El proyecto ‘Francés Tóxico’, nace en el año 2020, mientras la mayor parte de la población mundial vivía aislada en sus hogares a causa de la inesperada pandemia del COVID. Y fue gracias a su fundador Doniphane Meslier, francés de nacimiento y colombiano de corazón, que este maravilloso proyecto dio sus primeros pasos, mientras él mismo se encontraba en cuarentena, en su hogar, ubicado en la ciudad de Barranquilla, Colombia.
Inicialmente, Francés Tóxico fue una idea para disfrutar el tiempo y ayudar a los colombianos a entretenerse y aprender francés en medio del aislamiento obligatorio que se vivía en dicha época. Originalmente, el nombre del proyecto era ‘’Cuarentena Francesa’’. Consistía en 40 días para aprender dicho idioma de forma gratuita a través de un grupo creado en Facebook. Las clases eran dictadas por Facebook Live y, además, se compartía material para practicar el francés.
La intención de Doniphane, (mejor conocido por la comunidad francesa como ‘Colombianito’), era que las personas se quedaran en casa para cuidar su salud mientras se experimentaba la pandemia, pero que además invirtieran este tiempo libre en aprender y entretenerse, sin ponerse en riesgo por salir de casa.
La comunidad integrante de la ‘Cuarentena Francesa’, creció rápidamente, alcanzando más de 16.000 personas en el grupo de Facebook, lo cual fue una gran sorpresa para Doniphane, quien nunca imaginó el amplio alcance y aceptación que su proyecto tendría en el país.
Gracias a esta iniciativa, el ‘Colombianito’ comenzó a idear un espacio en el cual los colombianos tuvieran casi las mismas posibilidades de acceso a la educación, tal como los franceses. Es así como nace ‘Francés Tóxico’, bajo el eslogan ‘El profe más tóxico que tu ex’, pues en su metodología incluye el envío de tareas diarias, aún si son fines de semana o festivos. ¡Sí! ¡así de tóxico!.
Además, se ofrecen dos clases en vivo de una hora, que son dictadas cada semana a través de la plataforma ZOOM. Y tal como lo dice su publicidad, todo esto tan solo por el precio de un tinto diario, es decir, solo 90 mil pesos colombianos durante 90 días seguidos.
En la actualidad, y a lo largo de estos más de dos años en que se ha venido gestando el proyecto de Francés Tóxico, se cuentan con más de 30.000 estudiantes de diferentes países de Latinoamérica y Europa (incluso países de habla inglesa y francesa) que han decidido aprender o perfeccionar un segundo idioma y que han visto en Francés Tóxico la manera más divertida y confiable para hacerlo.
¿Por qué llega a Colombia?
Llegué a Colombia a través de un intercambio universitario en la ciudad de Barranquilla en el 2010 con la Universidad del Norte. Estudié comercio y negocios internacionales durante un semestre y me devolví a Francia para culminar mis estudios de maestría en administración con énfasis en marketing. Escogí hacer este intercambio para practicar el español que era una de mis debilidades académicas en este entonces y conocer otra cultura.
¿Qué es lo que más le gusta de Colombia?
Lo que más me gusta de Colombia es su gente, aquí acogen muy bien a los visitantes. También me fascina la diversidad de destinos, paisajes y aspectos históricos y culturales que uno puede ir descubriendo recorriendo el país. Creo que uno de los puntos fuertes de Colombia es su diversidad.
¿Qué no le gusta de nuestro país?
Me entristece ver que el aprendizaje sigue siendo un privilegio para unas cuantas personas adineradas. Me parte el alma saber que muchos niños y jóvenes no pueden tener acceso a una educación básica de calidad y menos a una formación universitaria por falta de recursos.
De esta frustración nació el Francés Tóxico y sus clases por el precio de un tinto diario: para permitirles a los que quieren aprender hacerlo a través de un sistema intensivo y asequible para todos.
¿Qué idiomas habla?
Mi idioma nativo es el francés, sin embargo, mi mente funciona en “costeñol”. Aprendí esta variación sabrosa del español en la costa caribe colombiana y la adoro. También manejo bien el inglés (aunque no me trago el cuento del dizque idioma “universal”) y me defiendo en italiano. Mi meta es de aprender el esperanto y el LSC (lenguaje de señas colombianas).
¿Qué palabra colombiana le causa gracia?
“Marica” es una palabra que me causa mucha gracia… cuando llegué a Colombia sabía muy poquito español. Siempre andaba con un grupo de amigas, pero no lograba entender todo lo que decían. Me demoré unos días para entender que la chica con quien me había besado NO se llamaba “Marica”. ¡Parece chiste, pero es anécdota!
¿En qué otro proyecto te encuentras trabajando?
Le dedico el 100% de mi tiempo a Francés Tóxico. La satisfacción y el acompañamiento de nuestros estudiantes son nuestra prioridad.
También me enfoco en el bienestar del equipo Tóxico. Son más de 25 personas, profesores y administrativos, quienes se encargan de brindar clases intensivas y seguimiento constante al aprendizaje de nuestros estudiantes. Es gracias a ellos que hemos logrado conquistar el corazón de miles de colombianos. Mi equipo es mi prioridad.
¿Dónde y cómo nace la idea de utilizar la palabra tóxico?
Surgió naturalmente al darme cuenta que mandaba tareas todos los días del año. Mi metodología no contempla la idea de receso académico o de pausas en el aprendizaje. Para aprender y avanzar con firmeza en un idioma se requiere constancia. Desarrollé las clases que me hubiera gustado recibir cuando aprendí el español: clases cada semana, tareas diarias, temas culturales. Con las clases tóxicas el estudiante que se pone las pilas, aprende sí o sí. Cuidado: no hacemos milagros. Cada estudiante tiene que poner de su parte, asistir a clase, repasar las grabaciones y hacer sus tareas diariamente para lograr el nivel ideal.
¿Cuántos estudiantes han pasado por sus clases?
Entre el momento en que empezó el aislamiento obligatorio y el momento en que me entrevistan (marzo 2023) más de 40.000 estudiantes tomaron la decisión de confiar en nosotros y estudiar por el precio de un tinto diario.
¿En dónde filmaron el comercial de los tintos? Y ¿De dónde sacaron el carro de tintos?
Nuestros comercial se grabó en las calles de Cali, uno de mis lugares favoritos de Colombia (donde aprendí los pasos básicos de la salsa). Erika, nuestra comunicadora tóxica se encargó de toda la organización de la grabación y contactó a varios vendedores ambulantes para preguntarles si era posible alquilar sus herramientas de trabajo. Caminamos todo el día por las calles del centro de Cali, grabando y repartiendo tinticos.
¿Qué deberían aprender los franceses de los colombianos? Y ¿Qué deben aprender los colombianos de los franceses?
Creo que los franceses podrían aprender de sus hermanos colombianos al momento de tomar las cosas con más calma y más paciencia: “cogerla suave” como decimos en la costa. El modo de vida francés es muy serio y muy apresurado. De donde vengo, el ritmo del día a día puede ser agobiante.
Cuéntenos sobre usted:
¿Su mayor temor?
Temo ver la brecha social y educativa crecer más y más en mi país natal. Cuando escucho el actual Presidente francés Macron explicar que “el sistema universitario no podrá seguir siendo casi gratuito para todos” se me hierve la sangre. Sin educación gratuita y asequible para todos no se puede construir un futuro común digno.
¿Qué vanidad oculta tiene?
Creo haber logrado dejar mis vanidades a un lado para avanzar en mis proyectos. El ego es un impedimento para progresar rápido hacía sus metas. Mi nuevo pasatiempo rodearme de personas que me superan en muchos ámbitos (desarrollo web, derecho, contaduría, seguridad, enseñanza…). Me siento orgulloso haber logrado armar un equipo tóxico de alto nivel. ¿Cuenta cómo vanidad?
¿Qué lo hace tóxico en su vida privada?
Creo que me estoy obsesionando con la idea de brindarle la oportunidad de estudiar a todas las personas que lo desean sin tener que gastar un platal. Estoy seguro que lo que considero como “pasión” se podría interpretar como algo de “toxicidad” y de “obsesión”. Cuando quiero lograr algo, me pongo a indagar y leer sobre el tema y hablo de esto día y noche.
¿Algún sueño qué quiere cumplir pronto?
Ya que logré vender tintos en la calle, sueño con aparecer en una Telenovela colombiana. ¡Estoy abierto a cualquier propuesta tóxica!
¿Cuéntanos sobre el apoyo social?
El apoyo social a través de donaciones y obras de caridad es una necesidad que nace de la incapacidad, o falta de interés, de los gobiernos en resolver asuntos que los incumbe. Seguiré participando en operaciones de apoyo a favor de la educación de los más desfavorecidos porque es algo que me nace. Sin embargo, seguiré soñando con un mundo donde nuestros impuestos se vean reflejados en cosas que de verdad importan: escuelas públicas, universidades gratuitas, centros de formación para todos.
¿Qué metas tiene pendientes por cumplir?
Actualmente tengo 3 metas pendientes:
- Subir de nivel en salsa caleña (todavía me falta sabor).
- Alcanzar un nivel B2 en italiano (me muero por vivir en Italia).
- Ponerme las pilas con el gimnasio (es mi meta desde el 2019 pero ajá…).
Sus clases tienen el precio de un tinto ¿Cuántos tintos se toma usted al día?
Amo el tinto colombiano. Me tomo un promedio de cinco al día. Cuando hablo de tintico, me refiero al de la calle, preferiblemente con canela de nuestra tierra para endulzarlo. Lo que amo del tinto, además de su sabor, es su aspecto social y comunitario. Todos lo consumen, es nuestro emblema nacional e internacional.
Por otro lado, creo que los colombianos no deberían conformarse con lo que tienen. Se podrían copiar un poquito del espíritu francés inconformista, reivindicativo y hasta revolucionario. Los colombianos merecen recibir una educación de calidad sin distinción o discriminación ninguna.
La nueva apuesta de Francés Tóxico es la inclusión en la educación. Por ello, desean brindar clases para personas con discapacidad y, además, un curso de Lengua de Señas Colombianas, ya que creen que el aprendizaje debe ser para todos por igual. Hoy en día, cuentan con varios estudiantes tóxicos con discapacidad visual y auditiva, los cuales tienen la oportunidad de aprender el idioma que desean, de manera gratuita.
[…] móviles, juegos, podcasts y vídeos que proporcionen una experiencia inmersiva en el idioma. El francés más tóxico en Colombia es un ejemplo de cómo se pueden integrar enfoques novedosos para cultivar tanto el entendimiento […]