Sin duda, una de las fortalezas de las entidades públicas es la de mantener un gobierno corporativo que permita la toma de decisiones colegiada bajo el respeto a sus estatutos. Pero cabe la pregunta, ¿cómo fortalecer y complementar este concepto cuando de entidades públicas de trata?
Hay que preguntarse qué sectores de la sociedad están representados en estas juntas, no solo desde la representatividad democrática, sino desde los perfiles que se necesitan según las labores misionales de la entidad. En el caso de ruta N, cuya misión es articular los actores y actividades relacionadas con Ciencia, Tecnología e Innovación, es necesaria la participación en la junta de sectores ligados directamente al desarrollo científico, al emprendimiento y a las empresas de base tecnológica de la ciudad. Esto no excluye la participación de los sectores empresariales tradicionales que también deben ser beneficiarios de las actividades de I+D+i.
Es sano además establecer criterios de rotación en las juntas directivas para habilitar su renovación y permitir el surgimiento de nuevos liderazgos. Es saludable definir un límite de juntas de entidades públicas en las que la misma persona puede participar. Unas pocas personas, por preparadas o experimentadas que sean, no manejan a profundidad todos los temas; y además se amplían las posibilidades de aporte y el número de personas que participan de las decisiones de ciudad.
Igualmente, el gobierno corporativo para una entidad pública requiere que la Junta presente a la ciudad la visión y los lineamientos estratégicos que defina, que aunque necesariamente articulados con la administración de turno, deberán tener perspectiva de mediano y largo plazo; sin dejar por supuesto de lado los mecanismos de rendición de cuentas a la ciudadanía.
Para el caso de Ruta N, cuya misión es articular el sistema CTI de la región, en una sesión del CUEE -realizada en diciembre 2019- se presentó un diagnóstico de ciudad en temas CTI. Como resultados se evidenció que el 86% de los consultados considera que los actores CTI actúan de manera desarticulada o que no existe claridad en la estrategia del ecosistema. Igualmente, caracterizó nuestro sistema de innovación en fase de activación, con logros relevantes en cultura de la innovación y en ambiente de negocios favorable, factores que por supuesto hay que valorar; pero también encontró que en varias de las dimensiones habilitadoras de un sistema sólido hay mucho trabajo por hacer: Construcción de comunidad CTI, alinear la investigación que se desarrolla en la ciudad con las iniciativas de innovación, fortalecimiento de la infraestructura digital y física y mayor oferta de
talento humano calificado, entre otros. A lo que se debe agregar, que producto de la pandemia, para septiembre de este año el 80% de las empresas de landing abandonarán la sede de RutaN.
En el marco de definir el nuevo plan decadal de CTI de la ciudad, una labor prioritaria de la nueva junta directiva será la de establecer una carta de navegación que permita abordar tres aspectos. El papel de RutaN y del sistema CTI en apoyar el proceso de reconstrucción económica y social que se requiere por los efectos catastróficos de esta pandemia. Materializar la propuesta de la actual administración de transformar la vocación industrial de la ciudad colocando como prioridad el desarrollo de empresas de base tecnológica y, finalmente, el cómo abordar los retos que faciliten el tránsito de nuestro sistema CTI de la fase de activación temprana a una etapa de consolidación.
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