“Con Rodolfo, en segunda vuelta, el discurso de “cambio” de Petro se volteó. No es lo mismo para Petro proponer un “cambio” al lado de Roy Barreras, Armando Benedetti, Piedad Córdoba, Daniel Quintero, Ernesto Samper, que para Rodolfo Hernández y Marelen Castillo que llegaron a la segunda vuelta sin apoyo de ningún partido y con voto de opinión”.
Aunque en las últimas encuestas que se publicaron en la antesala de la elección presidencial que tuvimos el pasado domingo 29 de mayo, Rodolfo Hernández repuntaba como el candidato que más había crecido y que podía dar la sorpresa desbancando a Fico Gutiérrez de la segunda vuelta presidencial, en el imaginario colectivo no parecía que al ingeniero le fuera alcanzar los votos para lograr un cupo para la segunda vuelta como ocurrió.
Más allá de si compartimos o no sus formas e ideología, sí me parece interesante analizar porqué Rodolfo Hernández, un personaje hasta hace poco desconocido en el panorama nacional, que como funcionario público sólo ha tenido dos cargos en una ciudad intermedia como Bucaramanga, una vez como concejal y otro como alcalde, ha logrado ser en poco tiempo y en la primera vez que se lanza como candidato presidencial en una opción probable para ser el próximo presidente del país.
Lo del ingeniero demuestra que la ciudadanía está cansada de la forma tradicional de hacer política y buena parte se identifica con lo que Rodolfo representa: una persona sin mayores vínculos con la política tradicional pero que a la vez, como empresario, ha tenido una trayectoria exitosa.
Con Rodolfo, en segunda vuelta, el discurso de “cambio” de Petro se volteó. No es lo mismo para Petro proponer un “cambio” al lado de Roy Barreras, Armando Benedetti, Piedad Córdoba, Daniel Quintero, Ernesto Samper, que para Rodolfo Hernández y Marelen Castillo que llegaron a la segunda vuelta sin apoyo de ningún partido y con voto de opinión.
El ingeniero tiene lo suyo, desde distintas orillas le coquetearon para que se les uniera. Sabían de su potencial a pesar de su edad. Según Hernández, Petro le ofreció la vicepresidencia hace dos años diciéndole que juntos serían invencibles. Y en los últimos meses, Fajardo lo trató de convencer para que también se le uniera sin éxito. Con los resultados de la primera vuelta, los que anunciaron que lo apoyarían fueron el mismo Fajardo, Fico Gutiérrez, Partido Liberal y Conservador. Los críticos de Hernández dirán que no puede haber cambio con él porque se le están adhiriendo los políticos de siempre, como también los tiene Petro. La ventaja de Hernández es que llegó a la segunda vuelta sin hacer compromisos ni deberle nada, al menos que sepamos, a los políticos tradicionales. Los candidatos y partidos que perdieron ante las dos opciones que quedan, están prefiriendo en su mayoría la opción de Hernández.
Lo de Rodolfo replantea la forma de conectar con la ciudadanía. En campaña presidencial, el ingeniero dice que gastó 3 mil millones de pesos, y por reposición de votos, el Estado le debió dar 27 mil millones de pesos, pero como gastó nueve veces menos, le entregaron lo que efectivamente gastó. Este candidato no se desgastó yendo a plazas públicas, ni haciendo grandes inversiones en vallas, material impreso y publicitario. El fuerte de su campaña lo enfocó en redes sociales como Tik Tok, donde se autodenomina El Rey del Tik Tok; Instagram, Facebook y Whatsapp y en la creación de una página web donde tiene su plan de gobierno. Comparado con los demás candidatos, hizo una campaña austera, efectiva y coherente que conectó con buena parte de la ciudadanía.
No podría saber si Hernández será el próximo presidente de Colombia, independiente de si lo logra o no, sí ha marcado un precedente en la forma de hacer política y conectar con la ciudadanía. Paradójicamente, siendo el más mayor, fue el que supo utilizar mejor las nuevas herramientas para comunicarse con la ciudadanía, pronto veremos si será suficiente para su objetivo final.
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