El dilema del arriendo en medio de la pandemia

Foto: finanzaspersonales.co

 Ciertamente, el Derecho le da muchas herramientas a los arrendadores, quienes pensaría uno que están en mejor posición que los arrendatarios, pero estos últimos no es que sean David enfrentándose a Goliat porque, además de Dios, las leyes también los respaldan.”

Desde que entré a la facultad de Derecho, tuve siempre claro que los temas de los que se habla en el mundo de los códigos y las corbatas no tenían que estar alejados del común de las personas. Lo paradójico es que esa misma idea que he tenido desde hace 5 años, no ha sido fácil para mí plasmarla. Siempre me he visto frustrado por no ser capaz de expresar ideas complejas en palabras sencillas. A lo mejor es que no he podido encontrar las palabras correctas. Lo columna que estás a punto de leer, además de ser un cambio en mi estilo de escritura, es un intento precisamente por eso: explicar lo complejo sencillo.

El dilema del arrendamiento en medio de la pandemia puede ser uno de los temas más difíciles e importantes en la actualidad, sobre todo por la gran variedad de puntos de vista que hay al respecto. Un abogado litigante, únicamente miraría la situación a la luz de las sentencias y las leyes; un psicólogo de profesión enfocaría su atención al trauma que el no pago (e incremento) de la deuda generaría en los arrendatarios; a lo mejor un economista puro estaría pensando en las posibles fórmulas para mermar la inflación que se viene.

En todo caso, siendo fiel a mi vocación, mi atención se ha centrado en los últimos días en el problema contractual que se viene para muchísimos colombianos. Sólo a modo de ejemplo, piense que en Colombia el 34% de las viviendas son arrendadas; o, si eso no le parece lo suficientemente impactante, calcule usted qué sería del país sin los $28 billones que anualmente circulan en Colombia gracias al arrendamiento.

A muchos, por culpa del “cierre del país”, se les ha disminuido sus ingresos con los que, entre muchas cosas, se sostenían y pagaban el precio del arriendo de la casa en la que viven o del local en donde está su negocio, y por ellos están en apuros. Otros, también han perdido porque no han recibido en 3 meses el dinero que les corresponde por lo que han dado en arriendo.

Creo que es más fácil entender el problema con un ejemplo: Imagínese que Juan tiene una casa en uno de los mejores barrios de la ciudad, pero no le gusta el hecho de pasar horas en el carro por el tráfico. Desde hace tiempo decidió que prefiere ponerla en arriendo, recibir unos cuantos pesos, y vivir en otra parte. A Valentina, en cambio, le encanta la casa pues queda relativamente cerca de su trabajo, y al enterarse que Juan, su amigo, la estaba arrendando no lo dudó dos veces para ofrecerle millón y medio a cambio de dejarla vivir allí. A Juan el negocio le pareció excelente. Decidieron que el último día de cada mes ella le debería pagar y él la dejaría seguir viviendo allí por lo menos durante 2 años. Con la pandemia, Valentina perdió su empleo y no ha pagado desde marzo, por lo que ya se ha atrasado y sabe bien que puede perder su vivienda. Juan, por su parte, se está preocupando porque gran parte de su sustento era lo que Valentina le pagaba, y sabe que tiene derecho a recibir ese dinero porque, a final de cuentas, ella ha seguido viviendo allá.

¿Qué puede hacer cada uno? ¿habrá incumplido Valentina por no pagar, aun cuando ello se debe a un hecho que nadie esperaba? ¿Juan debería tolerar que Valentina no le pague y continúe viviendo en el lugar?

Este puede ser, a grandes rasgos, el panorama al que muchos colombianos (de todos los estratos) se están enfrentando; y aunque el ejemplo fue sobre una vivienda, también nos enfrentaríamos a lo mismo si hubieran arrendado, en vez, un local en el centro comercial o una bodega.

Ese par de preguntas han generado en este tiempo innumerables debates a los que, francamente, no hay una única forma de resolver; todo depende del caso en concreto. Ciertamente, el Derecho le da muchas herramientas a los arrendadores, quienes pensaría uno que están en mejor posición que los arrendatarios, pero estos últimos no es que sean David enfrentándose a Goliat porque, además de Dios, las leyes también los respaldan.

La situación es única en la historia del Derecho, es tan compleja como pensar en un jaque doble (imposible según las reglas) en el ajedrez; pero, sin ser un maestro ruso del deporte, es lógico saber que eventualmente uno ganará y otro perderá. Eso mismo puede pasar en el tema del arrendamiento, pero la verdad es que no creo que ni Juan ni Valentina hubieran contratado sabiendo que potencialmente el negocio puede ser para peor; creo que todos negocian es porque quieren mejorar su situación y no empeorarla. Así que la invitación es la siguiente:

Para los arrendadores y arrendatarios: piense muy bien cómo estaba frente al negocio antes de la pandemia; piense en los intereses suyos y en los de la otra parte; piense en conciliar o en renegociar el precio; piense que si no resuelve el problema por las buenas le puede costar más el pleito que el arreglo; piense que, como la pandemia, el resultado del litigio es imprevisible, y lo que parece estar ganado lo puede perder.

Para los abogados: recuerde ese viejo refrán del gremio, “es mejor un mal arreglo que un buen pleito”; esta es la oportunidad para ser éticos en el ejercicio de la profesión; es el momento de que el Derecho le sirva a la gente, y no la gente al Derecho.

Bien sé que con esta columna no evitaré la avalancha de demandas que llegará al país por incumplimientos del arrendamiento, pero si uno o dos que tenían pensado hacerlo (o en terminar su contrato) cambian de parecer por mí, sería suficiente.

Webgrafía:  

https://www.eltiempo.com/economia/sectores/como-se-mueve-el-sector-del-arriendo-de-vivienda-en-colombia-313654

https://www.dinero.com/economia/articulo/cual-es-el-porcentaje-de-viviendas-arrendadas-en-colombia/277145

https://www.metrocuadrado.com/noticias/content/mas-del-30-de-colombianos-viven-en-arriendo

https://www.larepublica.co/economia/en-el-negocio-del-arrendamiento-se-mueven-cerca-de-28-billones-anualmente-segun-fedelonjas-2951475

https://www.fedelonjas.org.co/noticias/historico/142-fomentar-el-acuerdo-entre-las-partes

 

Eduardo Gaviria Isaza

Abogado especialista en Derecho Privado y Politólogo, todos en la Universidad Pontificia Bolivariana. Editor en Derecho en Al Poniente. También soy un apasionado autodidacta del café.

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