Acabamos de terminar una campaña con tres jornadas electorales en menos de 3 meses, y bueno, ya hay un Congreso más o menos renovado en lo que tiene que ver con cada uno de los corporados, pero además con el reacomodo de las distintas fuerzas políticas, incluyendo a la Farc con 10 escaños en las cámaras legislativas en gracia de unos Acuerdos que dejaron algunas heridas en la sociedad colombiana. También está listo un nuevo presidente que ha de asumir las riendas del país en pocos días.
Eso en lo nacional tiene repercusiones en las dinámicas regionales y locales, con consecuencias que también allí proporcionan cambios en el estilo de autogobernarse, partiendo de que los partidos políticos que muchas veces encontraron coincidencias para trabajar con otros por un mismo candidato, hoy quieren recuperar su espacio y hacerse valer en el pequeño territorio.
Aquí el tema de los avales cobra valor, porque en teoría deberían ser esos directorios locales los que resuelvan con herramientas democráticas la asignación para presentar candidatos a gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos. Valdría la pena que la participación -por no decir intromisión- de los parlamentarios en cada municipio y/o departamento fuera de meros veedores, de notarios si se quiere, pues cuando el país se resolvió por la elección de autoridades locales por la vía popular, fue pensando en descentralización fiscal y administrativa, pero también la política para que cada territorio resolviera quién o quiénes podrían liderar sus procesos de desarrollo. Es peligroso que Senadores y Representantes tengan injerencia directa en el otorgamiento de avales…mejor sería devolvernos al nombramiento de alcaldes desde las gobernaciones, y de gobernadores desde Bogotá.
El primer filtro de un buen gobernante para un territorio deberá ser el partido que lo avale, el que aparte de las calidades morales y éticas, deberá evaluar qué tan transparente es el pasado judicial y disciplinario del avalado, como también la historia que registre en centrales de información y riesgo crediticio. Es que ser “ordenador de gasto”, es peligroso, pero más cuando quien funge como tal, no ha sido organizado en sus finanzas personales y familiares.
El llamado entonces para los “padres de la patria” que quieran acrecentar su patrimonio político desde la provincia es a que permitan que los directorios locales sean los que señalen quién o quiénes los pueden representar mejor en la contienda de octubre de 2019. Si fomentan la unión les irá mejor cuando pretendan cosechar para ustedes allí.