Los mejores recuerdos de nuestra niñez se encuentran indudablemente ligados al juego, la lúdica y el aprovechamiento del tiempo libre, el factor común denominador en todos ellos era la práctica deportiva, lo que llamábamos en buen paisa “vamos a jugar” y ese vamos a jugar, indefectiblemente estaba de la mano con el movimiento, en una época en que los juegos de video apenas si se divisaban en el panorama.
El juego copaba nuestros mejores momentos y esos momentos era deporte: el recreo en el colegio, las tardes interminables después de clases, los fines de semana, las vacaciones de Semana Santa y por supuesto: las vacaciones de mitad o fin de año. Éramos inmensamente felices.
Jugar fútbol, montar en bicicleta, ir al morro a explorar, jugar pelota envenenada o cualquiera otra actividad en función del movimiento; aunque jugar ajedrez o divertirse con otros juegos de mesa como monopolio o parqués también eran bienvenidos.
Lejos estábamos de pensar que el deporte fuera tan importante para inspirar a la transformación de las sociedades, nuestro cerebro no lo pensaba, pero nuestro corazón y nuestra alma lo sentían.
Ya mayores y revisando el impacto que genera el deporte en las comunidades en el mundo moderno, no nos queda la menor duda de su valor en diferentes áreas.
El deporte para mejorar la condición de salud física y mental. Estudios recientes avalados por la Organización Mundial de la Salud, confirman que la inactividad física está asociada con unas cinco millones de muertes al año (problema agravado durante la epidemia COVID-19) y además está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles como las cardiopatías, diabetes y algunos cánceres con el elevado costo en intervenciones de salud que ello conlleva. En cuanto a salud mental ni se diga, durante la práctica deportiva el organismo genera hormonas tan importantes como la endorfina (analgésico natural), serotonina (estabilizador del ánimo), dopamina (recompensa química) y la oxitocina (hormona del amor) que sin duda, ayudan a aumentar la capacidad cerebral, reducir el estrés, facilitar la concentración, mejorar la socialización, aumentar la autoestima y a elevar el estado de ánimo; en resumen nos ayudan a sentirnos mejor y a en general a ser más felices aumentando la sensación de euforia.
Lamentablemente la práctica del deporte, el juego y la lúdica han sido herramientas desaprovechadas para mejorar la calidad de la educación de nuestra población. Estudiosos de tema han demostrado la importancia del ejercicio físico para mejorar la concentración en tareas intelectuales y aumento de las habilidades cognitivas en los individuos; por eso es fundamental que la sociedad arme de los valores que se promueven en esta actividad como son: la disciplina, la creatividad, la honestidad, el sacrificio, el valor de la recompensa, la perseverancia, el respeto, el compañerismo y trabajo en equipo, enfrentar y superar los tropiezos y derrotas, la solidaridad y la humildad entre otros muchos más, que sin duda todos son positivos.
En términos de economía ni se diga: los beneficios que representa una sociedad con mayor y mejor actividad deportiva se ven extendidos además a una importante cantidad de empleos, bienes y servicios que impactan directamente en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional y que debe el gobierno en esforzarse por medir dicho impacto y comprometerse con incrementarlo de manera gradual y sostenida.
Por último, el deporte nos entrega héroes y heroínas, ídolos nacionales que son ejemplo de superación y de éxito para las nuevas generaciones; niños, niñas y jóvenes que hoy demandan modelos a seguir para olvidar los aciagos años de las décadas de los 80s y 90s cuando los delincuentes y narcotraficantes locales se apoderaron hasta de la conciencia de nuestra juventud.
Así las cosas, impactando individualmente en la salud física y mental, en la educación, en la formación de valores, en la lucha contra la corrupción, en la economía y en los modelos a seguir para los niños y jóvenes; sin duda alguna estaremos brindando mayores oportunidades para la formación integral de estos chicos y para educar mejores ciudadanos transformando positivamente sus vidas. Transformando vidas, transformamos la sociedad.
Por eso apostarle al deporte como la gran fuente de transformación social, debe ser un pilar fundamental en el gobierno entrante. Tenemos una gran oportunidad: cambiar vidas a través del deporte.
#Meinspiranlosdeportistas
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