Transcurrió un evento de suma relevancia: en calidad de constituyente primario, tuvimos la oportunidad para elegir acertadamente. Y, en efecto ello fue lo que hicimos, pues votamos de manera responsable, libre y espontánea por la mejor opción entre todas.
Tomamos conciencia y cumplimos con la prerrogativa democrática. Hicimos uso del privilegio y escogimos, según la voluntad general, al candidato más apropiado para dirigir los hilos de la patria. Salimos a manifestar nuestras convicciones a través del voto y lo hicimos bien.
El mejor candidato fue escogido por nosotros de manera libre y civilizada, luego de haber estudiado minuciosamente sus propuestas, sus debates y sus discursos en la plaza pública. De manera positiva, le hemos dado un duro golpe a la carencia de cultura política, pues se redujo el nivel de abstención en las elecciones. Todos salieron masivamente a expresar su convicción democrática. Evento que nos enorgullece de sobremanera, pues como hemos dicho, los países más desarrollados no son únicamente los que gozan de un gran aparato productivo, sino también de una sólida conciencia electoral. Como muestra de progreso, hemos demostrado sabiduría por la participación colectiva manifestada el día de ayer. Ahora sí es verdad que, nos estamos interesando, realmente, por los asuntos públicos. Y así debe ser porque nuestro país inexorablemente lo requiere.
Como lo hemos dicho: para construir progreso en Colombia, es vital relacionarse y entenderse de la actividad gubernamental. Para ello, debemos estar relacionados con el acontecer político. Sólo así tendremos elementos de juicio para determinar la gestión de nuestros gobernantes. Los que votamos por el candidato triunfador, tendremos elementos de sobra para seguir su gestión en el evento de que gane en segunda vuelta (como seguramente sucederá) puesto que hemos estado pendientes de su aspiración presidencial.
Así pues, mi invitación radica en que, en segunda vuelta mantengamos la coherencia y la consistencia, votando por el mismo candidato que triunfó en la reciente contienda. La intención es que continuemos ejerciendo nuestro derecho y deber democrático de manera responsable, ya que, de esta manera, comenzamos a consolidar una cultura ciudadana y una conciencia política férrea, inexistente en una sociedad golpeada como la nuestra.
La responsabilidad nos asiste y continúa vigente como la que más, por ello, es imprescindible comprender que un voto, es decir, su voto, marca una notable diferencia en la población. Mucho más cuando usted, ha analizado el mismo según las necesidades que aquejan a los colombianos. El domingo pasado, lo hicimos con decoro y altura; demostramos que es posible. Ahora, hagamos lo propio el 17 de junio. ¡Vamos por buen camino!
Por tal razón, los invito para que mantengamos la disciplina electoral y el sentido de pertenencia por nuestra nación. Para esto, es menester que confirmemos este triunfo; por el futuro de las generaciones venideras, por su familia, por sus compañeros, por sus amigos, pero, principalmente por los que más lo necesitan: aquellas personas que han padecido los rigores del hambre, de la guerra, de la miseria y de la indiferencia del Estado.
Por todos ellos mantengamos la voluntad expresada en las urnas, y trabajemos para preservar el triunfo del candidato Iván Duque. Todavía no hemos logrado el objetivo; pero sí conservamos la constancia, seguramente lo lograremos en unos días.