Inicia el mes de diciembre, un mes lleno de luces, deseos y sueños. Un tiempo del año ideal para compartir en familia, para reír en compañía de los que se lleva en el corazón.
En días como estos la ausencia de un ser querido pesa mucho más, hasta el punto de volverse insoportable. En Colombia son miles las familias que sufren el dolor de no saber sobre el paradero de uno de sus integrantes. Son muchas las personas que han visto salir de sus casas hijos, esposas, padres y hermanos que nunca vieron regresar de nuevo.
Durante el conflicto armado fueron muchas las prácticas atroces que se llevaron a cabo por diferentes grupos armados e incluso el Estado, como lo es el delito de la desaparición forzada.
El fenómeno de la desaparición forzada fue muy frecuente en Antioquia, nuestro departamento es el lugar con más registros de victimas de desaparición forzada del país, con una cifra de 18.760 personas registradas como desparecidas desde el año 1985 hasta 2018, según la según la base de datos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Una Cifra alarmante que para hacerse una idea puede superar la población de un municipio como Rionegro.
Las regiones que más sufrieron desaparición forzada en Antioquia fueron el Oriente, el Urabá y el Magdalena Medio. En el Oriente Antioqueño se presentaron altas cifras de personas dadas como desaparecidas en los municipios de Granada, San Francisco, Argelia y San Carlos. Por su parte en Urabá se presentaron altos registros en los municipios de Mutatá, Murindó y San Pedro de Urabá. Finalmente en la región del Magdalena Medio los focos de esta práctica fueron Puerto Berrío y Puerto Triunfo.
Sin embargo, la capital antioqueña no se quedó atrás pues tiene un registro de 2794 personas desaparecidas desde el año 1985 hasta 2014. Los años donde se presentó un mayor número de desaparecidos fueron 2009, 2010 y 2011 con un número total de 678 personas.
La desaparición forzada para los familiares de las víctimas directas es un flagelo que no cesa y es por esto que existen diversas agrupaciones que se encargan de apoyar y guiar a otros familiares victimas indirectas de desaparición forzada, como la Asociación de familiares de detenidos desaparecidos (ASFADDES), Mujeres caminando por la verdad, Madres de la candelaria y Proyecto Des.
Estas agrupaciones también realizan actos pedagógicos enseñando el proceso que se debe seguir cuando se es víctima de un delito como este, además desarrollan actos conmemorativos para el no olvido de las miles de personas que padecieron los horrores del conflicto armado, así como para evitar la repetición de estos dolorosos crímenes a través de la memoria.
A pesar de que en Colombia la cifra de personas registradas como desaparecidas sea tan exorbitante, (más de 74808 desde el año 1985 hasta 2018 según la base de datos del CNMH) la impunidad para este tipo de delitos continua siendo muy alta, el dolor de familiares y seres queridos es continuo y el Estado al parecer no ha oído del todo sus suplicas.
El duelo continua y la espera es extenuante para las persona que aún se aferran a la esperanza de encontrar el paradero de su ser querido o por lo menos saber qué sucedió con este, quiénes fueron los responsables de su desaparición o los motivos que tenían para hacerlo.
Solo de esta forma podrá cesar el dolor intermitente que ha acompañado miles de familias durante años, desde el momento en el que de forma inexplicable no volvieron a saber absolutamente nada de sus familiares y se rehúsan a dejar en el olvido sus seres amados.