Educación: crisis silenciosa

“La educación marcha en un crisis silenciosa de la que muy pocos hablan o toman acción. Es urgente avanzar en el cierre de brechas estructurales en el sistema educativo (la pandemia solo ha reflejado realidades que ya existían), fortaleciendo la educación pública de calidad y conectando a internet a todos los estudiantes, principalmente de zonas rurales de difícil acceso”.


Mucho se habla de las consecuencias devastadoras que ha generado la pandemia en la economía y otros sectores importantes para el país y el mundo, pero muy poco sobre los efectos sin precedentes que ha tenido en la educación.

Según la Unesco, aproximadamente el 90% de los niños, niñas y adolescentes de todo el planeta, han tenido que interrumpir su proceso educativo por la crisis sanitaria mundial. Se estima que en el momento más crítico de la pandemia, más de 160 millones de estudiantes abandonaron sus clases, retrasando así el desarrollo de competencias cognitivas, socioemocionales y ciudadanas que son claves para sus proyectos de vida.

En Colombia, según cifras reportadas por el DANE, 1.5 millones de niños y adolescentes no asistieron a clases en el país, y en las zonas rurales la inasistencia escolar pasó de 4.8% en 2019 a 30.1% en 2020, mientras que en las zonas urbanas pasó de 2.1% a 12.4%.

Esta deserción, que ha afectado principalmente a los estudiantes con nulas o escasas posibilidades de acceder a internet y a herramientas digitales para dar continuidad a su escolaridad, perpetúa las brechas de inequidad no solo en términos educativos sino también sociales. Además, acentúa las barreras que tradicionalmente han tenido los niños, niñas y adolescentes de la ruralidad o con condiciones especiales de discapacidad, género, etnia o nacionalidad.

La educación marcha en un crisis silenciosa de la que muy pocos hablan o toman acción. Es urgente avanzar en el cierre de brechas estructurales en el sistema educativo (la pandemia solo ha reflejado realidades que ya existían), fortaleciendo la educación pública de calidad y conectando a internet a todos los estudiantes, principalmente de zonas rurales de difícil acceso. Esta conexión a la red, debe ir de la mano de otros servicios como la electricidad y herramientas tecnológicas asequibles que permitan la interacción con contenidos para el aprendizaje efectivo.

Todos los gobernantes y líderes de los distintos sectores del país, debemos unirnos en pro de programas especialmente diseñados y ejecutados para enfrentar la deserción escolar y hacer posible el retorno a clases de los niños, niñas y adolescentes que actualmente están por fuera del sistema educativo. Y una vez retornen a él, garantizar las condiciones de adaptabilidad para que el regreso no sea traumático sino empático, logrando junto a directivos, docentes y familias la nivelación progresiva del aprendizaje.

¿A quiénes les preocupa la educación? A todos debería inquietarnos para convertir una crisis silenciosa en voces que defiendan el derecho universal a una educación digna y en acciones reales que nos permitan contemplar y construir, otro futuro posible.

Santiago Orozco Carmona

Politólogo y Magíster en Estudios Políticos de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín; diplomado en docencia, currículo y didácticas y en convivencia escolar. Es fundador de la corporación Por la Gente Somos Más y Creador de El Líder Sos Vos. Se ha desempeñado como investigador y escritor en el área de las ciencias sociales, políticas y humanas; docente de básica primaria, secundaria y media durante más de dos años; docente universitario, asesor de despacho y coordinador del Programa de liderazgo "El Líder Sos Vos" de la Secretaría de Educación de Medellín durante el 2016-2019.

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