Desde hace alrededor de 10 años se viene presentando un fenómeno inusual en las ciudades capitales más importantes del país, y es el recurrente robo a las redes de cableado telefónico, con el fin de extraer el cobre contenido en su interior.
En Colombia solo funciona una mina de cobre,” El Roble”, ubicada en el municipio de Carmen de Atrato Choco, la cual es explotada por la empresa estadounidense Mining Corporation, y presenta una disminución radical en el nivel de reservas.
Según datos del ministerio de minas y energía en 1.999 se produjeron 10.089 toneladas, reduciendo su producción para el año 2.004 a 7.840 toneladas y para el año 2.007 4.196 toneladas, para el año 2.011 produjo 3.868 toneladas, en el 2.012 3.211 toneladas y en 2.013 la producción no alcanzo las 2.000 toneladas, lo que indica un descenso continuo debido al agotamiento de sus reservas.
Lo anterior explica la razón por la cual nuestro país gasto un poco mas us 225 millones de cátodos de cobre entre el 2.008 y el 2.012, siendo Chile de lejos el principal proveedor de este material, con us 167.4 millones seguido de México con us 21.7 millones, para atender los diferentes requerimientos que a nivel local se tienen para tal efecto.
Expuesto lo anterior, resulta sorprendente y contradictorio que nuestro país sea un exportador regular de este material, no obstante ser deficitaria la producción local de dicho metal.
Lo anterior se explica en el hecho de la acelerada e inexplicable producción de cobre a partir de la recuperación de chatarra, y esto no tendría nada de especial, salvo por el hecho de que los elevados precios del mismo a nivel local y fuera del país, han disparado el robo de los cables telefónicos para reciclar el contenido de cobre, causando enormes perjuicios y traumatismos a la comunidad en sus sistemas de telefonía y comunicación, y elevadísimas pérdidas económicas a las diferentes empresas de servicios de telefonía y comunicaciones, costos que tienen que ser diferidos posteriormente al consumidor final.
El robo de cable telefónico en la ciudad de Bogotá viene creciendo a pasos agigantados, reconoció el vicepresidente de aseguramiento de la ETB, Hugo Eslava.
Aseguró que este problema se registra desde octubre de 2005 cuando se incrementó el precio del metal que pasó de 3.000 a 9.000 dólares a nivel mundial.
En el caso de Bogotá, se ha pasado de una media de 300 eventos de robo en el 2002 a 2.000 en el periodo comprendido entre el 2005 y el 2012.
Ante tal situación la inversión que tiene que realizar la administración de la ETB es del orden de los 10.800 millones de pesos en el 2011 y de 12.039 millones de pesos en el año 2.012.
Las exportaciones de cobre de Colombia fueron de 21.818 toneladas en el 2.004, 31.919 en el 2.005, 56.664 en el 2.006, 66.949 en el 2.007, todos clasificados como exportación de desperdicios y desechos de cobre, siendo la China el principal país de destino de dichas exportaciones.
El cobre encabeza la lista de metales no ferrosos que más se han valorizado a nivel mundial. Esta situación hizo que no solo el insumo pasara a representar el 30% del costo de fabricación de productos, cuando antes implicaba la mitad de ese monto, sino que multiplico la modalidad delictiva del robo de cables de cobre. Es uno de esos delitos que, antes de la devaluación y de la crisis, no existían. El rédito era casi despreciable para ser susceptible de comercializarlo.
Pero la inusitada alza en el precio internacional, hizo viable e incentivo el robo y la reventa del cobre, representados en su mayoría por la extracción del cobre en los cables utilizados para la telefonía y las telecomunicaciones, por las propiedades de este material para este sector de las comunicaciones, creando un mercado negro, el cual es dinamizado por los compradores de chatarra, quienes obtienen de los recicladores, especialmente los habitantes de calle, quienes ven en ese negocio, una oportunidad de adquirir dinero para satisfacer la demanda de los diferentes géneros de estupefacientes.
Solo en lo corrido de este año la cotización mundial de la tonelada de cobre se ha incrementado en un 80% y hoy ronda alrededor de los 8.000 dólares en la bolsa de metales de Londres. La producción escasea por problemas mineros, y la demanda aumenta especialmente en la china.
Para poder detener de una manera contundente y efectiva esta problemática, el estado debe de reglamentar las exportaciones de cobre, impidiendo que estos intermediarios y mercaderes de lo ilícito continúen enriqueciendo sus arcas, en evidente detrimento de las empresas de telefonía y energía, y del consumidor final quien además de verse privado del servicio, tiene que asumir los costos de dichos desmanes por ser el consumidor final.
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Interesante articulo, muy ilustrativo