El árbol

Firmeza,
Tus raíces no flaquean con el tiempo

Significas los principios
Aquellos por donde el alma
Surcos de tu vejez
Corren la vida sobria

Soledad que acompaña
Razón en la que no mueres;
No muero.
Lo que nutre y se está nutriendo
Atado al suelo

Necesarias tus ramas que se disecan
Pero antes sirven de hogares ajenos
El canto del colibrí te descansa
Te haces el lecho
Honra la sabiduría de tu impenetrable silencio

Te alimentas del miedo que se expulsa
Y un suspiro desprendido en el trasegar, siendo
También del sol que vuelve
Y la energía que inerte será fruto
Esperanza tu ausencia llena de procesos

Absorber lo oscuro para ser oxígeno
Eres motivo de la existencia de aquellos
Que en el afán apenas perciben
La vitalidad que dota tu esfuerzo

Habita en tu misión el carácter
De ser sombra, quietud y sosiego


 

María Mercedes Frank

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