Más se demoró Antanas Mockus en renunciar al partido que hace mucho tiempo perdió su horizonte, a que Claudia López fuera lanza en ristre contra el presidente Petro. El problema no es ese, al presidente hay que recordarle y ponerle las cartas reales, argumentadas y propias sobre lo que está pasando en su gobierno. Lo que parece irónico y ridículo es que diga que el partido se acaba o que el gran problema de las renuncias de los verdes es por la corrupción del gobierno actual, desconociendo lo que está pasando y ha pasado con el “profe”, el gran problema en Medellín al que pocos se hacen referencia y no se le cuestiona nada.
Su objetivo que es llegar a la presidencia empezó con la unión a la misma consigna sucia y ruin que lideran otros partidos políticos: señalar, juzgar y mentir. Se vio empoderada, directa y con un discurso a medio construir que enfatizó con esa voz tronante hacía los petristas, la izquierda, al centro al cual pertenece y que dice defender tanto porque es el camino perfecto al cambio de Colombia. Caracol noticias que es tan cercana al centro, dejó hablar a la exalcaldesa con la tranquilidad de quien siente que alguien no nuevo está en su bando. Culpó todo el esfuerzo que el partido verde hizo para que la Colombia Humana llegara a donde está. Sin embargo, Claudia no quiere aceptar que el gran fracaso del verde han sido las alianzas mal hechas, el mal trabajo de Fajardo al que defienden tanto y que le ocultan mucho.
La exalcaldesa que tiene mucho que explicar en su mandato en Bogotá, habla sin tapujos de la corrupción que vive el gobierno actual con un tono sobrante, moralista y ético. Dice: “no es un tema ideológico”, claro que sí, obvio que es un tema ideológico con miras presidenciales, pescando en río revuelto y, sobre todo, dando el gran salto en donde se compara con Mockus, acción que no veo respetuosa ni válida. Son dos exalcaldes con resultados absolutamente diferentes, y es Antanas a quien le debemos respeto profundo por su ética política. Por lo demás, Claudia salta del barco, no se hunde con ese buque llamado partido verde. Se lava las manos diciendo que ciertos senadores de extraña reputación como Iván Name está en otra orilla que ella nunca ha transitado, que ella nunca ha conocido, que ella difiere, pero al ser del mismo partido prácticamente lo toleró. Absurdo que no haya sido capaz de hacer limpieza de su partido, que no haya sido capaz de denunciar a sus compañeros y sí utilice como trampolín los problemas del gobierno Petro para limpiar una imagen muy oscura que ha dejado.
Alguien debe decirle a Claudia López que su discurso de adolescente que le tocó duro en la vida lo puede ir recogiendo. Aunque sea cierto y de cierta forma admirable, es un discurso trillado, es un discurso sin sentido cuando hoy en día ya goza de otros privilegios que la gente a la que hace alusión no alcanzará.
Lo que se viene es una ráfaga de discursos que buscan inclinar a la gente al odio eterno a Petro con el fin de lanzarse ella como salvadora. Habla de centro, un centro que no tiene intereses, pero la historia ha demostrado que todo centro tiende a la derecha. Claudia López demostró ser de derecha y recordemos su reacción ante manifestaciones, formas de tratar a Bogotá en pandemia y demás. Ella hace parte de un populismo falso, lo que le duele a ella y a Fajardo es que por más que quieran, el pueblo, la gente del común, los pobres no están con ellos, no pueden verlos como aliados porque no basta salir del barrio humilde, estudiar con el Icetex y todo eso que dice para ser creíble, respetada y apoyada. Los centros tienden a la derecha, porque los centros suelen venderse más fácil al mejor postor.
ESQUIRLA: mientras corregía esta columna, salió la noticia en la que informa que Claudia López fue llamada a interrogatorio por posible corrupción en el Metro.
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