Después de la tormenta de la dosis personal

Foto: JeanPaulHernández

Las chupas hace rato se voltearon y la papa caliente le tocó a este gobierno. Iván Duque trata de hacer lo que puede, pero decretar que se confisque la dosis mínima es un desacierto.

Desde que estaba en campaña lo advirtió: dijo que él enfrentaría sin tregua el problema de las drogas ilícitas en nuestro país, lo que de pronto no se vislumbró con claridad es que Colombia aparte de ser uno de los mayores productores de drogas en el mundo, ahora es un país consumidor.

Por eso partamos de la practicidad, en muchas familias colombianas hay o existen consumidores de algún tipo de droga (marihuana, que es la más común) y en las fiestas es normal ver el corrillo que se pasa los frasquitos, las pastillitas y en los baños bolsitas transparentes y a todo eso se le conoce como dosis mínima. En síntesis: hay consumidores esporádicos y permanentes, y  para los “empresarios” la plata del narcomenudeo es más rentable que mandar toneladas a otros lugares que posiblemente no puedan llegar a buen puerto.

Cuando leí el decreto, vi que solo se daba la orden a la policía de incautar hasta el más mínimo gramo de droga que una persona llevase consigo, el problema es que no se miró desde las perspectivas que plantearé a continuación:

Es un tema de salud pública

Volvamos a lo práctico: ver por ejemplo, en los baños de las discotecas el consumo de sustancias sintéticas es algo que preocupa, no es un tema que se pueda tocar con paños de agua tibia, es un tema de salud pública que como colombianos debemos tener las alarmas prendidas permanentemente y esto es no de ir al consumidor, es ir a la estructura que tiene los tentáculos fuertes, incluso en el estado.

Cómo es posible que el famoso narco jet saliera del Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá sin ningún contratiempo, con ayuda de un policía que facilitó su carnet para que quien estaba a cargo de la operación comprara uniformes de la Policía en Fontibón (Bogotá). Hasta el día de hoy se presume que fue un cargamento de alias “El Loco Barrera” y que no era, en palabras del Fiscal Martínez, la primera vez que se realizaba esa operación.  Los tentáculos son  fuertes desde la “legalidad” para que esas cosas pasen. El problema es que la raíz no se ha tocado y eso es más importante que confiscarle a un consumidor su dosis personal. Es decir, incrementa la demanda y por lo tanto el costo aumentará.

La policía

Una de las instituciones que debe replantearse y sanar en las fuerzas militares; la Policía Nacional es quién debe replantear la aplicación de dicha ley desde su ética , porque ¿quién garantiza que un policía que confisque el estupefaciente no la guardará para su consumo personal o la revenderá a los ‘jíbaros’? El grado de desconfianza que se le tiene a esa institución es precisamente por sus actuaciones, ya sea que montan empresas clandestinas de interceptaciones ilegales, de acusar a jóvenes de haber matado a alguien o incluso de ser amigos de los pillos de barrios.

Y aquí va un llamado señor presidente: yo más que nadie entiendo que sus intenciones son genuinas porque alguien debe hacer frente al consumo desbordado de drogas. Muchas familias en el país hemos padecido el karma de la droga en nuestras familias, pero la labor principal debe hacerse desde las estructuras legales al igual que ilegales, las cuales tienen arterias por la cual transita la droga a través de aeropuertos, puertos marítimos y terminales de buses por donde están sacando la droga.

Finalmente quien lleva consigo la dosis personal es el último eslabón de la gran cadena, a ellos, señor presidente se les debe educar, hacer campañas y sobre todo que el sistema de salud dé las garantías necesarias a las familias, porque en muchos casos por no decir la mayoría el adicto quiere dejar de ser adicto pero los centros de rehabilitación son extremadamente costosos y hoy no hay un directriz clara en esta materia para atenderlos en los hospitales públicos.

Hoy en todos los hospitales públicos del país debería existir centros de ayuda, única y exclusivamente para adictos a las drogas y sus familias, nuestros jóvenes se nos están perdiendo, es algo que se sale de control, por tanto es un tema de país.

Andrés Agudelo

Comunicador en formación, a veces político, lector permanente con deseos de contar historias. Me gusta estar informado y al pendiente de los acontecimientos políticos y económicos del país.