El hastío de existir, la alegría de vivir.

“Llega un momento en que algo se rompe en tu interior, y ya no tienes ni energía ni voluntad. Dicen que hay que vivir, pero vivir es un problema que a la larga lleva al suicidio.”

 Umberto Eco.


Los locos, los desamparados, los incomprendidos, los tristes, los tristes eternos, los que piensan cada noche en colgarse, en dormirse y nunca despertar, aquellos que no tienen esperanzas por más oportunidades que tengan, aquellos que no tienen afán de vivir bajo ninguna circunstancia.

Aquellos que aparentemente no tienen ningún padecimiento y se esconden tras falsas sonrisas para encajar, agradar, ser productivos, útiles o poder subsistir, ¿cómo es intentar vivir cuando no se quiere hacerlo?

Y otros dicen; Cual es el escándalo si tristes estamos todos. Es solo algo pasajero y hay que echarle ganas, la depresión está de moda; si ahora todos se sienten tristes y están deprimidos, ser bipolar es querer un día soleado, pero decir que se aman las tardes lluviosas. La ansiedad es un estado cualquiera de preocupación por que vas a llegar tarde al trabajo.

Entonces si son cosas tan simples ¿cuál es el impedimento?

Llegando a este punto es difícil aceptarlo, entender el diagnostico va más allá de un intento de suicidio, es comprender que la salud mental es un tema que le compete a las familias desde la crianza, la primera infancia; es un asunto que debe abordarse desde la educación en las instituciones escolares y de educación superior, un tema que deben considerar los empleadores y que debe tratarse ahora mismo como un asunto de salud pública.

Teniendo en cuenta cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 4,7% de los colombianos están diagnosticados y sufren de depresión, con esto debe  tenerse en cuenta que la depresión no viene sola y que muchas veces es una sintomatología secundaria de diagnósticos clínicos como el trastorno afectivo bipolar o el trastorno límite de la personalidad, por mencionar algunos; Enfermedades que a nivel global oscilan entre un 2% y 5% de la población mundial.

Según Medicina Legal en comparativa entre los últimos meses del 2021 y 2022 la cifra total de suicidios fue de  4.934 personas de las cuales se calcula que aproximadamente un 22% eran menores de 28 años.

Evidentemente este uno de los problemas más notables, en última instancia la consecuencia del desconocimiento del paciente y  un mal  acompañamiento médico.

Es ahora cuando evidenciamos que se hace un mal tratamiento o hay cierta falta de atención hacia estas enfermedades que realmente afectan diversas situaciones sociales, familiares, personales, académicas, laborales y profesionales de quienes las padecemos y hoy desde mi perspectiva puedo percibir y dar testimonio de que hay un desconocimiento y una estigmatización propensa a los que hemos sido diagnosticados así.

Y no, no somos personas inútiles, perezosas, agresivas, irritables; son síntomas que pueden sobrellevarse desde que se haga un adecuado tratamiento psicológico o en su caso psiquiátrico, que es fundamental para poder llevar un ritmo de vida medianamente aceptable. Los episodios depresivos muchas veces nos impiden levantarnos de la cama durante semanas, realizar tareas sencillas, comer adecuadamente, y son estas sensaciones las que realmente incapacitan.

Como lo mencione anteriormente no se trata solo de echarle ganas, es de entender que, en muchos de los casos, así como funciona cualquier enfermedad Crónica o homeopática, el funcionamiento químico del cerebro y la producción de serotonina son algo que está más allá de ponerle actitud a la vida.

Para muchos un chiste hasta que viven de cerca el problema; es claro, según estudios médicos que diversas situaciones biológicas que se encuentran en nuestro material genético en cualquier momento pueden desencadenar un trastorno depresivo o un episodio de ansiedad, como siempre para todos se convierte en un tema que no hay que tratar porque a los loquitos nos tienen que dejar lejos.

Esto ya no se trata de hacer una lobotomía y decir que la gracia divina vendrá a salvarnos, se trata de ser empáticos, de comprender que para muchos de nosotros representa una afección que va más allá de la desmotivación y la desesperanza, que por ello ciertos comportamientos en diversos trastornos o enfermedades mentales deben tratarse y comprenderse a tiempo.

Demostrar que la salud mental es un asunto de toda la sociedad debe ser una prioridad es necesario que las instituciones gubernamentales, diversos sectores sociales y comunitarios se articulen con la intención de fortalecer la idea de que es un asunto importante, no pasar por alto que durante los últimos dos años fueron más de 29.792 intentos de suicidio teniendo en cuenta que no se concretaron en su actuar y anterior mente he indicado la cifra de muertes totales por este hecho.

Levantarse de la cama no es gratis para muchos de nosotros, las barreras del dolor físico trascienden y se convierten en una lucha diaria contra la existencia, el hastió y el desespero puede llevarnos a tomar decisiones premeditadas con la intención de solo buscar un descanso, caer en los excesos y amurallar el comportamiento autodestructivo.

No lo he superado, pues así tal cual no es posible decirle a alguien que tiene cáncer que le ponga ánimos y así se curara por completo, pero es posible seguir viviendo así, entre la desdicha de las montañas de un país donde todos somos hijos de la violencia, familias disfuncionales y entornos institucionales inhumanos.


 

Edwin Sandoval Montoya

Comunicador social y periodista, Artista visual, Con énfasis en creatividad publicitaria de la universidad central, apasionado por el Arte y la cultura. Con gran sentimiento político, y enfocado en temas de educación y progreso para el país.

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