Cuenta Marie Arana en su biografía sobre Bolívar, Libertador de América, que el 19 de abril de 1810, en Caracas, mientras Napoleón Bonaparte había invadido a España y apresó a sus reyes: Carlos IV y Fernando VII; los criollos (mantuanos), frente al Capitán General Vicente Emparán, designado por la Junta de Regencia, “procedieron a esbozar su propuesta de autogobierno subordinado al rey español. Pero antes de que terminaran, un ruido estalló en la sala, las puertas de las cámaras se abrieron de par en par y el diácono de la catedral, el imponente José Cortés de Madariaga, descendiente del gran explorador Cortés, entró con solemnidad a la sala. El eclesiástico tomó asiento y escuchó a los criollos que invitaban con cortesía a Emparán a dirigir su junta, momento en que Cortés ya no pudo contenerse más. ¿La alcaldía no sabía de la gente a la que representaban? Vociferó.” (Marie Arana; Bolívar Libertador de América; Debate; Editora Géminis; 2019; Pag. 119).
Cuando uno ve las reacciones del Concejo de Medellín frente a las actuaciones de Daniel Quintero Calle y su séquito de extranjeros deshaciendo lo que tanto trabajo nos ha costado construir, ¿El Concejo no sabía de la gente a la que representaban?
Cuando uno ve que se están robando el lote llamado de Carabineros, en el barrio Castilla, de más de siete hectáreas, para entregarlo a constructores por coimas, en lugar de hacer un parque verde, ambiental para que las familias del sector puedan pasar un fin de semana en familia, ¿El Concejo no sabía de la gente a la que representaban?
Cuando uno ve el odio de Quintero Calle hacia la clase empresarial de Medellín, alimentando la lucha de clases, cuando Medellín ha dado ejemplo de resiliencia, de la empatía que tradicionalmente ha existido entre el sector privado y el sector público de la ciudad, ¿El Concejo no sabía de la gente a la que representaban?
Cuando uno vé que el programa Buen Comienzo, que surgió del sector privado de la ciudad, y luego fue adoptado por la Alcaldía de Medellín, se ha dejado en manos de abusadores de niños y se está entregando a personas no reconocidas en la ciudad, ¿El Concejo no sabía de la gente a la que representaban?
Cuando uno vé que la Junta Directiva de EPM fue ignorada para tomar decisiones tan delicadas que pueden llevar al traste con el gran proyecto de Antioquia, Hidroituango, ¿El Concejo no sabía de la gente a la que representaban?
Cuando uno ve que los cerebros del llamado carrusel de la contratación de Bogotá están en Medellín como Emilio Tapia, y es el cerebro del escándalo de Mintic, donde fue viceministro Daniel Quintero Calle, ¿El Concejo no sabía de la gente a la que representaban?
Es el momento que exista en Medellín un Concejo atento, cercano al ciudadano, exigente, duro con quien dirige la ciudad en forma irresponsable, que ejerza el control político que le corresponda, y que realmente sepa a la gente a la que representan.
Me posesionaré como concejal de la ciudad de Medellín a hacer lo que me corresponde.
Comentar