El hijo de Mario

Mientras escribo el documento que presentaré el próximo 19 de junio en la audiencia de pérdida de investidura en contra de los congresistas uribistas que donaron a la vaca del gobernador, pienso, tratando de dejar listos todos los argumentos ¿Cuál puede ser la razón por la que puedo perder el proceso? Y mientras leo jurisprudencia, doctrina, normas y consulto con los colegas, se me viene a la mente que una de las razones por las que puedo perder – y probablemente lo haga – es porque soy el hijo de Mario.

Aprovecho que estamos en la víspera del día del padre para rendirle un homenaje a mi papá, estoy muy orgullo del hombre que me ha acompañado toda la vida, ahora que yo mismo soy padre entiendo mucho mejor su legado y lo que me enseñó con el ejemplo: a enfrentar siempre la vida, a trabajar duro, a honrar la obligación familiar con amor y trabajo, mucho trabajo.

Mi papá ha sido toda la vida un trabajador, por fortuna hoy pensionado; ahora que pienso en el ejemplo que le voy a dar a mi hijo, que le va a enseñar mucho más de lo que le diga, pienso que a mi papá le aprendí la incondicionalidad del cuidado:  yo sé, sin importar que pase, que a mi lado siempre va a haber un hombre disponible a ayudarme, con sus limitaciones y sus miedos, acompañándome siempre; así no este de acuerdo a veces o se asuste porque no entiende muy bien en que nos metimos mi hermano o yo, ahí está, siempre. Soy el hijo de un padre presente y es la mayor fortuna que una persona pueda tener.

Gracias, papá, gracias a tu ejemplo entendí que lo único que puedo hacer por mi hijo es quererlo siempre y estar para él, acompañarlo a recorrer el camino que decida no tratar de dibujárselo.

Gracias a al fuerzo de Mario, mi mamá, mi estudio y la educación pública hoy tengo el conocimiento para enfrentar a los congresistas que se sumaron a la estrategia partidista del uribismo para utilizar la solidaridad de los antioqueños. La demanda ha tenido mucha más publicidad de la que esperaba, mientras organizó mis argumentos jurídicos, puedo notar que no tengo un argumento para la razón por la que posiblemente pierda.

De pronto pierdo porque soy el hijo de Mario, un trabajador, mientras demando a nietos de expresidentes, hijos  de testaferros del narcotráfico, caciques políticos  y parapolíticos condenados; mi posibilidad extrajurídica de perder es que para el consejo de estado resulte más importante la clase, el establecimiento que las instituciones, que un ciudadano, hijo de un trabajador, que encontró el argumento jurídico para poner en evidencia la arrogancia del poder y la necesidad de ponerles en su lugar.

No quiero decir con esto que mi contra parte no tenga argumentos jurídicos, digo que para el único argumento que no tengo respuesta es el de ser hijo de Mario.

Yo confío en las instituciones y la justicia, por eso acudo a estos medios para expresar mis posiciones jurídicas y políticas pero me desconcierta que en el Tribunal Administrativo de Antioquia las decisiones que resultan desfavorables son suscritas por un magistrado que es intimo amigo de los congresistas demandados; tengo que decir que le magistrado que ha instruido el proceso en el consejo de Estado me ha tratado con absoluto garantismo.

Tocará preparar muy bien los argumentos y esperar que triunfen y con ellos la idea de una sociedad donde los hijos de Mario puedan derrotar en franca lid a los nietos e hijos de los poderosos.


Todas las columnas del autor en este enlace: Carlos Mario Patiño González

Carlos Mario Patiño González

Abogado de la Universidad de Antioquia, Magister en Derecho económico del Externado de Colombia, de Copacabana-Antioquia. Melómano, asiduo conversador de política y otras banalidades. Tan zurdo como puedo pero lo menos mamerto que se me permita.

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