Hace casi un año empezaba el gobierno de la #MedellínFuturo en cabeza de Daniel Quintero Calle, quien abusó de la buena fe de los ciudadanos que depositaron su voto de confianza en una promesa de independencia política, una independencia de la cual pueden dar fe los caciques de varios partidos tradicionales a los que ha dado cuotas burocráticas y el manejo de la contratación. Llegaron como faro y guía a establecer un nuevo camino para nuestra ciudad que, según ellos, estaría enfocado en reducir la inequidad, pobreza y convertir a Medellín en el famoso “valle del software”.
Lamentablemente, para muchos que creyeron en los “independientes” y para quienes no votaron por ellos, Medellín se encuentra viviendo una crisis política debido a la pérdida de confianza institucional, los escándalos de corrupción y la desconexión total del alcalde Quintero con la ciudadanía, en especial con las personas más vulnerables y que en estos tiempos de pandemia más necesitan de los programas gubernamentales. Prueba de lo anterior, fue lo que sucedió el viernes 15 de enero de 2021 cuando el señor Quintero Calle anunciaba vía redes sociales un toque de queda continuo en la ciudad, tan solo 5 horas antes de iniciar la implementación de dicha medida, sin explicar su alcance ni excepciones, sin decreto y, más grave aún, en una descoordinación total con los demás gobiernos del área metropolitana y el señor gobernador de Antioquia.
Una de las consecuencias del anterior anuncio fue una discusión vía Twitter con el alcalde de otro municipio que se negaba a aplicar dichas medidas y afectar con ello a comerciantes y empresarios cuyas ventas han disminuido y que, en otros casos, han perdido sus negocios, así como a ciudadanos del común que lo único que piden es poder salir a trabajar para lograr su sustento y el de sus familias. Sin embargo, en una muestra de vanidad y arrogancia, el alcalde seguía respondiendo con trinos sarcásticos y fuera de tono a quienes lo cuestionaban. Al hijo del Tricentenario se le olvida que más del 70% de los habitantes de Medellín son de clase media baja y no mantienen sus refrigeradores llenos de comida, ni dinero sobrante para encerrarse todo un fin de semana.
Lo sucedido este viernes, es solamente uno de las tantas mentiras y salidas en falso que el señor Daniel Quintero comete contra la ciudad. Es preciso recordar que prometió reducir los servicios públicos y que, por el contrario, han aumentado; le anunció a la ciudad con bombos y platillos la cama UCI 1000, pero tristemente no llegamos ni a 900; invirtió más de 20.000 millones en reformar la clínica de la 80 para atender pacientes UCI por Covid y hoy no existe una sola cama UCI en dicho lugar. Estos actos y muchos otros solo demuestran que quienes hoy Gobiernan Medellín no tienen la capacidad de unir nuestra sociedad que tanto lo necesita, no son capaces de liderar y, por supuesto, no tienen empatía ni interés por los más vulnerables.
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