Escribo este texto con optimismo, pero consciente del enorme peligro que corre nuestro país, incluso, logrando salvar la democracia el próximo 19 de junio.
Estoy convencido que hoy la mayoría de los Colombianos estamos dedicando nuestros esfuerzos en lograr que el Ingeniero Rodolfo Hernández logre ganar la carrera presidencial y dirigir los designios de Colombia durante los próximos cuatro años, esto bajo la premisa de conservar nuestro derecho a elegir nuestros gobernantes, nuestra democracia.
Debo decir con la cruda honestidad que me caracteriza que el candidato que apoye y con el que me sentía mejor representado era él también ingeniero Federico Gutiérrez, el conocido y carismático FICO, sin embargo, reconozco que Hernández ha sabido leer la actual coyuntura política, pero más importante los anhelos de los ciudadanos, representando cosas que nos gustan a algunos y les disgustan a otros, y aquellas que nos disgustan a algunos pero le gustan a otros, siempre con un mensaje claro, el respeto por la soberanía popular.
Entiendo que el enfoque de estas letras pretende contar mi visión del escenario que afronta nuestra hermosa Medellín, pero entenderlo aislado de los sucesos del país me parece, cuanto menos, equivocado. Y es que de ganar el señor Petro, no solo Colombia, sino regiones como Atlántico, Bolívar, Córdoba y el Valle estarían condenadas, y todos los esfuerzos de este señor con los recursos del gobierno nacional destinados en conquistar Antioquia.
Solo basta analizar fría y detenidamente los resultados de la primera vuelta presidencial para saber que pese a salvar la democracia con el ingeniero, que soy insistente, es el mejor escenario, muchas de las regiones de Colombia podrían caer ante la izquierda en el 2023, mírese por ejemplo la visión del Valle del Cauca orientada por Dilian Francisca amenazada por la alianza Roy-Ospina, el Atlántico que a visto el progreso de la mano de los Char a punto de ser dirigida por el hijo de Petro, e incluso el desarrollo de Montería y Córdoba amenazado con el congresista Calle, aliado natural de Daniel Quintero, quien pretende destruir no solo Montería eliminando el legado de Marcos Daniel Pineda y David Barguil, sino El Progreso del Departamento con el que planea continuar los Bechara-Besaile. Todos grandes perdedores en la primera vuelta presidencial.
Y es que la realidad, por muy cruel o triste que parezca, es que, solo Antioquia estuvo a la altura con el modelo de país que representa FICO, una Antioquia hoy acechada por todos los frentes y enferma por la corrupción que hoy domina la administración de Medellín.
Esto sin duda, de salvarse la democracia, nos pone en la importante labor de proteger Antioquia y devolverle a Medellín el progreso que caracterizaba nuestra ciudad antes del apogeo de la actual corrupción que la carcome, esto implica dejar nuestros egos, nuestras aspiraciones personales y pensar en lo mejor para todos, por mi parte hace tres años deseaba aspirar al Concejo de Medellín, aspiración que hice a un lado para vivir una de las mejores experiencias de mi vida al lado del ex Gobernador Luis Alfredo Ramos en la campaña de 2019, y es que compartir casi 20 horas al día con él en ese proceso electoral aportó a la visión de país que hoy tengo, por lo q en mi caso personal e decidido estar en el lugar que me permita tender puentes para lograr que Medellín sea dirigida por una gran persona, ya veremos cuál será ese lugar.
Y es que el Concejo de Medellín es un escenario importante, pero hoy vemos que poco sirve si la administración no tiene el modelo de ciudad que nos merecemos los ciudadanos, también estoy convencido que será muy importante la participación de muchos actores, y de ahí los puentes que espero construir, en lo político Álvaro Uribe, Fico (sea como candidato a la Gobernación o no), Juan Diego Gómez, Aníbal Gaviria, entre otros; en lo empresarial, Manuel Santiago Mejía, a quien espero, en lo personal, ver más con un micrófono en el 2023, Javier Genaro Gutiérrez, Juan Manuel Del Corral, Juan Luis Londoño, familias como los Echavarría, Gómez, Alzate, y la lista se vuelve interminable; así como la academia representada no solo en las universidades, sino en importantes colegios.
E ahí el reto de escoger a la persona que nos una, pues divididos estamos condenados a otro Daniel Quintero Calle, en lo personal creo que la indicada, cuyo nombre no mencionó, no porque vergüenza a quien fue una gran Diputada o Directora de planeación, sino porque entiendo no participará en política ni tomará una decisión de este tipo mientras dirija de la forma más sobresaliente una de las entidades del gobierno nacional cuya relevancia nunca había sido tan grande. La invitación es que estemos a la altura de rodearla y dejar nuestros egos y diferencias, empezando por el ejemplo que debemos dar en el partido donde milito con orgullo, Centro Democrático.
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