El basilisco en Hamlet y en Medellín

Shakespeare escribió Hamlet. En el Acto I, Escena XI, que se desarrolla en Dinamarca, país que logró tierras en duelo pactado entre el Rey de Dinamarca (Hamlet) y el Rey de Noruega (Fortimbras), Marcelo, que es un soldado, conversando con Horacio, éste amigo del príncipe Hamlet, después de ver el fantasma del Rey Hamlet, padre del príncipe, quien fue asesinado, y no había terminado las novenas fúnebres cuando ya la reina Gertrudis se casaba con Claudio, exclama: Algo huele mal en Dinamarca.

La renuncia de Daniel Quintero Calle, alcalde de Medellín, en la medianoche del día sábado 30 de septiembre ante el Presidente Gustavo Petro, a escasos 30 días de las elecciones regionales y a 90 de la entrega de su mandato, deja muchas reflexiones y sentimientos encontrados.

El alcalde es un mandatario de los medellinenses, en razón de lo cual se intentó, dentro de los límites legales, hacer la revocatoria del mandato desde el día 2 de enero del año 2021. Quintero Calle, con dineros públicos, no permitió adelantar el proceso democrático de participación ciudadana que se supone que estaba protegido por la Constitución y los gobernantes, incluidos los entes de control.

Conforme con los artículos 2142 y ss del Código Civil colombiano, el mandato es un contrato, por medio del cual el mandante (ciudadanos de Medellín) confieren al mandatario (Quintero Calle) la administración de su ciudad durante 4 años. Ese mandato terminaba el 31 de diciembre del 2023. Era entonces obligación de Quintero Calle dirigir la ciudad hasta la terminación de su mandato.

Intempestivamente Quintero Calle renuncia en la medianoche del sábado 30 de septiembre dirigiendo una comunicación al Presidente de la República, Gustavo Petro, que es lo más vergonzoso, porque a Quintero Calle lo eligió y le dio el mandato fue Medellín, no Petro. La Ley 136 de 1994 en su artículo 100, desafortunadamente, dice que es el Presidente quien acepta la renuncia. Gustavo Petro la aceptó inmediatamente. Todo da para pensar que hubo una reunión secreta y privada entre Petro y Quintero Calle día antes y en ella decidieron y fraguaron la trampa a la ciudad de Medellín.

Debe quedarle claro a la ciudad que hay una connivencia, una conversación permanente, una empatía, entre Quintero Calle y Petro. Todo esto se parece a la definición que hizo del Basilisco Laureano Gómez el 24 de junio de 1949: “Nuestro Basilisco camina con pies de confusión y de ingenuidad, con piernas de atropello y de violencia, con un inmenso estómago oligárquico; con un pecho de ira, con brazos masónicos, y con una pequeña, diminuta cabeza comunista, pero que es la cabeza…”

Volviendo a Hamlet, me causó impresión, cuando el Alcalde Encargado por el Presidente Petro la misma noche septembrina de la renuncia, evocando el intento de asesinato a Bolívar, en las instalaciones ordinarias del Concejo de Medellín el 1 de octubre, dice en su discurso que seguirán las directrices de su líder, Daniel Quintero Calle. Por lo que se puede inferir que no hay tal renuncia, sino un velo violador de la Ley para violar todas las normas que prohíben a los alcaldes hacer política.

Algo huele mal en Dinamarca, dijo Marcelo en Hamlet; Algo huele mal en Cundinamarca, digo yo, y creó que dijo alguna vez Darío Echandía.

Julio González Villa

Doctor en Derecho U. Externado de Colombia; Abogado UPB; Magíster Administración de EAFIT; Especialista Derecho Ambiental U. Externado y Derecho Administrativo y Comercial.

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