiles

Entre el 14 y 23 de septiembre de 2020, a través de una serie de eventos protocolarios, la Alcaldía de Medellín formalizó la creación de nuevas dependencias: dos secretarías, cinco subsecretarías, tres gerencias y una unidad administrativa especial.

De acuerdo con lo establecido en el Decreto 0863 de 2020, se crearon las secretarías de “la No Violencia” y de “Innovación Digital”; así como las gerencias de “Proyectos Estratégicos”, “Etnias” y “LGBTIQ+”, últimas dos que asumieron funciones dentro de la Secretaría de “Inclusión Social”. Así fue presentada la gerencia LGBTIQ+:

El decreto también incluyó la creación de la “Subsecretaría de Protección Animal”, instituyendo en total 23 nuevos cargos que nos costarán alrededor de 4.500 millones de pesos al año.

Y las prioridades del Estado como defensa, seguridad y justicia, u otras aplicables ¿Dónde quedan? Pese a que la Alcaldía de Medellín insiste en que estas nuevas dependencias harán más efectivo el funcionamiento de la burocracia local, datos arrojados por el concepto de viabilidad fiscal sobre la propuesta –que datan del 11 de septiembre de 2020–, afirman que la Secretaría de Gestión Humana, a saber, tuvo que recortar unos 43 cargos que estaban vacantes para equilibrar las nuevas cuentas.

Daniel Duque Velásquez, Concejal por el Partido Alianza Verde, firme opositor de Quintero Calle, criticó la medida. “En una época de pandemia, eliminar unos cargos por $2000 millones, para crear otros por $4500 millones es muy grave. Lo que se va a tener es un montón de cargos burocráticos para pagar favores a quién sabe quiénes, y a cambio se van a quedar sin ese presupuesto de inversión temas fundamentales, como los que se supone van a tener que operar estas dependencias”, afirmó Duque Velásquez para el diario El Tiempo.

“El diablo de Quintero”

Desde hace mucho tiempo, los alumbrados navideños en Medellín han sido elogiados tanto nacional como internacionalmente. Sin embargo, este año no ha sido el caso.

La semana pasada hubo gran revuelo sobre esto, afectando principalmente a los más creyentes. Una vez se iniciaron la instalación de los alumbrados navideños en Medellín, se observaron figuras que a muchos no le gustaron. En la Avenida Las Palmas, por ejemplo, se colgaron en los postes que sostienen la iluminación de la vía, figuras referentes a diferentes tribus indígenas; así como una figura que evoca un tótem –en el que, supuestamente, convergen varios elementos característicos de diversas fiestas– en una esquina de la intersección de la Avenida Oriental con La Playa. Según “El Hijo del Tricentenario”, la temáticas de este año es una alegoría a las fiestas típicas más representativas del país.

Pero el mayor revuelo lo causó, muy cerca al Edificio de EPM, la figura de un diablo, que según Quintero Calle, está asociado al famoso Carnaval del diablo de Riosucio (Caldas). Popularmente la figura fue llamada “El diablo de Quintero”. Las reacciones en redes no se hicieron esperar, al punto de que la administración local se vio obligada a retirarlo. Por ello, el Alcalde salió en su defensa, valiéndose desde luego, de su populismo característico:

La mayoría de los cristianos que señalaron, manifestaron que no tienen problema con que se lleven a cabo carnavales u otras fiestas típicas nacionales. Pero que aún así, la navidad no debe perder su naturaleza, puesto que la razón de ser de dicha celebración; es conmemorar el nacimiento de Jesucristo, hijo de Dios, hecho hombre para nuestra salvación.

Yo particularmente, suscribo a esa idea, objetivamente hablando e independiente de mis creencias.

Los simpatizantes de Quintero Calle, para justificarlo, se han valido del ya trasnochado argumento de la “inclusión”. Yo me pregunto ¿Qué pasaría, si en cualquiera de las fiestas que realizan los indígenas, les dijeran que ellos no van a estar presentes, y por primera vez la festividad la van a llevar a cabo blancos y europeos, alegando a la “inclusión”? Eso sería tan ridículo como suprimir el vallenato del Festival de la Leyenda Vallenata –sin cambiarle el nombre– e introducir otros géneros musicales, sólo por ser “incluyentes”. Sencillamente ¡No aplica!

Por ende, el argumento de “necesitamos ser incluyentes”, resulta ser muy pobre ¿Acaso los promotores de la “inclusión”, no están siendo excluyentes con la esencia de la navidad? ¿No deberían permitirla celebrar como se encuentra concebida? O ¿En este caso, la “inclusión” no se da porque como tal, no les gusta lo que otros quieren hacer y conservar? Largo tema por debatir, pero al parecer, “El diablo de Quintero” es probable que regrese.

Lo que se viene

Quintero Calle se encuentra en la mira de todos, en especial de la de tres hombres. Alejandro Posada, antiguo edil del partido Centro Democrático; Julio Enrique González, director de la Corporación Primero Antioquia; y el empresario Andrés Felipe Rodríguez; acordaron para inscribir juntos el Pacto por Medellín, iniciativa con la que esperan recoger la cantidad de firmas solicitada por Registraduría para la revocatoria de mandato. Este fue el comunicado conjunto de los tres caballeros previamente mencionados:

Imagen: Comunicado de Prensa | Pacto por Medellín.

A pesar de que aún se está adelantando la estructuración y definición de cargos en el Comité promotor de la Revocatoria, la expectativa es tener inscrito el Pacto en la Registraduría a más tardar el 4 de enero de 2021, para así, iniciar formalmente la recolección de firmas. Se requieren más del 40% del total de los votos válidos con los que fue elegido Quintero Calle (303.137 votos). Es importante aclarar que el Pacto por Medellín es una iniciativa 100% ciudadana; y que no tiene nexos con partido político alguno.


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Lo mostrado, es tan solo una parte de casi todo lo malo que ha hecho Daniel Quintero Calle durante su labor como Alcalde de Medellín, porque es mucho más lo que se le pueden sumar –como la pésima gestión que ha dispuesto en el manejo de residuos y la ornamentación de la ciudad–. Además, de los escándalos en los cuales se ha visto envuelto.

Quienes integramos el Pacto por Medellín, esperamos muy pronto lograr quitarlo de en medio y demostrar una vez más, que lo único que le interesa a cualquiera que forme parte de la izquierda, es el poder –antes de que acabe con EPM y con toda la ciudad–. Detesto recurrir a esta verdad, puesto que no me gusta ser asociado al uribismo, pero es así: Si bien la derecha tal cual está planteada en Colombia, es una porquería ¡La izquierda es peor y siempre lo va a ser! “El Hijo del Tricentenario” es una muestra fehaciente de dicha verdad.


Este artículo apareció por primera vez en el portal El Bastión.

Cristian Toro

Cafetero. Ingeniero Electrónico de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales y Especialista en Gerencia de Proyectos de la Escuela de Ingeniería de Antioquia (EIA). Socio, administrativo y docente de Kumon Alto de Las Palmas: franquicia educativa que imparte una metodología de estudio japonesa como complemento para que niños y jóvenes mejoren su nivel académico.

Editor Ejecutivo (EIC) de El Bastión y Revista Vottma, miembro fundador de la Corporación PrimaEvo y del movimiento Antioquia Libre & Soberana, y columnista permanente de Al Poniente y el portal mexicano Conexiones. Afiliado al Ayn Rand Center Latin America y colaborador de organizaciones como Fenalco Antioquia, The Bastiat Society of Argentina y México Libertario.

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