El Consejo Nacional Electoral y la Registraduría

La Constitución Nacional es la norma de normas al tenor del artículo 4 de la misma.

Desde el preámbulo de la Constitución se advierte que le república de Colombia es esencialmente participativa. Se repite insistentemente a lo largo de la Carta Política.

Uno de los modos que trae la Constitución Nacional es la revocatoria del mandato como lo ordena el artículo 103.

La Ley 1757 del 2015, estatutaria, regula exhaustivamente la revocatoria de los alcaldes de la ciudad.

Es entonces el mecanismo de la revocatoria un derecho constitucional fundamental de la ciudad de Medellín, no una dádiva de ningún ente.

Acudimos como buenos ciudadanos a ejercer nuestro derecho constitucional fundamental como pueblo soberano, como poder constituyente, siempre respetando las normas constitucionales y legales, desde el 4 de enero del año 2021.

A Medellín, a Antioquia, fuerzas oscuras centralistas, bogotanas, ajenas a nuestras costumbres, están violentando nuestros prístinos derechos y se han estado burlando de la Constitución y de la Ley.

Nos impidieron acceder a las planillas el 25 de enero del año 2021, como era nuestro derecho; tuvimos que acudir a los jueces de la república para que la Registraduría entregara las planillas como nos correspondía; suspendieron la recolección de las firmas bajo baladíes argumentos; cumplimos con todos los requerimientos y recomenzamos nuestro derecho democrático; entregamos 305.000 firmas de las 91.000 que nos exigían las normas; por tres veces la Registraduría reconoció la validez de las firmas; entregamos juiciosamente los estados contables que comprobaban el cumplimiento de los topes que se nos impusieron.

Medellín ha pedido respetuosamente ir a las urnas para votar la revocatoria de un delincuente que funge como alcalde; un delincuente porque ha calumniado a la revocatoria; un usurpador de la democracia porque ha violentado el derecho que tiene el pueblo a revocar a su mandatario; un mentiroso compulsivo que ha intentado gobernar con el establecimiento corrupto de los partidos anquilosados; un predicador del odio entre las clases sociales y trabajadoras de Medellín; un misionero de la sabana de Bogotá que llena de contratistas foráneos a nuestra ciudad dejando familias antioqueñas al margen de la miseria demostrando la toma hostil de nuestra tierra.

¡Antioquia, no aguanta más! Hemos sido respetuosos de la Constitución y de la Ley; hemos sufrido, esquivado, soportado, una a una, las piedras que le han tirado desde el Consejo Nacional Electoral y la Registraduría al proceso democrático de la revocatoria de Medellín.

¡Antioquia, no aguanta más! Venimos a las calles de la ciudad porque no se nos escucha; ¡venimos a protestar y a ejercer nuestro derecho a la protesta pacífica porque se burlan desde el Consejo Nacional Electoral de nuestros derechos constitucionales fundamentales!

¡Antioquia, no aguanta mas! En nuestras propias narices se desconoce el derecho a la vista impávida de las autoridades constituidas.

El 2 de octubre del 2016 el pueblo fue llamado a decir el derecho: plebis data, plebiscito, dijeron los romanos. El pueblo dijo ¡NO!

¡Ahora también nos quieren hacer pistola!

¡Mamola!

Antioquia recuerda a Jorge Eliécer Gaitán: «Si avanzo, seguidme, si retrocedo empujadme, si me asesinan vengadme»

Antioquia respeta las normas, pero también advertimos como antioqueños, que, si las normas han de ser obviadas, Antioquia no puede pertenecer a un Estado de hecho. Expresamos con claridad que es el momento de pensar en exigir, ante la evidencia de los hechos sobre el derecho; que, ante la violación de las normas constitucionales; que, ante el birlarse los derechos constitucionales por parte de la Registraduría y del Consejo Nacional Electoral, los antioqueños estamos en el derecho de buscar nuestro propio rumbo a través de un federalismo pleno y bien entendido.

Antioqueños, tenemos un alcalde infame; un sujeto metiroso al frente de nuestros propios destinos; un personajillo de las más bajas calidades humanas y morales; un divisor; una nefasta y triste figura que conjuga sus actuaciones con los tipos penales.

Exigimos de los órganos constituidos: léanse Registraduría y Consejo Nacional Electoral, que respeten el ordenamiento constitucional; que respeten la revocatoria; y que respeten a Antioquia.

Se ve que en Bogotá no conocen a los hijos de Salvador Córdoba Jaramillo; los hijos de Pedro Justo Berrío; los hijos de Juan del Corral; los hijos de Mariano Ospina Rodríguez; los hijos de Alejandro Vélez; los hijos de tantos que hicimos no sólo una Antioquia, sino a Caldas, a Risaralda, a Quindío, al norte del Valle.

Antioquia reclama sus derecho a la Revocatoria! Antioquia exige que se cumpla la Constitución y la Ley!

Y vuelvo a repetir una y otra vez la voz de un bogotano, de Eduardo Caballero Calderón:

“Quisiera comunicar a quienes a veces dudan y desconfían del provenir de Colombia: mientras resista Antioquia, los colombianos no nos vamos a hundir.”

¡Que viva Antioquia!

¡Qué viva la Revocatoria!

Julio González Villa

Doctor en Derecho U. Externado de Colombia; Abogado UPB; Magíster Administración de EAFIT; Especialista Derecho Ambiental U. Externado y Derecho Administrativo y Comercial.

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