Las finanzas personales siempre han estado sujetas al número de ingresos que genera cada individuo, sean estos formales o independientes, pero adicional a eso las finanzas deben mantener el equilibrio entre este factor y los egresos o gastos que proporciona cada persona, por consiguiente, el equilibrio se retorna en el ahorro que se realice permitiendo estabilidad en momentos de crisis o proyecciones sobre la inversión futura del capital.
Sin embargo, el equilibrio de las finanzas no sólo se debe a un mayor número de ingresos sino a la disminución de egresos en el consumo que no sean de primera necesidad y que sean un promotor en cuanto al gasto y no a la inversión. Además, a través de la economía se ha demostrado que hay otras causas importantes, más allá del nivel solidario, como lo son: el comportamiento al manejar el dinero lo cual puede tener mejores herramientas para el fortalecimiento de las finanzas personales. También, es importante renegociar o reestructurar las deudas en situaciones de solvencia, esto se da como una alternativa para sentar el flujo de caja y maximizar las utilidades generadas por los ingresos personales.
Por lo anterior, podemos decir, que las finanzas personales y su cuidado esta sujetas al nivel adquirido por los consumidores (hogares), según las preferencias y algunas restricciones que se tengan como el pago de renta, bienes de consumo, la eficiencia del mercado en que se encuentre el consumidor, además de su poder frente a la toma de decisiones basadas en la productividad individual, el nivel de ahorro y a la capacidad de aumentar el capital.
El cuidado de las finanzas, una medida para el crecimiento económico personal
Por otro lado, existen medidas eficaces que ayudan a cuidar la economía de bolsillo basada en el precio de reserva que tienen las personas, lo que conlleva a la regulación de la máxima disponibilidad que tienen para pagar (capacidad de pago) comprendida a través del excedente el consumidor y fundamentada entre el precio de reserva sobre la cantidad de transacción que estaría dispuesto a consumir el individuo. Esta medida y sus regulaciones permitirá tener un bienestar financiero personal.
Es entonces, que el cuidado financiero que tengan cada persona a la hora de decidir cómo invierte, cómo gasta, generarán la posibilidad de alcanzar condiciones de vida favorables y crecientes, lo que tendría como gran reto: el aumento de niveles de ingreso los cuales pueden estar relacionados con la educación financiera que se adquiera para el manejo de sus finanzas.
Según el Modelo de Solow al obtener las personas mayores ingresos y tomar decisiones de consumo y ahorro contribuirán a que las empresas tomen decisiones de inversión y esto generará acumulación de factores de producción y generará, a su vez, un aumento en el capital y la oferta. Es decir, el cuidado de las finanzas personales, ayudará al crecimiento económico de una sociedad.
Ingresos, consumo y ahorro
Como se ha mencionado anteriormente estos son los factores más sobresalientes para tener en cuenta en el manejo y mejora de las finanzas personales, por ello, es necesario reconocer que son las familias las dueñas del capital y el trabajo, las cuales deben tomar decisiones duales: cuánto consumir y cuánto ahorrar. Siendo este segundo, el consumo y la proporción constante frente a la renta y la tasa de ahorro.
En conclusión, las finanzas personales y su mejora están bajo las condiciones del nivel de inversión al igual que el ahorro, y es usada para la reparación del capital que se ha depreciado en la producción o en los ingresos generados para una persona, lo que determina a través de la compra una acumulación de capital por persona.
El ahorro explica el crecimiento económico basado en la productividad y la innovación como fuente para aumentar ingresos personales, sociales a nivel microeconómica y macroeconómica. La función del ahorro determinará los rendimientos financieros. Por lo tanto, si aumenta los niveles de riqueza el ciudadano exigirá la mejora de su calidad de vida.
El buen manejo de la economía del bolsillo, mantendrá el bienestar individual y social, por ello no sólo la persona contribuirá a mejorar sus finanzas, sino que aportará al progreso de diferentes familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad.