Los reflectores se encendieron una vez más para uno de los deportes de mayor tradición en todo el mundo: el fútbol, ¿La diferencia? Es ahora el turno de las mujeres de dejar ver la calidad del material con el que desde pequeñas han sido forjadas, derrumbando paradigmas del siglo pasado en el que se creía y afirmaba que las mujeres simplemente no tenían cabida en este mundo del que los entes masculinos se adueñaron en un principio.
Este año, con la celebración de la Copa América 2022, Colombia fue testigo de los grandes cambios que se han realizado dentro de esta categoría, siendo además uno de los tres clasificados con pase directo al próximo magno evento de este deporte: la Copa Mundial Femenina FIFA 2023. Con un segundo lugar, las jugadoras colombianas lograron conseguir un puesto de gran honor en una instancia más en la que se creía eran el sexo débil.
Los más grandes seguidores de este deporte han podido ser testigos también de este hecho y están presenciando ahora los cambios que se han generado a partir de la constante lucha de estas grandes mujeres por ser reconocidas de la misma forma que sus contrapartes masculinas.
Los logros de todas estas y otras futbolistas han sido tales que ya han podido ganarse un lugar dentro de la conversación cotidiana referente al fútbol nacional y están próximas a ser incluidas en una de las actividades más antiguas relacionadas con el deporte, las apuestas deportivas Colombia, que actualmente cuenta con un gran volumen de usuarios apostando y depositando su confianza en los jugadores y equipos más importantes entre los que próximamente podrían estar estas posibles próximas campeonas del mundo.
Pero si bien pareciera que esta lucha es una de poco significado, sorprendentemente se encuentra poco a poco encontrando un espacio en la conversación cotidiana, y anidándose silenciosamente en la cultura deportiva internacional que a través de su poder transformador en la juventud actual, ahora se encuentra abriendo un nuevo camino para las mujeres, independientemente del deporte que practiquen; aunque sin duda alguna es el fútbol el cuadrilátero en donde se está librando una de las más grandes batallas.
En un país tan futbolero como lo es Colombia, en donde tradicionalmente este ha sido un deporte para hombres, no ha resultado nada sencillo lograr siquiera la profesionalización del deporte en su categoría femenil. Pero la participación de esta selección en la próxima Copa del Mundo enfocará todos los reflectores —al menos los más importantes— en este equipo que cada vez demuestra ser más y más fuerte.
Luchando codo a codo con las clasificadas del resto de los 31 países participantes, el equipo liderado por Nelson Abadía continuará con su lucha por aquel reconocimiento que no se trata simplemente de obtener un brillante galardón, sino de cambiar el paradigma de toda una sociedad que por décadas negó la cabida de este grupo que actualmente representa más del 50 % de la población colombiana.
La batalla continúa en este campo en donde pareciera no haber cabida para el descanso, pero si algo es posible asegurar es que, al menos en el fútbol, las mujeres ya no serán enviadas a ese rincón en el que estuvieron por años. Hoy vivimos en una nueva era en la que la participación femenina una vez más encuentra su lugar.
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